TEORIAS SEXUALES
Enviado por leidyenriquez • 16 de Octubre de 2013 • 1.837 Palabras (8 Páginas) • 463 Visitas
La sexualidad infantil: el saber inconsciente
Nieves González
Ponencia presentada en las III Jornadas del Colegio de Psicoanálisis
“Que niños hay para mañana”
Clínica y Educación en la infancia
24 de mayo de 2002
Hay cosas que se olvidan precisamente para conservarlas de por vida. Y desde allí, desde ese lugar de saber, construido con olvidos, gobiernan parte de nuestras vidas. A ese lugar Freud lo llama inconsciente, memoria de nuestra satisfacción libidinal que puede retornar en el síntoma. Desde el principio hasta el final de su elaboración teórica Freud concibe el síntoma como una solución de compromiso entre una fuerza que exige satisfacción y otra que se opone. Por eso no es tan fácil que los síntomas por los que una persona consulta a un analista, desaparezcan porque están formando parte de su economía libidinal. Ya lo dice la copla flamenca: “ Mi pena es muy mala porque es una pena que yo no quisiera que se me quitara.”
Es precisamente a este olvido al que Freud atribuye la causa de que nadie, antes que él, hubiera “reconocido con claridad que la existencia de una pulsión sexual en la infancia posee el carácter de una ley”. (1)Por supuesto que antes de esta afirmación se tenían pruebas de que el niño tenia una actividad sexual, pero se tomaban como hechos aislados, excepciones y sobre todo como algo que apuntaba a ser eliminado.
Fue lo contrario lo que quedó suprimido con el descubrimiento freudiano. La pretendida inocencia infantil, el carácter angelical de los niños queda desterrado para siempre y, en su lugar, aparece la disposición del tierno infante a convertirse en un perverso polimorfo, hasta que entren en juego las fuerzas encaminadas a construir “diques anímicos contra los excesos sexuales: la vergüenza, el asco y la moral”. (2) La educación del niño contribuye mucho a ello, nos dice Freud, aunque hay que matizar dos observaciones, por una parte, no es el único factor a tener en cuenta, intervienen otros, y por otra, nunca la educación lo conseguirá del todo.
Dos aspectos que se entrelazan siempre que pensamos lo pulsional, el registro de la satisfacción en el humano, la voluntad de satisfacción y la defensa frente a la misma.
Reiteramos entonces que Freud eleva a carácter de ley universal lo que cualquiera que haya estado en contacto con niños sabía en aquel entonces y sabe ahora: que chupetean y se comen lo que pillan, que se relacionan con bastante facilidad con la mierda, y sus substitutos: tierra, barro y porquería en general, que se masturban, que disfrutan arrancando las alas a las moscas, cortando el rabo a las lagartijas, que son crueles entre ellos, que se pegan e insultan, que se desnudan y exhiben, que son mirones…. No seguiré, todos los presentes aquí hoy, en cuanto tienen relación, de una u otra forma con niños me creen, pues saben, en especial los que se dedican a la tarea de educar, lo costoso que es hacerles renunciar a estas satisfacciones si son pequeños o algunas otras sustitutivas si han crecido un poco.
Diremos entonces, para intentar avanzar un poco mas, que en todo ello, se trata de satisfacción pulsional, de sexualidad en su amplio repertorio, y no solamente entendida al servicio de la reproducción como rezaba el canon de 1900.
Freud hace este descubrimiento en un contexto clínico. Era un médico, un neurólogo, dedicado a las enfermedades nerviosas a finales del siglo XIX. Y si bien por aquel entonces ya no quemaban a las histéricas en las hogueras tachándolas de brujas, las acusaban de mentirosas y simuladoras. Lo que Freud descubre en primer lugar y a nosotros nos interesa retener, pues es el comienzo del hilo de mi argumentación, es que la sexualidad puede enfermar y por eso se ocupa de ella, por mórbida, por patógena. La sexualidad enunciamos entonces es traumática. ¿Cuál es la causa?, nos preguntaremos.
En 1908 Freud publica su articulo sobre las teorías sexuales infantiles que leído junto el segundo ensayo dedicado a la sexualidad infantil de 1905 y “ La Organización genital infantil” de 1923 forman un corpus teórico básico sobre el tema que nos ocupa. Saben que lo que propone es un niño que en cuanto adquiere el lenguaje de forma plena y llevado por intereses egoístas se topa con las preguntas existenciales por antonomasia para el humano, sus orígenes y su finitud, ambas cuestiones relacionadas entre sí.. “Claro, que si nos morimos es porque procreamos” decía una niñita de 7 años el otro día para situar el miedo de los miedos, como nombra a unas ideas que vienen en sus sueños y que giran alrededor de la muerte de personas queridas.
Frente a estas preguntas de los orígenes, de la procreación, ¿De donde vienen los niños? El niño que no es psicótico va a inventar unas respuestas, va a fabricar un saber destinado a reprimirse, a olvidarse, cuya sede será el inconsciente.
¿Para qué el niño inventa esas teorías sexuales sobre la manera en que los niños vienen al mundo por ej. ? Sigamos la deducción freudiana: Guiado por intereses egoístas, el niño se pregunta ¿De donde vienen los niños? Y se vuelve al Otro omnipotente para que le responda, a su padre, a su madre o a quien haga esa función. Retengamos entonces un esquema mínimo, el niño se hace una pregunta que tiene relación con su propia satisfacción y busca una respuesta en el Otro, en el saber. Y no la encuentra.
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