TU HIJO TU ESPEJO
Enviado por zndmc • 14 de Octubre de 2011 • 2.176 Palabras (9 Páginas) • 2.316 Visitas
Este libro, de la autora Martha Alicia Chávez Martínez, como su titulo nos dice, habla de la relación padre-hijo. Esta autora menciona en el libro varios casos que tuvo que tratar en sus terapias, todas en el marco de la relación padres-hijos, nos hace ver como cuando somos adolescentes no logramos comprender todo el significado de cómo nos educan nuestros padres, pero que con el paso del tiempo comenzamos a comprender, y generalmente actuamos igual con nuestros propios hijos; ya que en la mayoría de los casos los padres proyectan sus anhelos y deseos en la manera en la que educan a sus hijos.
En la relación entre padres e hijos existe una “parte oculta” conformada por una variedad de facetas de la vida de los padres, proyectadas de manera inconsciente en la vida de sus hijos de cualquier edad; proyecciones que se desconocen y se niegan, porque el descubrirlas a veces asusta y casi siempre avergüenza.
Los padres proyectamos en nuestros hijos nuestras propias expectativas de la vida, nuestras frustraciones, nuestras etapas de la infancia o adolescencia donde dejamos conflictos sin resolver, nuestros “hubiera” y nuestras propias necesidades insatisfechas, esperando inconscientemente que ellos se conviertan en una extensión de nosotros mismos y cierren nuestros asuntos inconclusos.
Conocer esa “parte oculta” de nuestra relación, comprender por qué ese hijo, específicamente ese, nos saca tan fácil de nuestras casillas, por qué nos desagrada, por qué nos es tan difícil amarlo, por qué estamos empeñados en cambiarlo, por qué lo presionamos con tal insistencia para que haga o deje de hacer, nos abre la puerta a la posibilidad de un cambio profundo en la relación con él.
Detrás de la mayoría de los problemas entre padres e hijos está la sombra de esas proyecciones inconscientes y mientras no las vemos, difícilmente podremos encontrar soluciones reales, profundas y permanentes, ya que aún cuando llevemos a cabo cambios de comportamiento, de relación o de comunicación, la sombra de esa “parte oculta” seguirá contaminando y eclipsando los intentos de solución. El darnos cuenta contribuye a transformar los sentimientos de rechazo, rencor y su consecuente culpa, que pueden resultar devastadores, facilitando el paso al único sentimiento que sana, une y transforma: el amor.
En los primeros once capítulos de los doce que conforman este libro, expongo cada una de las diferentes facetas de esas proyecciones, apoyando con casos que clarifican lo expuesto. En el último capítulo propongo alternativas y herramientas que servirán como guía para que cada uno inicie su propia exploración y su propio proceso de cambio, si decide hacerlo.
Vivimos en un mundo con muchos problemas y en el fondo de ellos hay una enorme carencia de amor. Si queremos aportar algo trascendente a la sociedad y más aun, al mundo en el que vivimos, ofrezcámosle hijos amados, porque estaremos ofreciendo personas honestas, productivas, buenas y felices.
Se dice que los hijos somos el vivo retrato de nuestros padres será verdad? Muchas actitudes que caracterizan la personalidad de nosotros como hijos se encuentran ocultos frente a los ojos de nuestros papás aun que a veces ellos no quieran ver ni aceptar la realidad de lo que está pasando y uno de los principales problemas es cuando yo papá pretendo que mi hijo sea igual que yo. Inculcándonos inconscientemente una personalidad que no nos gusta a los hijos inculcándonos sus deseos, pasiones, aficiones, actitudes, gustos, creencias y muchas cosas más.
Tal vez será que se acostumbran a que ágamos lo que ellos quieren, porque desde pequeños nos imponen todo como el solo comer dulces una vez por semana, como vestirnos e incluso a que si jugar y a que no, con quien juntarnos, como comportarnos en frente de la gente que decir y qué no decir, entonces cuando nosotros crecemos ese mando va disminuyendo ya que maduramos y ya somos capaces de escoger como visir, cuales serán nuestras amistades que hablar y que no hablar, en que creer. Y es ahí cuando nuestros papás no entienden que ya no somos los mismos de hace 19 años y entonces ahí comienzan los conflictos se puede decir que de forma inconsciente, los hijos no somos iguales a nuestros padres nos parecemos en algunas cosas algunas pero jamás en todo a lo mejor algunas cosas las adquirimos como los valores.
Nuestros papas a veces suelen ser muy proyectadores y eso obviamente está mal, ellos quieren que seamos unos excelentes hijos pero como lo vamos a hacer si ellos nunca están ahí cuando se les necesita, como si nunca nos enseñaron, como si ellos no son unos buenos padres solo proyectan sus expectativas, sus frustraciones hazlo tú por mí, Como en un caso donde el padre comentaba - yo no pude tener un piano ni mucho menos un buen maestro que me enseñara a tocarlo , quiero que mi hijo, al que le compre el mejor piano y le contrate el mejor maestro lo haga por mí y de no ser así me enojare porque no aprovecha las oportunidades que le doy. Pero tu papa con qué derecho me impones a hacer algo que yo no quiero algo que no me gusta algo que me aburre.
Conocer la parte oculta de la relación que tienen con ese hijo, como hacer para que ellos puedan comprender por qué ese hijo, específicamente ese, que los saca tan fácil de sus casillas, por qué los desagrada, por qué es tan difícil amarlo, por qué se empeñan en cambiarlo, por qué lo presionan con tal insistencia para que haga o deje de hacernos abre la puerta a la posibilidad de un cambio profundo en la relación con él. Pero ¿por que ustedes son mis papas? ¿Porque ustedes y no otros? No es un secreto que el ser padre es difícil, te doy gracias por darme la vida pero qué culpa tengo yo de que a veces tengas ganas de huir y de no saber más de mi.
Padres no solo son los que engendran ser padres va mas allá, no basta con solo traernos al mundo porque es obligatorio o porque somos la base del matrimonio o porque tal vez se equivocaron en la cuenta, No basta con llevarnos a la escuela a que aprendamos porque la vida cada vez es más dura y quieren que seamos lo que tu nuestros padres no pudieron ser, un hijo no tiene la culpa de que sus papas estén cansados y no quieran
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