Teoría Psicoanalítica de la Neurosis
Enviado por luceroarami • 15 de Junio de 2013 • 2.415 Palabras (10 Páginas) • 1.136 Visitas
Psicología del Desarrollo I
“Teoría Psicoanalítica de la Neurosis”
Capítulo IV –Los comienzos del Desarrollo Mental: EL YO ARCAICO (Otto Fenichel)
Las Primeras Fases del Desarrollo: Las dificultades metodológicas de su investigación
Los fenómenos de la neurosis se hallan condicionados por la historia del individuo, no puede ser comprendida sin un conocimiento de los primeros estadios del desarrollo mental.
Hay que tener en cuenta, que no siempre resulta forzoso, para analizar y curar una neurosis, retroceder hasta los primeros años de vida; en segundo lugar, resulta cada vez más difícil aphrender las reacciones psíquicas a medida que se profundiza más en los periodos en que todavía no existe el lenguaje.
El análisis a psicóticos, enriquece en gran medida el conocimiento de estos primeros periodos, presta el mismo servicio para la comprensión de los comienzos del desarrollo psíquico que el que significo el análisis de neuróticos, con su retorno la sexualidad infantil, para la comprensión de las etapas infantiles de la sexualidad.
También en las personas sanas las funciones arcaicas del yo reaparecen en los estados de intoxicación, de agotamiento y especialmente en el momento de conciliar el sueño y en el despertar.
Las Primeras Etapas
Las funciones mentales constituyen un aparato, cada vez más complicado, destinado a controlar los estímulos.
El yo se torna diferenciado bajo la influencia del mundo externo, el recién nacido carece de yo. La criatura humana, al nacer, es mas desvalida que los demás mamíferos. No puede distinguir entre la multitud de estímulos que le acosan, carece de la capacidad de “LIGAR tensión”. Se puede suponer que carece de una conciencia clara, y que posee una sensibilidad indiferenciada al placer y al dolor, aumento y disminución de tensión. Precisamente las funciones que mas tarde formaran el yo y la conciencia son las que aun no se han desarrollado: la “aprhension” del mundo externo (percepción), el dominio del aparato motor y la capacidad de fijar la tensión mediante la contracatexis.
El yo en un sentido estricto, no se completa nunca. Al nacer el ser que emerge de un contorno tranquilo entra en un estado de abrumadora estimulación con un mínimo de protección a los estímulos. Y este estado de anegamiento por excitación según Freud constituye el modelo de toda angustia ulterior, el cual ocasiona cierto displacer y provoca la primera tendencia mental, a saber, la tendencia a liberarse del estado de tensión.
En los primeros vestigios de conciencia no hay una distinción entre yo y no-yo, sino entre mayor o menor tensión.
El descubrimiento de los objetos y la formación del yo
La vida del niño transcurre en una alteración del hambre y el estado de sueño. El hambre produce un estado de tensión y por ende a una tendencia a liberarse de la tensión.
Los primeros signos de representación de objetos deben tener su origen en el estado de hambre, cuando aparecen los primeros comienzos claros de las ulteriores funciones del yo, la vaga noción de que el mundo externo deberá de hacer algo para calmar los estímulos conduce a crear su primera ansia de objeto.
El niño depende físicamente de las personas que lo cuidan, pero estas personas no constituyen sus objetos, en un sentido psicológico, dado que el bebe no tiene conciencia del mundo externo, sino tan solo de su propia tensión o relajamiento. La primera conciencia de un objeto tendrá que surgir de un anhelo de algo que ya le resulte familiar, algo que tiene la aptitud de gratificar necesidades y que en ese momento no esta presente.
El origen del yo y el origen del sentido de realidad no son más que dos aspectos de una misma etapa del desarrollo. El yo es aquella parte de la psique que maneja la realidad. Somos individuos en la medida en que nos sentimos separados y distintos de los demás.
Al comienzo no existe más que la percepción de una tensión,de “algo interior”. Más adelante cuando se advierte que existe un objeto destinado a aplacar la tensión, tenemos un “algo exterior”. Las sensaciones táctiles externas y los datos sensoriales internos ayudan a distinguir entre lo que es mi cuerpo y lo que no. La imagen corporal constituye la idea del YO.
Percepción primitiva e identificación primaria
Primer estadio donde no hay representación alguna de un objeto, se llama narcisismo primario. Las primeras reacciones a los objetos son como reflejos, cada estimulo exige una respuesta inmediata. La entrada de estímulos y la descarga de estímulos, la percepción y la reacción motora permaneces cercanas entre sí, inseparablemente entrelazadas. La percepción primitiva se halla caracterizada por ser sumamente cercana a la reacción motora.
La catexis puede considerarse como una primera tentativa de control del mundo externo. Esta es la base de la diferenciación de sistemas de percepción y sistemas de memoria y el origen de una conciencia mas diferenciada.
Un intento primitivo de control de los estímulos intensos consiste en la primitiva imitación de aquello que es percibido.
Una reacción primitiva a los primeros objetos es el que bebe quiere ponerlos dentro de la boca. La primera realidad es aquello que uno puede tragar. Reconocer la realidad significa juzgar acerca de si algo ayuda a lograr la satisfacción o bien provoca tensión. El primer amor es objetal (oral), la primera reacción motora a estímulos externos y la primera percepción. Las identificaciones desempeñan un papel importante en el proceso de estructuración del futuro yo.
El mundo es percibido, de acuerdo con los instintos, como una amenaza o como una fuente de satisfacción. El yo en estadios primitivos no ha aprendido aun a postergar la reacción a los estímulos.
Omnipotencia y autoestima
El bebe como no logra diferencia todavía entre lo que es él y lo que es el mundo externo, cuando él siente una excitación y las personas que lo rodean calman esa excitación rápidamente, llega a sentirse omnipotente.
La separación del yo con respecto al mundo externo no es un proceso repentino sino gradual.
La introyeccion es un intento de hacer fluir al interior del yo partes del mundo externo y la proyección colocar en el mundo externo las sensaciones desplacientes.
Cuando el niño es obligado por su experiencia a renunciar a la creencia de su omnipotencia, considera como omnipotentes a los adultos y trata mediante la introyeccion, de participar de nuevo en su omnipotencia.
La autoestima constituye la manera de hacerse cargo el individuo de la distancia que lo separa de la omnipotencia primitiva. El anhelo de retorno a la omnipotencia y el anhelo de eliminación de la tensión instintiva no se hallan diferenciadas
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