Trast. Deficit Atencional
Enviado por mjgonmo • 18 de Junio de 2013 • 1.335 Palabras (6 Páginas) • 484 Visitas
Las demandas del sistema actual han hecho un esfuerzo por normalizar las conductas y comportamientos al interior de las escuelas. Relacionado con esto, encontramos una tendencia en aumento del diagnostico por déficit atencional. De la mano con lo anterior hay que también considerar que existe un escaso entendimiento de las subjetividades del niño, así como también de su pensamiento simbólico y metafórico. Investigaciones han demostrado que sólo en el año 2012 se diagnosticaron 28.095 estudiantes con TDHA en nuestro país, esta cifra no deja de ser alarmante si pensamos en el nivel de medicación que poseen estos pacientes en su infancia.
El constante esfuerzo de este sistema por mantener la hegemonía ha repercutido –actualmente- en la infancia, provocando una masificación de la patología a nivel escolar y nacional. Los medicamentos son utilizados como herramientas de orden social y que a la vez mantienen en pie a las grandes industrias farmacéuticas. Al parecer la patologización de la infancia es un elemento del que todos sacan provecho, la industria adquiere más poder, los establecimientos educacionales y sus docentes mantienen la norma, y los padres tienen hijos modelos, pero, ¿Alguien realmente piensa en los niños como sujetos activos dentro de esta sociedad? Sujetos que tienen derecho a manifestar y comunicar mediante sus propias herramientas que están en desacuerdo o no con ciertas decisiones. Es a partir de esto que tomare las técnicas de terapia de juego como una alternativa que permite al niño comunicar y expresar mediante un lenguaje simbólico, lenguaje que será escuchado y comprendido con el fin de hacer partícipe al niño de lo que está ocurriendo.
Por último será importante explicitar que en muchos de los casos se prefiere un tratamiento rápido que “vuelva al niño a su normalidad” en vez de indagar mas allá, mediante una terapia familiar, por ejemplo, a ver si existen problemas al interior de la estructura familiar que provoquen estos cambios en el niño. En estos casos las técnicas de juego se presentan como una alternativa mucho menos invasiva que un tratamiento farmacológico que tiene por objetivo únicamente eliminar el síntoma y reinsertar al funcionamiento normal. Como menciona Gil (2005) la meta de la terapia de juego consiste en dar oportunidades a los niños, de enfrentar sus dificultades mediante un juego simbólico, en el contexto de una relación terapéutica.
Desarrollo
Según la guía clínica elaborada por el MINSAL (2000) la prevalencia en Chile del trastorno por déficit atencional corresponde a un 6,2% del total de la población, presentándose 2 a 4 veces más en hombres que en mujeres, y se considera que uno de cada 80 o 100 estudiantes de educación básica necesita atención por este mismo cuadro. La cifra es alarmante si consideramos la existencia de un margen no contemplado, así como también que el porcentaje de población infantil en nuestro país no supera el 20%. Estos números nos hacen pensar en la conveniencia de la enfermedad, es decir, ¿realmente esta cantidad de estudiantes padecen déficit atencional?, o este trastorno es más bien una herramienta que utilizan los poderosos para enriquecerse y mantener la normalidad, por ende, productividad. Así lo explicitan Abarca y Riquelme (2009) cuando mencionan que esta situación refleja la hegemonía del modelo médico y su consecuente tratamiento farmacológico en el abordaje del TDAH, la cual es conveniente a cierto sector económico y a ciertos actores sociales de la clase dominante: los empresarios de la salud (farmacéuticas, por ejemplo) y a los sostenedores educativos – a través de las subvenciones que reciben, por medio del Decreto 170 de la Ley 20.201, por matricular estudiantes con TDAH.
Entonces tenemos dos aristas para comprender el trastorno por déficit atencional, por un lado encontramos el tratamiento convencional, a base de fármacos como el bien conocido ritalin (Metilfenidato), en donde el niño es un agente pasivo dentro de su tratamiento, y su comprensión no sirve más que para eliminar un síntoma. Por otro lado encontramos una posición más integrativa, que pretende trabajar de manera interdisciplinar, y en donde el niño será agente activo de
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