Trastorno Autista (Como Diseñar Actividades Estratégicas Para Niños de Primaria)
Enviado por Daniela-Faisal • 30 de Agosto de 2022 • Apuntes • 4.067 Palabras (17 Páginas) • 81 Visitas
Trastorno Autista (Como Diseñar Actividades Estratégicas Para Niños de Primaria)[pic 1]
Araceli Jiménez Hernández, Jerusa Jiménez Obando
Clave:
C.T 27PSU0041T
Presentado a:
Lic. Lina González de la cruz
Nombre de la Institución:
Universidad Asbemaan
Asignatura:
Seminario de Tesis I
Ciudad:
Frontera Centla Tabasco
Fecha:
05/03/22
ÍNDICE
Resumen
Introducción
Introducción
Antecedentes
RESUMEN
El autismo se caracteriza por la aparición temprana, antes de tres años, de alteraciones en la conducta social, comunicación verbal y no verbal, y por comportamientos inusuales. Este desorden del neurodesarrollo muestra una gran heterogeneidad conductual, desde modificaciones leves de la personalidad hasta discapacidad grave, que han sido agrupadas bajo el término trastorno del espectro autista (TEA).
EL TEA tiene un origen genético y hasta 150 genes podrían conferir susceptibilidad. Estos genes están relacionados con la plasticidad sináptica y con el desarrollo neurológico. Además, factores ambientales y epigenéticos podrían subyacer al incremento observado en las últimas décadas de la prevalencia de TEA.
La atención educativa del alumnado con TEA requiere:
1. Una valoración individualizada; 2. Un programa de intervención educativo ajustado a los objetivos; 3. Un sistema de seguimiento, para revisar los progresos del alumnado.
Se ha elaborado una propuesta metodológica, indicando el desarrollo y los materiales de intervención. La propuesta es para un aula, de un centro educativo ordinario, que tiene alumnos con TEA sin necesidad de adaptación curricular significativa. Se ha programado una unidad didáctica tratando de fomentar la mejora de habilidades, la autonomía e iniciativa personal, así como el desarrollo del aprendizaje para el alumno con TEA.
INTRODUCCIÓN
Trastorno del espectro autista.
El término autismo se utilizó por primera vez por el psiquiatra Leo Kanner en 1943 en su artículo “Autistic Disturbances of Affective Contact). Kramer publicó su artículo tras observar a 11 niños que mostraban “incapacidad para relacionarse de forma normal con las personas y las situaciones desde el comienzo de su vida”. Casi en la misma época Hans Asperger (1944) publicó las características de la psicopatía autista. El trabajo de Asperger permaneció en el olvido hasta que fue rescatado a finales del siglo pasado.
El concepto actual de autismo corresponde a la expresión de un conjunto heterogéneo de características conductuales, causado por alteraciones en el desarrollo del sistema nervioso, denominado trastorno del espectro autista. El trastorno se caracteriza por su inicio temprano, antes de los tres años de edad, y se define por su evaluación clínica: alteraciones de la conducta social; perturbación en la comunicación verbal y no verbal; y patrones de comportamientos inusuales y repetitivos. Además, el nivel de alteración en estas características es diferente entre los sujetos autistas (Geschwind y Levitt, 2007).
A comienzos de los ochenta se empieza a formular teorías sobre el autismo y estrategias para su curación, y se propone la importancia de la base genética del autismo ya que algunos pacientes mostraban desórdenes cromosómicos (Blomquistd et al., 1985). Además, los estudios realizados en familias y hermanos gemelos describieron al autismo como el “más genético” de los trastornos neuropsiquiátricos, con tasas de autismo del 90% entre gemelos, que disminuían al 10% en los mellizos (Greenberg, Hodge, Sowinski y Nicoll, 2001). A principios de los noventa, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó la décima clasificación internacional de enfermedades e incluyó los Trastornos Generalizados del Desarrollo que se caracterizaban por alteraciones en la interacción social, en la comunicación y por la realización de actividades repetitivas y estereotipadas; además, estos desordenes están, generalmente, asociados a alteraciones cognitivas. Años más tarde, la “American Psychiatric Association” (APA) publicó en 1995 la cuarta versión del manual diagnóstico y estadístico de los desórdenes mentales (DSM-IV) con el apartado de Trastornos Generalizados del Desarrollo, que incluían Síndrome de Asperger (Asperger’s síndrome), Trastorno desintegrativo infantil (CDD, chilhood disintegrative disorder), Trastorno de Rett, Trastorno Autista (autistic disorder) y Trastorno generalizado del desarrollo no especificado en otras categorías. Los datos acumulados durante los últimos veinte años han propiciado que la APA haya revisado la clasificación en 2013. En el caso de los Trastornos Generalizados del Desarrollo, el primer cambio hace referencia a su propia denominación, ahora llamado como Trastorno del Espectro Autista (TEA; en la terminología inglesa Autism Spectrum Disorder, ASD). El TEA incluye tres de los cinco Trastornos Generalizados del Desarrollo: síndrome de Asperger, trastorno autista, y trastorno generalizado del desarrollo no especificado en otras categorías. A pesar de las semejanzas entre personas autistas (déficits sociales, de comunicación y conducta), se ha encontrado una heterogeneidad clínica extrema, que va desde modificaciones leves de la personalidad hasta discapacidad grave. Así que el autismo no tiene un origen único, y su manifestación en el comportamiento es compleja, abarcando diferentes trastornos autistas o una continuidad de los rasgos y comportamientos autistas definidos como TEA.
2.2. Prevalencia del TEA
En las últimas décadas se ha detectado un incremento espectacular en el número de casos de TEA diagnosticados (Nightingale, 2012). Así se ha pasado de 1-5, descrito en los años setenta, hasta 15-100 casos por cada 10.000 nacimientos que se estiman actualmente. Además, la prevalencia del trastorno es aproximadamente cuatro veces mayor en niños que en niñas. Este incremento se considera que es un resultado de los cambios en los criterios de diagnóstico y de una mayor conciencia global sobre el autismo. Sin embargo, no se puede descartar un cierto aumento en los casos de TEA. En 2011 se estimó que había 6,6 millones de casos de trastornos del espectro autista registrados en el conjunto de diferentes países [Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania, Italia, España y el Reino Unido. El incremento observado ha ido acompañado por un incremento en los fondos de financiación para su estudio y tratamiento.
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