Trastorno Borderline
Enviado por Rovi76 • 10 de Enero de 2015 • 2.033 Palabras (9 Páginas) • 252 Visitas
F 6 0 . 3 1 T r a s t o r n o l í m i t e d e l a p e r s o n a l i d a d [ 3 0 1 . 8 3 ]
Características diagnósticas
La característica esencial del trastorno límite de la personalidad es un patrón
general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la
afectividad, y una notable impulsividad que comienza al principio de la edad
adulta y se da en diversos contextos.
Los sujetos con un trastorno límite de la personalidad realizan frenéticos
esfuerzos para evitar un abandono real o imaginado (Criterio 1). La percepción
de una inminente separación o rechazo, o la pérdida de la estructura externa,
pueden ocasionar cambios profundos en la autoimagen, afectividad, cognición
y comportamiento. Estos sujetos son muy sensibles a las circunstancias
ambientales. Experimentan intensos temores a ser abandonados y una ira
inapropiada incluso ante una separación que en realidad es por un tiempo
limitado o cuando se producen cambios inevitables en los planes (p. ej.,
reacción de desesperación brusca cuando el clínico les anuncia el final de su
tiempo de visita, angustia o enfurecimiento cuando alguien importante para
ellos se retrasa aunque sea sólo unos minutos o cuando tiene que cancelar su
cita). Pueden creer que este «abandono» implica el ser «malos». Estos
temores a ser abandonados están relacionados con la intolerancia a estar
solos y a la necesidad de estar acompañados de otras personas. Sus
frenéticos esfuerzos para evitar el abandono pueden incluir actos impulsivos
como los comportamientos de auto-mutilación o suicidas, que se describen
separadamente en el Criterio 5.
Los individuos con un trastorno límite de la personalidad presentan un patrón
de relaciones inestables e intensas (Criterio 2). Pueden idealizar a quienes se
ocupan de ellos o a sus amantes las primeras veces que se tratan, pedirles que
estén mucho tiempo a su lado y compartir muy pronto los detalles más íntimos.
Sin embargo, cambian rápidamente de idealizar a los demás a devaluarlos,
pensando que no les prestan suficiente atención, no les dan demasiado o no
«están» lo suficiente. Estos sujetos pueden empatizar y ofrecer algo a los
demás, pero sólo con la expectativa de que la otra persona «esté allí» para
corresponderles satisfaciendo sus propias necesidades o de-mandas. Son
propensos asimismo a los cambios dramáticos en su opinión sobre los demás,
que pueden ser vistos alternativamente como apoyos beneficiosos o
cruelmente punitivos. Tales cambios suelen reflejar la desilusión con alguna de
las personas que se ocupa de ellos y cuyas cualidades positivas han sido
idealizadas o de quien se espera el rechazo o abandono.
Puede haber una alteración de la identidad caracterizada por una notable y
persistente inestabilidad en la autoimagen o en el sentido de uno mismo
(Criterio 3). Se presentan cambios bruscos y dramáticos de la autoimagen,
caracterizados por cambios de objetivos, valores y aspiraciones profesionales.
Pueden producirse cambios bruscos de las opiniones y los planes sobre el
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futuro delos estudios, la identidad sexual, la escala de valores y el tipo de
amistades. Estos sujetos pueden cambiar bruscamente desde el papel de
suplicar la necesidad de ayuda hasta el de vengador justiciero de una afrenta
ya pasada. Si bien lo habitual es que su autoimagen esté basada en ser perverso o desgraciado, a veces los individuos con este trastorno tienen también
el sentimiento de que no existen en absoluto. Estas experiencias suelen ocurrir
en situaciones en las que el sujeto percibe una falta de relaciones
significativas, de ayuda y de apoyo. Estos sujetos pueden presentar un mal
rendimiento laboral o escolar.
Las personas con este trastorno demuestran impulsividad en al menos dos
áreas potencial-mente peligrosas para ellos mismos (Criterio 4). Pueden
apostar, gastar dinero irresponsablemente, darse atracones, abusar de
sustancias, involucrarse en prácticas sexuales no seguras o conducir
temerariamente. Los sujetos con trastorno límite de la personalidad presentan
comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes o comportamiento
de automutilación (Criterio 5). El suicidio consumado se observa en un 8-10%
de estos sujetos y los actos de automutilación (cortar-se o quemarse) y las
amenazas e intentos suicidas son muy frecuentes. El intento de suicidio
recurrente es con frecuencia uno de los motivos por los que estos sujetos
acuden a tratamiento. Es-tos actos autodestructivos suelen estar precipitados
por los temores a la separación o al rechazo, o por la expectativa de tener que
asumir una mayor responsabilidad. La automutilación puede ocurrir durante
experiencias disociativas y a menudo les proporciona un alivio por el hecho de
reafirmarles en su capacidad para sentir o por servirles de expiación de su
sentimiento de maldad.
Los sujetos con trastorno límite de la personalidad pueden presentar una
inestabilidad afectiva que es debida a una notable reactividad del estado de
ánimo (p. ej., disforia episódica intensa, irritabilidad o ansiedad que
normalmente dura sólo unas horas y que es raro que llegue a persistir durante
días) (Criterio 6). El estado de ánimo básico de tipo disfórico de los sujetos con
un trastorno límite de la personalidad suele ser interrumpido por períodos de
ira, angustia o desesperación, y son raras las ocasiones en las que un estado
de bienestar o satisfacción llega a tomar el re-levo. Estos episodios pueden
reflejar la extremada reactividad de estos individuos al estrés interpersonal.
Los sujetos con trastorno límite de la personalidad pueden estar atormentados
por sentimientos crónicos de vacío (Criterio 7). Se aburren con facilidad y están
buscando siempre algo quehacer. Es frecuente que los sujetos con trastorno
límite de la personalidad expresen ira inapropiada e intensa o que tengan
problemas para controlar la ira (Criterio 8). Pueden mostrar sarcasmo extremo,
amargura persistente o explosiones verbales. Frecuentemente, la ira es
desencadenada cuando consideran a una de las personas que se ocupa de
ellos o a un amante negligente, represor, despreocupado o que le abandona.
Estas expresiones de ira suelen ir seguidas de pena y culpabilidad
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