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Trastornos de la Naturaleza Psicosomática


Enviado por   •  26 de Agosto de 2016  •  Tarea  •  2.976 Palabras (12 Páginas)  •  227 Visitas

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TRANSTORNOS DE NATURALEZA PSICOSOMATICA ASOCIADOS AL SISTEMA INMUNE

CÁNCER

El cáncer es el resultado de un crecimiento desordenado e incontrolable de las células del organismo. Todas las células están programadas genéticamente para reproducirse, aunque también existe una programación idéntica para detener dicha reproducción.

Las células de un cáncer se dividen y crecen de forma aleatoria, espontanea e incontrolada debido a la existencia de una alteración en el mecanismo que inhibe la reproducción celular. Además del crecimiento excesivamente rápido, otra característica de las células tumorales es que son incapaces de organizarse y autorregularse adecuadamente por si mismas, de tal modo que la masa de tejido que forman no se parece a un tejido normal.

Los tumores benignos tienden a comprimir a los tejidos normales que los rodean, pero no crecen penetrando en su interior. Las células de un tumor maligno penetran y se extienden en el interior de los tejidos normales del organismo, pasando posteriormente, a través de la corriente sanguínea o de los canales linfáticos, a otras aéreas corporales en donde establecen nuevos tumores.

Los tumores malignos se clasifican en cuatro categorías de acuerdo con el tipo de célula de la cual se originaron en un principio: Los que se han formado a partir de células que recubren las superficies interiores y exteriores del organismo (piel, intestino, membrana del tracto respiratorio, urinario o gastrointestinal) se denominan carcinomas y constituyen las formas de cáncer mas frecuentes. Los sarcomas provienen de estructuras mas profundas, tales como el cartílago de los huesos o los músculos. Los linfomas son tumores que se originan en el tejido linfático (cuello, ingle y axila) y la leucemia constituye una forma de cáncer generada en el sistema sanguíneo.

Los datos epidemiológicos relativos a las tasas de incidencia y mortalidad tienden a confirmar que en la actualidad el cáncer produce aproximadamente el 23% de las tasas de defunción, considerándose la segunda causa de muerte después de las enfermedades cardiovasculares.

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2005 7,6 millones de personas murieron de cáncer en todo el mundo y se estima que unos 84 millones de personas morirán como consecuencia del cáncer en los próximos 10 años. El cáncer es la segunda causa de muerte en los adultos en el mundo occidental, después de las enfermedades cardiovasculares, y es la principal causa de muerte por enfermedad (por detrás de los accidentes de cualquier tipo) en niños de 1 a 14 años.

PSICOSOMÁTICA DEL CÁNCER.

Las primeras referencias que vincularon los factores psicológicos con el cáncer aparecieron durante el siglo XIX, cuando Snow (1893) observo que de un total de 250 historias clínicas de pacientes con cáncer, que había analizado en el Cáncer Hospital de Londres, en 156 casos había precedentes de problemas afectivos, relacionados específicamente con perdidas, en la aparición del trastorno.

Ya a comienzos del siglo XX, en el libro de Evans (1926) sobre “un estudio psicológico del cáncer” se vuelve a señalar que una de las causas principales de esta enfermedad era la perdida de un motivo de amor o de una relación emocional importante.

Se han propuesto dos vías complementarias a través de las cuales los factores comportamentales y psicosociales afectan al cáncer. Por una parte, determinadas conductas específicas pueden incrementar indirectamente el riesgo a padecer cáncer, al exponer a los sujetos a carcinógenos potenciales (por ejemplo, tabaco, alcohol, dieta, exposiciones al sol, carcinógenos ocupacionales, etc.), o alterar la supervivencia (por ejemplo, la demora en buscar tratamiento medico o la falta de adherencia hacia este).

Por otra parte, las variables emocionales, las estrategias de afrontamiento y el estrés afectan directamente al medio interno, influyendo sobre el riesgo y la supervivencia (progresión del cáncer).

ESTRÉS Y CANCÉR

Aplicando una metodología retrospectiva, una serie amplia de trabajos constataron que un incremento en la incidencia de sucesos estresantes había precedido el comienzo del cáncer.

Para entender las formas en que el cáncer se ve afectado por el estrés (ya sea causándolo o haciéndonos propensos a su evolución) debemos hacer una diferencia de los sucesos vitales que causan el estrés, clasificándolos en: dependientes e independientes de la conducta del sujeto (por ejemplo, un suceso vital independiente es la muerte de un familiar; un suceso dependiente es un ascenso laboral). Estudios clínicos en los que se comparan los efectos del estrés en personas con cáncer, cardiopatía coronaria y trastorno de ansiedad han mostrado que el cáncer podría relacionarse con factores que facilitan el desarrollo de reacciones de indefensión y desesperanza, ausencia de control y en general formas pasivas de afrontamiento (este tipo de reacciones son mas frecuentes ante eventos independientes).

Ejemplificando lo anterior: varios autores han señalado que los eventos relacionados con la perdida (muerte del cónyuge o de un amigo íntimo) y la enfermedad (hospitalización de un miembro de la familia) tienden a asociarse de forma consistente con el cáncer de mama.

CARÁCTER PERSONAL Y CÁNCER.

La idea de que ciertas características psicológicas puedan jugar un papel relevante en el desarrollo del cáncer ha sido ya abordada desde la época de Galeno, quien en su tratado sobre los tumores De tumoribus señalo que las mujeres “melancólicas” eran más susceptibles al cáncer que las “sanguíneas”

Este mismo fenómeno ha sido reflejado casi de forma sistemática a través de posteriores observaciones, constatándose que el cáncer tiende a presentarse en individuos apocados, no agresivos e incapaces de expresar adecuadamente sus emociones.

La investigación científica, basada en estudios psiquiátricos o psicológicos, ha puesto de relieve fundadamente dos tipos de características psicológicas como factores precursores del cáncer. Por una parte, la inhibición, represión y negación de las reacciones emocionales, especialmente la inhibición de las expresiones agresivas y de la ira. Este tipo de variables contribuyo al desarrollo del constructo denominado personalidad tipo C, como un patrón de conducta contrapuesto al tipo A (predispuesto a la enfermedad coronaria) y diferente al tipo B (tipo saludable). La otra característica psicológica se ha asociado a la dificultad para hacer frente de forma activa a las situaciones de estrés, vinculándose a sentimientos de indefensión, desesperanza y depresión.

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