Tratamiento de la dependencia del alcohol

Tratamiento  de la dependencia del alcohol

        Muchas de las personas que consumen alcohol no se dan cuenta que su comportamiento es problemático, además que no hay restricciones legales solo la edad que imponen para consumir. Hoy día se respalda en los anuncios publicitarios y se ha formado parte de la sociedad. No obstante tampoco se le da importancia ni mucho menos los individuos ha tenido el interés a los tratamientos que se le da en los trastornos relacionados al alcohol.  Por negligencia, la mayoría de los individuos que dependen del alcohol no buscan el tratamiento de forma voluntaria y esto se ha formado una meta importante para desarrollar estrategias para las instituciones de salud y de servicios sociales, de familia y los prestadores de servicios informales que buscan cambiar las redes sociales y canalizar las personas a tratamientos.

        El tratamiento biológico son aquellos medicamentos para la dependencia del alcohol. Los fármacos son los que bloquean o interactúan con los mecanismos cerebrales, son la mayor causante para la dependencia del alcohol.  Ejemplo de estos: La naltrexona se receta como auxiliar para impedir la recaída de aquellos que tienen una dependencia de alcohol.  Los investigadores consideran que tal medicamento que bloquea los efectos placenteros de los opiáceos. El opiáceo es la sustancia que se utiliza para tratar el dolor y causar sueño.  En consecuencia la persona que consume naltrexona y que luego bebe el alcohol la experiencia es mucho menos reforzada y por lo tanto habrá una mayor posibilidad a abstenerse.  Los clínicos que recomienda la naltrexona a los clientes ha descubierto que el consumo diario es problemático y es mayor probable que utilicen medicamentos inyectables de mayor duración.  

Otro de los tratamientos  es el medicamento acamprosato, el mismo fue aprobado  por la Dirección General de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos.  Las personas que han utilizado dicho medicamento se han observado aumentos significativos en la calidad de vida.  El mismo restablece el equilibrio entre la neurotransmisión inhibitoria y excitatoria en el sistema nervioso central.

        Comparando los medicamentos anteriores los investigadores han descubierto que ambos fármacos funcionan, pero el acamprosato parece ser especialmente útil en  un método terapéutico que tiene por objetivo la abstinencia, mientras que la naltrexona al parecer es preferible en programas de tratamiento que buscan un consumo controlado.

        Hay algunos medicamentos que se utilizan para controlar los síntomas de afecciones coexistentes: por ejemplo, las bensodiazepinas: pueden controlar los síntomas de abstinencia y prevenir el desarrollo del delirium tremens, una afección física que consiste en una disfunción del sistema nervioso autónomo, confusión, y posiblemente apoplejías.  Otra categoría de medicamentos utilizados para tratar la dependencia del alcohol son los fármacos que buscan producir una reacción fisiológica fuertemente aversiva cuando la persona bebe.  El condicionamiento aversivo es que la persona forme una asociación negativa con el consumo de alcohol. El medicamento que se utiliza es el disulfiram, suele ser eficaz solamente cuando se realiza en un entorno supervisado.  Lo que provoca es que inhibe el aldehído deshidrogenasa, una encima que su función es metabolizar el alcohol. Dependiendo de la cantidad de alcohol en el cuerpo, esta reacción comprende dolor de cabeza, acaloramiento y enrojecimiento en el rostro, dolor de pecho, debilidad, sudoración, sed visión borrosa, confusión, ritmo cardiaco rápido y palpitaciones, una caída en la presión sanguínea dificultad para respirar, náuseas y vomito.  

        La terapia de prevención de la recaída es un tratamiento psicológico basado en el modelo cognitivo-conductual, con el propósito de identificar e impedir las situaciones de alto riesgo de recaída.  Cuando los individuos que dependen del alcohol se equivocan y vuelven a beber  son vulnerables al efecto de violación de la abstinencia, la mayoría suelen culparse  y percibir una pérdida de control después de una violación  a las reglas.

        Los psicólogos que trabajan en este campo comienzan su trabajo evaluando las situaciones de alto riesgo, o las circunstancias en las que el individuo puede sufrir una recaída por ejemplo: ir a una fiesta, asociarse con personas bebedoras o ir a su bar favorito. El terapeuta refuta las expectativas que el cliente tiene respecto a los efectos positivos que percibe en la bebida o el consumo de otras sustancias y analiza los componentes psicológicos del consumo de la sustancia de modo que el cliente pueda hacer elecciones más informadas en situaciones amenazadoras. Las personas que violan la abstinencia es casi imposible de volver a un proceso de abstinencia ya que es un signo de debilidad o falta de carácter personal. Mientras que una persona que está en la prevención de recaída, el individuo aprende capacidades para la toma de decisiones que le permiten analizar una situación de alto riesgo y determinar que habilidades de afrontamiento funcionarían mejor. Aprenderían a expresar y recibir sentimientos positivos y negativos, iniciar contacto y responder a las críticas. La meta de prevención de recaída no se logra en un solo paso, sino que requiere un programa gradual que exponga al individuo a situaciones de alto riesgo en incrementos cada vez mayores.  El terapeuta exhorta al individuo a que haga inferencia a partir de comportamientos exitosos que refuercen los sentimientos de autoeficacia.

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