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Yo Gano, Tu Ganas


Enviado por   •  8 de Enero de 2013  •  2.845 Palabras (12 Páginas)  •  1.090 Visitas

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YO GANO, TÚ GANAS

RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS DE MANERA CREATIVA

Como individuos con necesidades, puntos de vista, gustos y valores diferentes, es inevitable que encontremos conflictos; lo importante es cómo afrontarlos. Según la técnica que vamos a desarrollar, podemos transformar el conflicto en una oportunidad para aprender más acerca de uno mismo y de los demás, afrontándolo de forma constructiva.

Consideremos los siguientes sentimientos: ¿Qué pasa cuando…?

¿Afrontamos mal o ignoramos un problema?

Ansiedad

Retirada

Confusión

Separación

Soledad

Enfado reprimido

Resentimiento

Cansancio

¿Y cuándo lo encaramos adecuadamente?

Alegría

Franqueza

Alivio

Sensación de logro

Sensación de expansión

Trabajo en equipo

Cambio

Crecimiento

Paz

Relajación

Indicios de un conflicto:

Crisis, tensión, malentendidos, incidentes, incomodidad.

Actitudes ante un conflicto:

Cuando un conflicto se acerca, podemos elegir qué actitud tomamos:

Retirada:

Afrontamos esta actitud cuando dejamos de hablar, nos retiramos ofendidos o hechos una furia, nos deprimimos, ignoramos al otro, hacemos después comentarios “mordaces”, dejamos de preocuparnos del “otro”, intentamos castigarle.

Perdemos así una oportunidad de dar nuestra opinión. Es una actitud acertada si nuestra ausencia no afecta a lo que está sucediendo, o incluso si nuestra retirada dirige la atención hacia un problema que existía y se había descuidado.

Supresión:

Cuando actuamos como si no pasara nada, o toleramos el conflicto “para evitar un mal mayor”, o utilizamos nuestros encantos para lograr lo que queremos, no decimos nada en el momento pero luego tramamos algo…

Tomamos esta actitud cuando intentamos salvar la relación a cualquier precio, sin darnos cuenta de que a veces los conflictos pueden disolverse con mantener sencillamente una actitud amistosa, o si hablamos con tacto en vez de con una “sinceridad devastadora”.

Yo gano, tú pierdes:

Si nos proponemos probar que la otra persona está equivocada, nos ponemos de mal humor hasta que la hacemos cambiar de opinión, le hacemos callar con nuestros gritos, nos ponemos violentos, imponemos las reglas, nos burlamos del otro, buscamos aliados que nos apoyen, exigimos que la otra persona ceda para salvar la relación.

Tomamos esta actitud para evitar el dolor de estar equivocados. Problema: los perdedores, a largo plazo no apoyarán una decisión en la que no han tomado parte y pueden sabotearla. A veces es necesario que alguien tome el control e imponga unas reglas en beneficio de todos, o cuando alguien necesita protección a causa de un comportamiento violento o temerario.

Pacto:

Si intentamos dividir el problema equitativamente, evitamos la discordia, cedemos un poquito para poder conservar la relación.

Inconvenientes: alguno podría exagerar su posición para al ceder un poco parecer magnánimo, podría ocurrir que ninguna de las partes se sienta demasiado convencida de la solución. Si las opciones para resolver el conflicto no se exploran en profundidad, seguramente no salgan soluciones muy buenas.

Tú ganas, yo gano, todos ganamos:

Este es un enfoque bastante distinto para resolver un conflicto, en el que ambas partes establecen a posteriori relaciones mejores y más fuertes; cuándo ambas partes ganan, ambas están vinculadas a la solución. Se trata de:

• tomar el conflicto como una oportunidad de mejorar las cosas, saludando al problema en vez de rechazarlo, abriendo puertas en vez de cerrarlas,

• enfrentarnos a los problemas sin buscar soluciones demasiado rápidas,

• explorar con creatividad posibles soluciones, y diseñar otras nuevas,

• definir las necesidades y los sentimientos propios y del otro,

• reconocer los valores de los demás tanto como los propios,

• reconocer la situación tal como es, planteándonos que quizá no tengamos razón,

• ver si existen puntos en común con la otra parte a pesar de tanta discordia,

• intentar ser objetivo y separar el problema de mi visión y aceptación de la otra persona / grupo, considerándoles compañeros, no contrincantes.

• concentrarse en lo que es justo para todos, sin presionar,

• ser duro con el problema, pero suave con las personas, dirigiendo nuestra energía a conectar con la otra persona en vez de a alejarnos de ella. Hay que separar la persona del problema.

En este enfoque se da mucha importancia al valor de la COOPERACIÓN. La mejor oportunidad de cambiar a alguien que rehusa cooperar es continuar ofreciéndole con perseverancia alternativas de solución, sin retirarle el afecto, aunque permanezca hostil.

Es muy importante también el LENGUAJE que empleemos, evitando “matar la comunicación” con frases que:

• denoten impotencia o desesperanza: “No me va a escuchar”,” Esto no tiene solución”,

• críticas mordaces: “Siempre te estás quejando”, “No trabajas lo suficiente”,

• catalogaciones: “solamente un idiota puede pensar así”, “¿qué se puede esperar de un tipo como tú?”,

• amenazas: “hazlo o”,

• órdenes: “no me preguntes por qué”, “por que lo digo yo”,

• deberías o tendrías que: “deberías ser más responsable”

• reservarse parte de la información: “este proyecto te va a gustar mucho” (sin decir cuánto tiempo requiere),

• interrogatorios: “¿Qué estás haciendo?”

• Consejos no requeridos (cuando la otra persona sólo demanda que la escuchen): “¿Porqué no lo hiciste así?”,

• Elogios (con el fin de manipular): “Eres muy bueno en esto, ¿Podrías hacerme un favorcito?”

• Cambiar de tema: “¡qué interesante!. Por cierto, ayer fui al cine”.

Sin embargo, existen actitudes que son estimuladoras de la EMPATÍA (conocimiento de los sentimientos e intereses de la otra persona, y viceversa). Cuando a la empatía le unimos la sinceridad, obtenemos otra virtud: La Compenetración. Podemos pensar en otras personas en términos de amabilidad: “Tenemos cosas en común”, “Me escuchan y me cuentan sus cosas”… El compartir una actividad puede ayudar a crear vínculos entre dos personas (jugar, trabajar, pasear, ir al cine, estudiar). Es necesario elegir un momento oportuno para iniciar una conversación un poco profunda (de tú a tú).

LA ESCUCHA ACTIVA:

Saber

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