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ORATORIOS VACIOS


Enviado por   •  26 de Junio de 2019  •  Ensayo  •  1.046 Palabras (5 Páginas)  •  145 Visitas

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ORATORIOS VACIOS

El mismo titulo suena fuerte, un oratorio vacío, sin jóvenes, lo expreso así porque desde mi percepción no hay otro modo para dar a entender el propósito de este escrito, cabe mencionar que mi intención no es hablar mal de la congregación salesiana, la cual es una familia que me ha dado mucho, solo quiero compartir mi sentir a cerca del contexto actual del carisma y dar un pequeño elemento de reflexión que pueda mover corazones.

¿Cómo ha sido tu experiencia del oratorio salesiano?, esta es una pregunta que quisiera hacer, la mía fue agradable, enriquecedora y llena de bendiciones, la primera vez que pisé una obra salesiana me sentí como en casa, quienes me dieron la bienvenida lo hicieron de tal forma que desde ese primer día me sentí parte de ella. Llegué lleno de temores, dudas y con varias situaciones difíciles, propias de mi adolescencia, pero gracias al acompañamiento de mis compañeros oratorianos, los cuales ocupan un lugar en mi corazón, y del salesiano, ese padre, maestro y amigo, figura viva de Don Bosco, pude enfrentar, sanar y superar.

El patio fue un espacio clave en todo ese caminar, ahí te encontrabas con tus amigos para jugar, recibir el mensaje de los buenos días, hacer oración, recibir una que otra platica, o sentarte a conversar con algún sacerdote o hermano cuadjutor, el patio a simple vista parecía un espacio inanimado, pero no era así, toda esta dinámica le daba cierta mística que hacia presente la figura de Dios, la podías notar en la sonrisa de tus compañeros, en la mirada fija de quien te escuchaba o te compartía un mensaje, en el abrazo sincero, también en el llanto, y la preocupación del otro.

¿Cómo algo así podía llegar a generar tanto? Desde mi punto de vista la respuesta tiene que ver con el deseo de encuentro, de tener una presencia cercana con el otro, capaz de transformar ese momento en una experiencia grata, algo ordinario en extraordinario. De ahí la tan famosa asistencia, Don Bosco recordaba en todo momento a sus colaboradores hacerse presentes entre los jóvenes, ya que él estaba convencido que hacía mucho bien. Recuerdo cuando se armaban las retas de futbol entre amigos, de vez en cuando veíamos que algún salesiano se acercaba a vernos y nosotros lo invitábamos a que jugara con nosotros, la mayoría de las veces lo hacía, era una mas del equipo, el juego era tan sano, que nadie decía palabrotas, no había peleas entre nosotros, todos reíamos, nos emocionábamos, siempre terminábamos cansados, pero contentos, con ganas de regresar al otro día.

Con ese tipo de gestos el salesiano llegaba a ganarse el corazón de los muchachos, varios de ellos llegaban ahí porque en casa había problemas, también porque alguno que otro no estudiaba y las tardes eran su único tiempo libre después del trabajo para distraerse, o simplemente estaban solos, sin una persona con quien convivir. Me tocó ver varios casos de este tipo y el salesiano fue clave para hacer algo de bien en las vidas de estos jóvenes al darles alguna palabra de ánimo, invitarlos a comer, escucharlos, confesarlos, o jalarles las orejas una que otra vez. Cuantas maneras tan sutiles de acercar a un joven a Dios, y es que la fe, desde mi perspectiva, debe de ser cotidiana, Nuestro Señor también puede estar fuera de un templo, y creo que San Juan Bosco llegó a ser un gran educador por esa razón, en todo momento y lugar veía la oportunidad para enseñar a sus muchachos.

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