Apostoles de la palabra

                                                                                                                                                                                                                                        TODA LA FAMILIA MISIONERA

"APÓSTOLES DE LA PALABRA

Circular # 17

 México, D.F., a 25 de febrero de 2009.

Miércoles de ceniza

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Mis queridos (as) hermanos (as) en Cristo:

La gracia y la paz del Señor Jesús los (as) acompañen siempre y los (as) llenen de santo celo por la causa del Evangelio.

Nuevo Director del Movimiento

Como ya se habrán enterado, ya contamos con un nuevo Director General del Movimiento Eclesial “Apóstoles de la Palabra”, el hno. Martín Sánchez Ramírez, elegido el día 3 de febrero, p.p., al darse inicio a la reunión intermedia. Se trata de un hermano que cuenta con mucha experiencia dentro y fuera de México y muy identificado con nuestro carisma. Por lo tanto, estoy seguro de que su servicio resultará de mucho beneficio para toda nuestra Familia Misionera. Como Asesor Eclesiástico del Movimiento quedó el p. Jorge Luis Zarazúa Campa, fmap., muy conocido y apreciado por todos.

Una de las prioridades de la nueva Dirección General será la de revisar los Estatutos Generales, teniendo en cuenta su situación actual. Ojalá que esto contribuya para el reconocimiento oficial del Movimiento a nivel nacional. En realidad, en muchas ocasiones se estaba dando este paso y siempre alguien intervino para detener el asunto. ¿La razón? Nuestra presencia en la Iglesia es cuestionante y no resulta del agrado de todos.

En concreto siempre ha habido en la jerarquía elementos que no ven con buenos ojos nuestro compromiso en el campo de la apologética y quisieran obligarnos a meternos en la línea ecuménica, lo que para nosotros resulta inaceptable. De ahí su propósito de obstaculizar nuestra acción, tratando de dilatar la aprobación a nivel nacional, como forma de presión o chantaje. Ni modo. No somos moneditas de oro para caer bien a todos.

Aparte de esto, es posible que ahora haya mayores obstáculos para que se dé este paso, a causa de la nueva problemática que estoy tratando, relacionada con los cambios que veo necesarios dentro de la Iglesia. De todos modos, para mí lo que más interesa, es actuar en conformidad con la voluntad de Dios y de acuerdo con mi conciencia. Todo lo demás es secundario, convencido de que se vive una sola vez y por lo tanto o doy chispas ahora o nunca.

Por otro lado, me parecería una traición a mí mismo, a ustedes y a toda la Iglesia si, para poder agradar a todos y así aplanar el camino para el reconocimiento oficial, me callara o actuara en contra de mi conciencia. Por lo tanto, prefiero seguir adelante confiando en Dios, convencido de que Él sabrá cómo y cuándo se darán las cosas, sin necesidad de tener prisa.

 Voluntariado

Para cuidar mejor las posibles vocaciones a la vida consagrada, lo que actualmente representa para todos una prioridad absoluta, se decidió un cambio en lo relacionado al Voluntariado: de hoy en adelante, sea el Movimiento que la Fraternidad y el Instituto contarán con su propio Voluntariado en la etapa formativa y de promesa. Si surge algún problema, se verá cómo solucionarlo como buenos hermanos que somos, miembros de la misma Familia Misionera.

Además, para mejorar las cosas, los invito dividir en dos etapas el período de formación, cada etapa de dos meses. Así, cada dos meses empieza un grupo nuevo, que va aprendiendo muchas cosas del grupo que se encuentra en la etapa más avanzada. Esto facilitará bastante la tarea del formador, que no se verá obligado a enseñar todo, desde un principio, a los hermanos de nuevo ingreso, puesto que muchos aspectos se irán transmitiendo en forma natural de un grupo a otro, como por ejemplo la manera de orar o realizar el apostolado. 

Otras prioridades

Para que nuestro carisma pueda permear toda la Iglesia en la mayor brevedad posible, aparte de la prioridad señalada anteriormente, creo conveniente insistir una vez más en el manejo adecuado de algunas estrategias, que he ido señalando desde hace tiempo y que ya están dando resultados esperanzadores donde se están poniendo en práctica. No se olviden del principio: “En lugar de trabajar por diez, pon a diez a trabajar”.

 -Convenio.

Hay que aprovechar de todas las oportunidades para implantar nuestro método en las parroquias, los colegios y los movimientos, haciendo un convenio con los responsables de cada entidad (párrocos, catequistas, directores de los colegios o dirigentes de los movimientos). Les conviene a ellos (50% de descuento) y también a nosotros, en el sentido de que podemos involucrar a más gente en nuestro tipo de apostolado.

En este caso, de parte de nosotros tiene que haber mucho cuidado en preparar suficientemente bien a los agentes de pastoral, que se van a encargar de llevar adelante el proyecto. Mediante retiros espirituales, cursos de formación y diálogos personales, hay que ayudarlos a empaparse lo más posible de los ideales, que están a la base de nuestra metodología, y la manera práctica de llevar a cabo la enseñanza, tratando de hacer de la catequesis un verdadero camino de fe. En esto naturalmente llevarán la batuta nuestros elementos más capacitados, tomados especialmente de la Fraternidad y el Instituto.

 -Distribuidores.

Va en la misma línea. Hay mucha gente que necesita algún trabajo para poder vivir. Pues bien, nosotros les podemos dar una mano para que distribuyan nuestra literatura y al mismo tiempo vivan del porcentaje que les damos. Hay alguna experiencia al respecto y se ve que funciona. Todo depende de quién esté promoviendo esta iniciativa.

Si se encuentra a gente escrupulosa, que ve mal ganar dinero vendiendo material religioso y piensa colaborar con nosotros de una forma totalmente gratuita, no hay que darle mucha importancia. En realidad, lo hará alguna vez y después nos dejará. Pero eso no es el caso. Queremos gente que tome esto como un trabajo cualquiera para poder vivir, como pasa con los que venden perfumes o suplemento alimenticio. Solamente así podremos garantizar una continuidad a nuestra iniciativa. 

-De puerta en puerta, en los semáforos,

 en los mercados, en los movimientos, etc.

Para extender nuestro carisma, son innumerables las oportunidades que se presentan delante de nuestros ojos. Todo es cuestión de saberlas aprovechar, poniendo el mismo empeño que se pone en cualquier otro tipo de actividad que se considera importante. Como hacen los que manejan cualquier negocio, que tenga éxito. Claro, a ellos les importan las ganancias materiales, mientras a nosotros, más que nada, nos tiene que importar el avance en la misión.

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