Autoridad Espiritual

AUTORIDAD ESPIRITUAL

CAPITULO 1

En este capítulo vemos cual es la importancia de obedecer a las autoridades y de someterse a estas, pero más que esto vemos cuán importante es someterse primeramente a la autoridad de Dios.

Como servidores de Cristo no podemos rebelarnos a nuestras autoridades, ya que estas han sido instituidas por Dios; es por esto que no debemos ver al hombre sino sólo a la autoridad de la que está revestido. Si predicamos a Cristo pero no estamos sujetos a Él, entonces estamos llevando a cabo el principio de Satanás, quien es la máxima representación de rebelión. Porque siendo un querubín quiso sobrepasar la autoridad de Dios, compitiendo con él y volviéndose así un adversario suyo. Satanás no fue expulsado del cielo por haber pecado sino por el producto de su rebelión contra la autoridad del Altísimo.

Si queremos honrar completamente a Dios, debemos someternos a la autoridad con todo nuestro corazón, la mayor exigencia de Él a nosotros es la obediencia. Cuando Saúl desobedeció la orden de Dios de destruir completamente al pueblo amalecita pero perdonó al rey Agag y a sus ovejas y bueyes, atentó contra Dios, porque aunque su intención era ofrecer a estos animales como sacrificio de olor grato al Señor no obedeció y ciertamente obedecer es más importante que los sacrificios.

Entonces podemos decir, que de nada sirven nuestros esfuerzos como servidores de Cristo si no le obedecemos, porque no hemos sido llamados a optar por la abnegación o el sacrificio, sino más bien a cumplir el propósito de Dios. Jesús es la máxima expresión de obediencia porque además de morir en la cruz para darnos la salvación, al hacerlo demostró su completa sujeción y obediencia a la voluntad de Dios. Así como Jesús oró en el monte Getsemaní para conocer cuál era la voluntad del padre, también nosotros debemos orar para conocer cuál es la voluntad de Dios en nuestras vidas y de esta manera podernos someter a su autoridad.

Es importante tener un encuentro con la autoridad de Dios y poseer un conocimiento claro de lo que ella es. Pablo fue un hombre que trató de destruir a la iglesia, pero cuando se encontró con Dios en el camino a Damasco y lo reconoció como su Señor, entendió la supremacía de Él e inmediatamente se sujetó a su autoridad. Si queremos servir a Cristo debemos trabajar según la voluntad de Dios porque el principio del servicio es la autoridad.

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