Cristiano
Enviado por Daniel1393 • 18 de Julio de 2013 • 1.968 Palabras (8 Páginas) • 252 Visitas
INTRODUCCION.
Globalización, Neoliberalismo, Cibernética, Internet, son palabras que despiertan interés
inmediatamente en un número siempre creciente de personas en nuestra sociedad. Estos
fenómenos, productos de una revolución tecnológica, han producido cambios significantes
en las relaciones mutuas entre individuos y naciones.
Muchos de estos cambios son de gran beneficio para la humanidad, en el campo de la
educación, en el mundo empresarial, en la investigación científica, en las comunicaciones
casi instantáneas y mucho más. Sin embargo, al mismo tiempo, van apareciendo algunos
elementos negativos, un preocupante crecimiento de la pobreza, un egoísmo destructivo de
los valores socialestradicionales de la familia y la solidaridad, una concentración de poder
económico y político en manos de pocos con la resultante exclusión de participación real de
las mayorías o a su vez el poder se centra en las multitudes, excluyendo a esa minoría que
también tiene derechos, pero que se les niega por creer que la democracia es aquella
mayoría, que excluye y discrimina al otro, que por cuidar un bienestar colectivo,
descuidamos el bienestar personal y autónomo de hombres y mujeres, provocando la
destitución de la equidad en una sociedad individualizada y de apariencias.
Desde esta situación, surgen una serie de preguntas para el hombre y la mujer cristiano que
requieren reflexión seria y respuestas concretas. Se oye, de vez en cuando, los comentarios
sobre la pérdida de valores en la sociedad, hay preocupación frente al aumento de la
violencia de todo tipo: callejera, guerras fratricidas, genocidio, hay falta de ética en los
gobiernos que se expresa en la corrupción a todo nivel, hay la desintegración de lo que fue
siempre considerada la célula fundamental de la sociedad, la familia.
Algunos no ven relación alguna entre los avances científicos y tecnológicos y la lenta pero
segura desintegración de la sociedad que hemos conocido. Dicen, simplemente, así es la
vida o algo semejante. Sin embargo, algunos estudiosos de la historia, de la economía, de
las ciencias humanas y la misma teología han comenzado a analizar en forma
interdisciplinaria la realidad en que estamos viviendo. Es interesante lo que están
descubriendo, piensan que estamos en el proceso de un cambio no solamente de forma de vivir juntos sino de un cambio de cultura. Y si es así, tendremos que adaptarnos a esta
nueva cultura o desaparecer.
Aunque el tema del Neoliberalismo y el Mercado anunciado parecen, un tema estrictamente
propio al campo económico, no es así. Es un tema que afecta la vida de la persona humana
en su integridad y por eso, es también un tema teológico. Hay un dicho muy común en
algunas partes que dice que si queremos mantener buenas relaciones con otras personas, no
debemos hablar ni de religión ni del dinero. Sin embargo el Evangelio dice con claridad, en
las palabras de Jesús mismo: no se puede servir a Dios y al dinero (Mt 6, 24). Entonces, en
una sociedad dominada por el Mercado materialista como regulador de la vida e
instrumento de felicidad terrena, ¿cómo debe comportarse el cristiano? Si huimos de esta
pregunta corremos el riesgo de reducir la religión a unas prácticas devocionales o a la
celebración de unos ritos que no tienen nada que ver con la vida diaria. En el mejor de los
casos, nos acordaremos del verdadero Dios cuando, algún día, el mercado falle y esto,
probablemente, para maldecirlo y echarle la culpa.
No sé si estamos o no en la antesala de una nueva cultura, lo que sí es evidente es que
estamos poniendo toda nuestra confianza en las palabras de una ciencia humana que
pretende una autonomía absoluta de las reglas comunes que gobiernan las relaciones entre personas con valores realmente humanos y por eso, cristianos.
La falla de los sistemas comienzan a aparecer con más claridad: el sistema neoliberal está
bueno por aquellos que ya tienen, pero malo para los excluidos del poder económico, la
globalización en el mundo de las comunicaciones está buena para los que controlan los
medios y no tan bueno para los demás. Y, quizás, lo peor de todo, es la forma dogmática
que se nos presentan estos elementos. No hay alternativas, no hay opciones, entonces nos
privan del don más grande que hemos recibido del Dios de la Vida después de la vida
misma, la Libertad de los hijos de Dios.
Pero, la preocupación inmediata para hombres y mujeres de fe cristiana es, ¿cómo vivir el
evangelio de Jesucristo en este momento? ¿Qué significa practicar una religión en esta
sociedad secularizada e indiferente frente a la existencia o no de Dios? ¿El hombre
moderno tiene una nueva religión? ¿Nuevos dioses?
1. Tema.
“Crecer en el conocimiento y en la Espiritualidad de la verdad Bíblica contextualizada en el
siglo XXI, en el cantón Ambato, perteneciente a la provincia de Tungurahua, en el periodo
enero – marzo 2013”
2. Planteamiento del problema.
Problemas en la ortodoxia y en la ortopraxia, en la relación existente del ser cristiano con la
secularización actual.
3.
Objetivos.
General:
Interaccionar de una manera gozosa del cual nace espontáneamente la esperanza
renovada y reforzada, que debería ser el logro de todo cristiano, ante el mundo actual.
En la Biblia radican las palabras, que ciñéndose estrechamente a la vida, nos elevan,
levantan nuestro espíritu, nos apasionan con bellas visiones del futuro, dan sentido a
nuestro ser cristianos y nos hacen amar profunda y auténticamente a Dios y al mundo.
Específicos:
Crear un espacio de discusión y controversia en el cual se pueda debatir y comentar con
respecto al como ser Cristiano en América Latina en el siglo XXI.
Crear un espacio de discusión y controversia en el cual se pueda debatir y comentar en
la Convivencia Bíblica para parejas.
4. Justificación.
El tema a realizarce recalca y cuestiona la importancia de las doctrinas impartidas en las
iglesias desde los pulpitos, ya que estos son el fruto visible del desenvolvimiento de las
personas en su contexto.
En la actualidad necesitamos conocer y sobreponer la autoridad de la Biblia sobre un
mundo secularizado y si queremos que el cristianismo siga viviendo y prosperando en el
siglo XXI,
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