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Cristologia


Enviado por   •  16 de Noviembre de 2012  •  1.802 Palabras (8 Páginas)  •  468 Visitas

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Jesús, llevó a cabo la revolución más asombrosa que se ha producido en la historia de las tradiciones religiosas de la humanidad.

Este ensayo, busca dejar por sentado la claridad de la cristología dentro de las Santas escrituras, más específicamente dentro del evangelio de Juan; la lectura tiene como títulos: logos, el mesías, el hijo del hombre, el hijo de Dios, la misión del hijo, el hijo divino, la humanidad de Jesús.

El Evangelio mismo de Juan declara el propósito de su obra: “Estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (20:31).

El propósito de Juan es confirmar a los cristianos en su fe en Jesús como el Mesías e Hijo de Dios frente a las interpretaciones desviadas que surgían en la iglesia. El principal objetivo de Juan es, pues, una comprensión adecuada de Cristo. La cristología es básica para todo aquel que en él cree, además porque la vida eterna depende de una relación correcta con Cristo.

EL LOGOS

Es importante saber qué quiso decir Juan al llamar a Jesús el Logos y qué pudo significar para sus lectores.

La terminología del Logos se encuentra solo en la literatura juanina: Juan 1:1; 1 Juan 1:1; Apocalipsis 19:13. Parece que Juan tomó deliberadamente un término conocido, tanto en el mundo helenista como en el judío, con el interés de proclamar la importancia de Cristo.

Cabe decir que esta parte de la biblia es muy importante, ya que existe una secta que hoy en dia quiere ocultar la veracidad de esta palabra.

La cuestión importante es el empleo teológico que Juan hace del Logos. El significado primero y más importante es la preexistencia de Jesús, quien es el Logos. “En el principio” apunta más allá de la creación, porque el Logos era el agente de la misma. Esta expresión sin duda es una alusión deliberada a Génesis 1:1: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. “El principio” en Juan 1:1 va más allá de Génesis 1:1. En el principio mismo de la eternidad pasada, existía el Verbo.

La preexistencia de Jesús se refleja en otras partes en la propia enseñanza de Jesús. “Antes que Abraham fuese, yo soy” (8:58). Esta sorprendente afirmación es una alusión al uso del Antiguo Testamento. Dios se reveló a sí mismo a Moisés como “Yo soy el que soy” (Éx. 3:14). “Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo” (Dt. 32:39). También se habla de la preexistencia en la última oración de Jesús: “Padre, glorifícame tú para contigo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese (17:5; 6:62). La idea de la preexistencia no es invento del evangelista. Pablo la expresa claramente en su gran himno de la encarnación (Fil. 2:6; cf. Col. 1:15ss.) y alude a ella en las cartas anteriores (1 Co. 8:6; 2 Co. 8:9).

De allí que no cabe duda que Jesús es el logos.

EL MESIAS

En el pensamiento judío contemporáneo el Mesías (Cristo) se concebía como un Hijo de David, ungido y divinamente dotado, quien destruiría el odiado dominio pagano y liberaría al pueblo de Dios. Es un hecho sorprendente, dado el extremo hasta el cual el Cuarto Evangelio incorpora una interpretación teológica, que no incorpora también el uso cristiano posterior.

Aunque la idea de Jesús como el Rey mesiánico no es central en el pensamiento juanino, las referencias ligeras en el Evangelio reflejan una situación histórica en que Jesús hizo y dijo cosas que condujeron a algunas personas a pensar que era el Mesías.

EL HIJO DEL HOMBRE

El Hijo del Hombre era un ser celestial, sobrenatural, que vendría a la tierra con gloria apocalíptica; ¿cómo podía estar entre los hombres para que creyeran en él? ¿Cómo podía morir? Esta clase de ideas acerca del Hijo del Hombre eran en realidad increíbles.

en los evangelios Sinópticos, los dichos acerca del Hijo del Hombre se dividen en tres grupos: el Hijo del Hombre ejerciendo su ministerio en la tierra, el Hijo del Hombre en humillación y muerte, y el Hijo del Hombre que viene en gloria apocalíptica para juzgar a los hombres e inaugurar el Reino de Dios. Los dichos juaninos no caben en esta clasificación; Juan utiliza una tradición independiente. Hay varios dichos que se refieren al Hijo del Hombre en la pasión, pero el lenguaje es diferente del de los Sinópticos. Juan habla de que Jesús sería levantado de la tierra, y en ello ve la glorificación de Jesús.

El Hijo del Hombre debe ser levantado para que pueda dar la vida eterna a los que creen en él (3:14 15; ver 8:28). El ser levantado en su muerte sería la manera de atraer a todos los hombres hacia sí (12:32). Este ser levantado es también su glorificación (12:23; 13:31). Su muerte no será una simple tragedia humana sino el medio por el cual volverá entrar en la gloria de la cual había venido.

EL HIJO DE DIOS

Juan desempeña la filiación de Jesús respecto a Dios. En la tradición sinóptica, Jesús se muestra reticente en hablar de su filiación y de la Paternidad de Dios. Jesús para referirse a Dios lo hace en Marcos unas cuatro veces, Mateo unas veintitrés veces. Sin embargo, en Juan, Jesús habla de Dios como Padre 106 veces. Habla de “mi Padre” veinticuatro veces en Juan, dieciocho en Mateo, seis en Marcos,

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