Derecho Familiar
Enviado por daxxel2012 • 22 de Junio de 2012 • 812 Palabras (4 Páginas) • 497 Visitas
Justificación de su importancia
Hablar de familia puede implicar un problema consistente en determinar a que familia o tipo de familia nos referimos. México es un mosaico familiar. Desde el punto de vista de su constitución, podemos referirnos a familias fundadas por el matrimonio, otras por la unión concubinaria, tambié por las madres solteras y lamentablemente, también constituidas por delitos que traen su secuencia de filiación (violación, estupro e incesto).
Desde otro punto de vista puede haber familias completas o incompletas. Las primeras se refieren a aquellos en los cuales conviven en el mismo grupo los progenitores, sus hijos y otros parientes. Y aún dentro de éstos puede haber una subdivisión, de familia patriarcal cuando además de los hijos habitan con ellos parientes colaterales, ascendientes o descendientes, o bien la familia nuclear integrada por el hombre, la mujer y los hijos. Dentro de esta clasificación también están las familias incompletas por la falta de algunos de los progenitores, sea por el divorcio, la nulidad o el abandono simplemente.
Y atender todos estos patrones es labor primordial del derecho familiar
En el estudio de la familia en el ámbito legislativo es interesante detectar como la norma jurídica ha acompañado en la historia a la pareja humana y a la familia en su desarrollo y promoción. Conocer su desarrollo desde el punto mas simple hasta la complejidad de nuestros días. Entender dicho desarrollo es vital para conocer los diferentes puntos de partida que dan como resultado las disposiciones vigentes.
Creemos importante el poder darnos una zambullida en la historia, como una búsqueda de la raíz de todos los temas, y en el caso que tiene que ver con la familia
Consideraciones por las cuales el ensayo aborda el tema
¿Por qué un Derecho sobre la familia?
Una primera respuesta sería la que hace gravitar el Derecho sobre la familia en torno a la convivencia y la afectividad. Bastaría, pues, con que dos personas se quisieran y vivieran juntas: en este planteamiento quedarían efectivamente igualadas las parejas homosexuales y las heterosexuales, y sería también indiferente que estuvieran casadas o no: lo fundamental (convivencia y relación de afectividad) estaría igualmente presente en todos esos modelos familiares, y por tanto lo razonable sería tratarlas de manera semejante.
Sin embargo, el planteamiento no resulta convincente. De hecho, ni en el tratamiento clásico de la familia, ni tampoco en los más modernos, son suficientes la convivencia o la afectividad, o ambas simultáneamente. Así resulta con toda claridad del sistema de impedimentos matrimoniales, que impide casarse a quienes incurren en alguno de ellos, y deja extramuros del Derecho su relación, aunque se quieran y vivan juntos.
Pero
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