Doctrina De Los G12 N3
Enviado por • 10 de Septiembre de 2014 • 9.970 Palabras (40 Páginas) • 306 Visitas
Estimado y apreciado hermano y compañero en la proclamación del Evangelio, le presento este estudio porque estoy sumamente preocupado por la estructura piramidal y las consecuencias que para muchas iglesias y personas esta creando el llamado grupo de los 12 o “G-12” fundado por el Dr. César Castellano, y el cual esta arropando a muchas iglesias evangélicas que de forma inconsciente están forjando una estructura similar a la clerical con algunas prácticas incorrecta que menoscaban la doctrina de la redención, arrepentimiento y expiación. Veo los peligros de división, y lo que es peor, el surgimiento de una estructura que nos puede llevar a graves herejías, pues hay cosas que debemos investigar. He analizado este movimiento, y otros más, que tratan de establecer mega-iglesia con estructuras de características piramidales, fundamentadas en conceptos empresariales. Al ver las enseñanzas de los “G-12” descubro que su forma y motivación es llamativa, y en cierto aspecto muestra una verdad bíblica pero manoseada con dogmas de hombres, y en el fondo veo una enmarañada estructura que con metodología de la Nueva Era, lo cual trae confusión, desarrollando un poder humano absoluto, y tristemente, resurgirán los métodos y las ideas de Ignacio de Loyola y la estructura establecida por Monseñor Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. Es por ello que someto esta investigación obtenida de varias fuentes y matizada punto por punto para que despertemos antes lo que nos puede llevar a un caos religioso. Debemos ser cautos y entendidos en las nuevas corrientes existentes, porque estamos al borde de la apostasía, pues la historia siempre se repite. Analice, investigue y después emita un juicio.
EN BUSCA DE UN CRECIMIENTO ACELERADO
Hemos visto con nuestros propios ojos cómo algunas iglesias han sucumbió en división y rompimiento con su denominación ante las prácticas provenientes del movimiento de la Visión Celular, o más conocido como el G-12 fundada por César Castellanos. Este principio de células de discipulado no es nuevo, pues ha sido practicado por muchos otros líderes a lo largo de la historias de la Iglesia sin caer en tanto radicalismo y divisionismo. Dentro del mundo evangélico evaluamos el éxito de una Iglesia o ministerio por el crecimiento de la congregación, y en algunos caso crecer a cualquier medio es una idea convulsiva, pues todos quieren demostrar éxito en su ministerio, pero no debemos ser ingenuos y evaluar el desempeño de una congregación solo por el número de adeptos que tenga, o el ingreso económico obtenido. En el mundo espiritual existen muchos otros factores que debemos considerar, es más, estos factores deben ser puestos a la luz de la Palabra de Dios para ser probado o rechazado como comprobantes de éxito. Recordemos que Jesús no tuvo una mega iglesia y cuando llego a tener 3,000 descubrió que venían por interés material.
El Gobierno de los 12 (G-12) trae bajo sus brazos un programa que pretende dar un crecimiento acelerado y mágico a las iglesias evangélicas en general, introduciendo prácticas que rompe todo patrón bíblico. Existe un anhelo desmedido por ver aumentarse el número de los conversos de forma acelerada ¿Y porque no? También deseamos ver el aumento de los recursos económicos de la iglesia local, pero ¿A qué precio obtenemos esto? Ambas cosas en si mismas no tienen nada de malo, pero estoy preocupado al ver que pastores y otras autoridades eclesiásticas, por ambición desmedida, o por desconocimiento, toman el plan propuesto por el G-12, o introducen costumbres extrañas en los programas eclesiales para atraer mucha gente pues quieren crecer aceleradamente, rompiendo las leyes naturales de todo crecimiento. Entendemos por las investigaciones realizadas, que tal programa aplicado a una iglesia trae a largo plazo más efectos nocivos que bendiciones.
Dios no usa nuestras unidades de medidas para calificar de exitoso o no a un pastor o a una congregación, por el simple hecho de crecer aceleradamente con programas estilo “comida rápida”. El no tener una mega-iglesia no significa que hayamos fracasado. Cierto pastor exclamó que “Satanás no le teme a las mega-iglesias, sino que le teme a ese puñado de hermanos constantes en la oración que son el remanente”. Hay que tener cuidado de aquellos hermanos que sutilmente engañan al pueblo de Dios con astucia, como advierte la Palabra de Dios. (Romanos 16. 17 – 18, Efesios 4:14)
LOS RETIROS DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
Para entender mejor la Visión Celular del G-12 y su rápido crecimiento, debemos buscar sus raíces. ¿Fue en realidad una visión de Cesar Castellano o una replica imitativa a otros movimientos? Veamos: El área fuerte del G-12 radica en los pre encuentros y encuentros, que consiste en llevar a los adeptos a una especie de retiro en donde con metodologías de manipulación mental y regresión los encuentristas los programan a la Visión Celular según las pautas de Cesar Castellano, su fundador, anulando incluso sus experiencias pasadas y llevándolos a un nuevo arrepentimiento, de lo cual detallaremos más adelante. Toda esta técnica y práctica no es sino la reproducción del método establecido por el fundador de los Jesuitas, Ignacio de Loyola.
En esos retiros se desarrolla la búsqueda de Dios mediante la mente o la imaginación humana; sus adeptos mantienen un silencio absoluto mediante pactos secretos y se lleva a cabo un ejercicio mental guiado por personas recién convertidas, o neófitos, los cuales guía al grupo hasta el momento de su gestación mental para experimentar inseguridad y temor a través de un andamiaje de técnicas psicológicas. Pero ¿Quién fue Ignacio de Loyola?
LA HISTORIA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
Ignacio de Loyola
Ignacio de Loyola nació en el castillo ancestral que su familia tenía en Azpeitia (Guipúzcoa) España. De joven fue paje en la corte de Fernando el Católico en 1491, y se llamaba antes de tomar los hábitos Íñigo de Óñez y Loyola. En 1521, defendiendo la ciudad de Pamplona del asedio francés por lo que sufrió una herida de bala de cañón en una pierna, un hecho que sería trascendental en su vida. Los franceses, admira-dos por su valor en la batalla, lo devolvieron para que fuera curado. Una vez en su castillo, Ignacio, se sometería a dolorosísimas operaciones para recuperar su pierna, por lo que estuvo al borde de la muerte, quedando cojo el resto de su vida.
Aburrido durante su larga convalecencia, pidió que le diesen libros, entre ellos uno sobre la vida de Cristo y otros con relatos de las vidas de santos. Lentamente comenzó a tener sueños de gloria, pero las lecturas religiosas lo llevaron a una espiritualidad que le dio, según afirmo, paz y tranquilidad. Meditando sobre esto,
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