ENSAYO EXHORTACIÓN APOSTÓLICA GAUDETE ET EXSULTATE GAUDETE ET EXSULTATE
Enviado por Valeria Maldonado • 17 de Mayo de 2018 • Ensayo • 3.162 Palabras (13 Páginas) • 1.484 Visitas
ENSAYO DE LA EXHORTACIÓN APOSTÓLICA
GAUDETE ET EXSULTATE
DEL SANTO PADRE FRANCISCO
SOBRE EL LLAMADO A LA SANTIDAD EN EL MUNDO ACTUAL
Trabajo de la plática: Compromiso del Dirigente
Expositor: Alfredo Vidal
Valeria Alejandra Maldonado Díaz
Invitada Cadena Yandrok
Curso de dirigentes 2018
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................. 3
DESARROLLO ................................................................................................................................. 3
EL LLAMADO A LA SANTIDAD ................................................................................................. 3
Nuestra misión como cristianos ............................................................................................. 5
DOS ENEMIGOS DE LA SANTIDAD ........................................................................................ 5
A LA LUZ DEL MAESTRO .......................................................................................................... 5
Nociones que mutilan el corazón del Evangelio .................................................................. 6
NOTAS DE LA SANTIDAD EN EL MUNDO ACTUAL ........................................................... 6
COMBATE, VIGILANCIA Y DISCERNIMIENTO ..................................................................... 7
CONCLUSIÓN .................................................................................................................................. 8
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INTRODUCCIÓN
El papa Francisco ha publicado su tercera exhortación apostólica con el título de Gaudete et exsultate (GE), que lleva por tema “el llamado a la santidad en el mundo actual”, buscando lanzar un mensaje muy importante, haciendo énfasis en el significado mismo de la vida cristiana, que es buscar y encontrar a Dios en todas las cosas, poniéndolo a Él como centro de todo.
Se compone de cinco capítulos. El punto de partida es “el llamado a la santidad” dirigido a todos. De ahí se pasa a la identificación clara de “dos sutiles enemigos” que tienden a dañar nuestro camino hacia la santidad. Después se toman las bienaventuranzas evangélicas como modelo a seguir de una santidad que consiste en sobrellevar el camino “a la luz del Maestro” y no solamente a una vaga ideología religiosa. Luego, nos describe “algunas notas de la santidad en el mundo actual”. Para finalizar, la exhortación concluye con un capítulo dedicado a la vida espiritual como “combate, vigilancia y discernimiento”.
En el presente ensayo, pretendo realizar un análisis sobre dicha exhortación, añadiendo un poco de mi mínima experiencia como seguidora de Cristo, siguiendo el objetivo del papa de “hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades” (GE 2), convirtiéndose así en páginas que les sean útiles a la población para escuchar el llamado y decidirse a seguirlo.
DESARROLLO
EL LLAMADO A LA SANTIDAD
La santidad se define como: la cualidad del que es santo o de lo que es santo. También se puede decir que es dejarse conducir en todos los ámbitos de tu vida por el Espíritu Santo, para de esa manera cumplir la voluntad de Dios viviendo de acuerdo al Evangelio.
Es muy cierto que todos estamos llamados a vivir la santidad, pero no todos lo hacemos. Tristemente, por enseñar otras cosas apegadas a la doctrina católica se pasa por alto aclarar lo que es vivir una vida de santidad, y se pierde el deseo por hacerlo.
Pero el papa Francisco nos dice “El señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espero que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada.” (GE 1). Vivir con Dios es vivir completos, teniendo claro que nuestra presencia en este mundo es definitiva y completamente gracias a Él, le debemos ese honor de vivir hacia su servicio, y lo que Dios busca de nosotros es esto, que nos convirtamos, que seamos sal en el mundo y busquemos ir contracorriente. Todos estamos
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llamados a la santidad, pocos lo sabemos y más pocos aún deciden vivir para seguir este llamado.
Muchas veces se cae en el error de pensar que la santidad solo es para todos aquellos santos a los que conocemos hoy en día, y los que se siguen sumando son solamente los Papas, pero no, “Los santos que ya han llegado a la presencia de Dios mantienen con nosotros lazos de amor y comunión” (GE 4). Son ellos nuestros ejemplos, personas que algún día fueron comunes y corrientes tal como nosotros nos catalogamos, pero que decidieron seguir el llamado que Dios les hizo, y que nos hace a todos.
“El Espíritu Santo derrama santidad por todas partes” (GE 6), Dios ha elegido mandar a su hijo para salvarnos a todos y no solo a unos cuantos. La santidad debe buscarse en la vida ordinaria y entre las personas que nos están cerca, no solo en modelos ideales o sobrehumanos. El Padre Francisco nos habla de distintos actos de santidad que podemos ver en la vida diaria, como el amor de los padres al cuidar a sus hijos.
Cada uno desde su propia realidad es llamado al camino de la santidad, no debemos buscar la imitación de otras personas, aunque éstos ya hayan sido reconocidos como santos; no debemos buscar siquiera, la imitación de Jesús, porque sabemos que se desenvolvió en un contexto muy distinto al que vivimos ahora. Tomarlos como ejemplos no es copiar todos sus actos, es tomar en cuenta sus virtudes y aptitudes y aplicarlas en nuestra propia realidad, sin perder nunca nuestra esencia, ya que Dios se ha esmerado en todos y cada uno de nosotros, para ser semejantes más nunca iguales. Ninguna persona es igual a otra, y ninguna vida es igual a otra, así que hay que ser santos desde donde nos toca y con lo que nos toca.
Me ha llamado la atención que, dentro de esta exhortación, se toma un pequeño espacio para aclarar especialmente que este llamado es dirigido también a las mujeres. Sabemos que, a lo largo de los años, el papel femenino ha sido pisoteado y humillado, y hasta el día de hoy es algo que no se ha logrado erradicar. Pero Dios, quien creo al hombre y la mujer nos llama a seguirlo por igual, el no ve distinción entre los sexos, y, por el contrario, nos ha dejado enseñanzas muchas veces por medio de ellas.
Y nos dice “esto debería entusiasmar y alentar a cada uno para darlo todo, para crecer hacia ese proyecto único e irrepetible que Dios ha para él desde toda le eternidad” (GE 13).
Pero este desafío no es algo
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