El Cielo Es Real
Enviado por jormarbo • 3 de Noviembre de 2014 • 363 Palabras (2 Páginas) • 267 Visitas
En Estados Unidos, la festividad del 4 de julio hace pensar en desfiles patrióticos,
asados a la parrilla, maíz dulce y cielos nocturnos salpicados de fuegos artificiales.
Para mi familia, sin embargo, el fin de semana del 4 de julio de 2003 fue importante
por otro motivo.
Mi esposa Sonja y yo habíamos planeado ir con nuestros hijos a visitar a Steve
—hermano de Sonja— y a su familia en Sioux Falls, Dakota del Sur. En ese viaje
conoceríamos a nuestro sobrino, Bennett, de apenas dos meses. Además, nuestros
hijos, Cassie y Colton, no conocían las cascadas (sí, ¡realmente hay unas cascadas
llamadas Sioux Falls en la ciudad Sioux Falls!) Pero lo más importante de todo era
que esta sería la primera vez que saldríamos de nuestra ciudad, Imperial, en
Nebraska, desde el viaje familiar que hicimos en marzo a Greeley, Colorado, y que
se transformó en la peor pesadilla de nuestras vidas.
Llámanos locos, si quieres, pero debido a que la última vez que hicimos un viaje
familiar uno de nuestros hijos casi se nos muere, esta vez estábamos un poco
aprensivos, al punto de no querer hacer el viaje. Como pastor que soy, no creo en
supersticiones, pero aun así una parte de mí sentía que si nos quedábamos cerca de
casa, estaríamos a salvo. De cualquier modo, finalmente ganó la razón y la
tentación de conocer al pequeño Bennett, quién, según Steve, era el bebé más
hermoso del mundo. De manera que cargamos nuestro Ford Expedition azul con
todo lo que necesitaríamos para un fin de semana y preparamos a la familia para
un viaje rumbo al norte.
Sonja y yo decidimos que lo mejor sería hacer la mayor parte del viaje durante la
noche. De esta manera, si bien Colton estaría preso en su asiento de seguridad a
pesar de sus cuatro años, al menos dormiría la mayor parte del viaje. De modo que,
pasadas las ocho de la noche, subimos al Expedition, lo saqué del estacionamiento,
pasé junto a la iglesia Wesleyana de Crossroads —de la cual soy pastor— y tomé la
autopista 61.
La noche estaba despejada y clara, y una media luna se recostaba sobre el cielo
aterciopelado. Imperial es un pueblito agrícola ubicado en el límite occidental de
Nebraska. Con apenas dos mil almas y ni un semáforo, es la clase de pueblo que
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