El Perdon Te Hace Libre
Enviado por RosyG • 26 de Marzo de 2014 • 9.088 Palabras (37 Páginas) • 328 Visitas
EL PERDON A TI MISMO
"Yo, yo soy el que borro tus transgresiones por amor a mí mismo, y no recordaré tus pecados" (Isaías 43:25).
Si Dios te ha perdonado debes aprender a aceptar el perdón para ti mismo. Perdonarte a ti mismo es amarte a ti mismo. La falta de perdón hacia tu persona se debe a un sentimiento de culpa muy profundo que te induce a castigarte para acallar tu dolor. Una forma de castigo a que te sometes es no perdonarte a ti mismo. Debes recordar siempre que en la cruz quedó la culpa por todos tus pecados. El perdón para ti mismo es un regalo de Dios por medio de su gracia.
No debes sentirte más indigno y culpable: Perdónate a ti mismo y recibe la libertad que te da el perdonarte, e inicia una nueva actitud ante la vida.
PARA REFLEXIONAR:
¿Crees en el fondo que no mereces las bendiciones que Dios te ofrece?
¿Si crees que te has perdonado a ti mismo, porque te autocastigas con reproches o negándote lo bueno?
Perdonarse a Sí Mismo - Un Sistema de Creencias
Perdonarse a sí mismo es esencial. En todos nosotros existe una tendencia a exigirnos más de lo que le exigimos a otros. Tal vez usted ha sido uno de los que pueden justificar el perdonar a otros, hasta por una ofensa atroz, pero no encuentra ninguna justificación para perdonarse a sí mismo por una ofensa igual o menor. Tal vez usted cree que perdonarse a sí mismo no es digno de consideración, porque piensa que debe mantenerse en un estado de constante recuerdo, no sea que se le olvide. Tal vez usted cree que hay un precio, alguna forma de penitencia de por vida que debe pagar.
Perdonarse a Sí Mismo - El Ejemplo Divino
El perdonarse a sí mismo no es tratado específicamente en la Biblia, pero existen principios en relación al perdón que deberían ser aplicados. Por ejemplo, cuando Dios nos perdona dice que no recuerda más nuestros pecados (Jeremías 31:34). Esto no significa que nuestro omnisciente Padre Dios olvida, sino que debido a que nos perdona, decide no recordar nuestro pecado de una manera negativa. Pedro dijo: "En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas" (Hechos 10:34). Aplicando la "no acepción" a los problemas del perdón, Dios no decide perdonar a una persona y no a otra. Él perdona a todo el mundo que cree en Jesucristo. Aplicando Sus estándares de "no acepción" a nosotros, es tan importante perdonarnos a nosotros mismos como el perdonar a otros.
Perdonarse a sí mismo no significa olvidar. Significa no recordarse a sí mismo esa ofensa de maneras negativas. El perdonarse a sí mismo es simplemente dejar ir lo que usted tiene en contra suya para poder seguir adelante con Dios. Si Dios dejó eso atrás, ¿no deberíamos nosotros hacer lo mismo? Filipenses 4:9 dice que debemos poner en práctica las cosas que hemos aprendido de Dios y de Su Palabra. Continuar reviviendo en nuestros pensamientos los eventos de nuestra transgresión es contrario a Filipenses 4:8, el cual nos dice que pensemos en todo lo verdadero, honesto, justo, puro, y amable.
Perdonándose a Sí Mismo - Acción Personal
Proverbios 16:25 dice: "Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte."
La energía que consume el abrigar ira, odio, y resentimiento hacia usted mismo es exhaustiva. Cada gota de energía que le damos a las actividades negativas y a la contemplación de nuestros remordimientos, nos roba la energía que necesitamos para convertirnos en la persona que Dios quiere que seamos.
La vida está llena de decisiones y cada decisión que tomamos nos llevará en una dirección positiva, dadora de vida, o nos robará la oportunidad de ser un individuo dador de vida. El perdonarse a sí mismo no nos absuelve, no justifica lo que hayamos hecho, y no es una señal de debilidad. Perdonar es una decisión que requiere coraje y fortaleza, y nos da la oportunidad de convertirnos en un vencedor, en lugar de permanecer víctima de nuestro propio desprecio.
Si usted no se perdona a sí mismo por los pecados pasados, eso es una forma de orgullo. Cuando creamos un conjunto diferente de reglas, un conjunto de estándares más altos para nosotros que para otros, eso es orgullo. Cuando podemos perdonar a otros, pero no a nosotros mismos, estamos diciendo que nosotros somos menos capaces de tomar una mala decisión que los demás. Somos de alguna manera más intuitivos, más sabios, más perspicaces, más cuidadosos que los demás, y por lo tanto, no tenemos excusa y no debemos perdonarnos.
Cuando rechazamos el perdón que Dios y otros nos dan, cuando rehusamos perdonarnos a nosotros mismos, lo que estamos haciendo es poniéndonos por encima de otros ¡y eso es orgullo! Proverbios 16:18 dice: "Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu." La falta de perdón hacia uno mismo traerá la auto-destrucción, un espíritu altivo, y una caída. El perdón cristiano traerá la paz.
Perdonarse a Sí Mismo - Ayudando a Otros y a Sí Mismo
El perdonarse a sí mismo es importante también para aquellos en su esfera de influencia. Es un hecho bien conocido que gente herida hiere a otra gente. Mientras más evada el perdonarse a sí mismo, mientras más se permita abrigar sentimientos de que usted merece sufrir por lo que hizo, más explosivo se volverá, y por consiguiente, más apto para herir a otros.
La realidad es que usted no puede cambiar lo que pasó. No puede restaurar vidas a lo que eran antes del evento. Sin embargo, puede hacer una diferencia en las vidas de otros. Puede devolver algo de lo que haya tomado encontrando un lugar diferente para invertir su tiempo y compasión. ¡Perdónese a sí mismo y deje que comience la sanación!
Perdonarse a sí mismo cambiará la dirección de su vida. Considere la siguiente oración. Lea en silencio la siguiente declaración y luego léala en voz alta. O tal vez le gustaría utilizar sus propias palabras. Sea lo que sea que decida hacer, póngalo en palabras. ¡Necesita escucharse a sí mismo perdonándose! ¡Hay mucho poder en la palabra hablada!
LECTURA
"Desde lo más profundo, Oh Señor, he clamado a ti. ¡Señor, oye mi voz! Estén atentos tus oídos a la voz de mis súplicas. Señor, si tuvieras en cuenta las iniquidades ¿Quién, oh Señor, podría permanecer? Pero en ti hay perdón para que seas temido" (Salmo 130: 1- 4).
ORACION
Padre Celestial, entiendo que no gano nada al no perdonarme a mí mismo y gano muchísimo deshaciéndome de la falta de perdón hacia mí mismo y al comenzar el proceso de sanación.
Quiero seguir adelante y hacer una diferencia positiva en el futuro. Confieso la acusación malsana, auto-castigo, y los votos que haya hecho
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