Ensayo Libro Espirutual

ENSAYO SOBRE EL LIBRO ESPIRITUAL

“LA VOCACIÓN RELIGIOSA” DE SAN ALFONSO MARÍA DE LIGUORI

Es un libro de mucho valor que recomendaría ampliamente a quien lo pudiera leer y aun más a quien se esté preparando para consagrar la vida al Señor. La vocación religiosa es una gracia, un regalo que Dios, un privilegio, es fruto de la elección divina, que no resulta frecuentemente; decía, San Alfonso. Y esta es la cognición que debemos de tener cada uno de nosotros los que nos vamos caminando respondiendo al llamado que el Señor nos hace, vivir la vocación como un regalo privilegiado, que no se le da a cualquier persona. El Señor nos la ha confiado y por tanto debemos de permanecer fieles a su llamamiento.

También en este libro descubrimos muchos medios que nos ayudan a conservar nuestra vocación, una vez que el Señor nos ha llamado la vocación va creciendo en vasijas de barro y es muy quebrantable, por eso debemos ser lo suficientemente cuidadosos para conservarla. De las recomendaciones que nos da es: el secreto; no divulgar el llamado de Dios, que solo se pueda platicar con el asesor espiritual. La oración; la conversación con Dios, el descubrir a Dios como Padre y tomarnos de la mano de Aquél que nos ha enviado ha de ser una constante oración, ya que está es la que nos alimenta y nos reanima a caminar, si dejamos la oración, la comunión con nuestro Padre y Señor muy probablemente se termine y logrará la perdida de la misma vocación. El recogimiento; apartarnos de las distracciones que el mundo nos ofrece, quien no lleve a cabo esto muy probablemente no responderá a la vocación de debidamente.

La crisis son la etapa de purificación ordinaria y necesaria para poder crecer en espiritualidad y en animo vocacional, y los que quieren consagrar su vida a Cristo se toman por una gran pluralidad de pruebas, como lo son el miedo a perder la familia, temor a perder la salud, incomodidades en la vida comunitaria, sequedad espiritual, dudas sobre la vocación, añoranzas del pasado, y demás situaciones que se generan por ese desprendimiento hasta de mi misma persona.

La vida religiosa deberá ser un camino de salvación, dice Jesús en el Evangelio de Mateo “¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida? Y respondiendo a esta pregunta muchos de los jóvenes ha decidido consagrarse a los monasterios, vivir su ministerio alejados: montañas, desiertos, etc. para poder dedicar su vida al claustro y no verse perturbados por los distractores del mundo.

Dice el Apocalipsis: “Dichosos los que mueren en el Señor”, que dicha ha de ser esta, el haberle entregado a Cristo tu vida desde el omento más importante o que muchos añoran por volver a vivir, que es desde la juventud, y ha de ser bonito poder alcanzar la felicidad, reposando en el Señor.

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