Estetica
Enviado por dezzzi • 6 de Noviembre de 2014 • 2.715 Palabras (11 Páginas) • 170 Visitas
Introducción
Todos sabemos que la felicidad es un término muy difícil de definir, ya que las personas podemos ser felices por distintos motivos. A su vez, estos motivos van a generar felicidad en algunas personas y en otras no. Así podemos decir que la felicidad va a depender de la percepción que tenga cada ser humano frente a determinados hechos o situaciones. "Creemos saber qué es la felicidad pero nos resulta difícil buscarle una definición que resuelva el dilema para todos."[1] Además, muchas veces pensamos que algo nos va a satisfacer plenamente, pero una vez que lo obtenemos nos damos cuenta que no es así.
La felicidad es un sentimiento que nunca se logra por completo. Esto sucede porque, generalmente, la felicidad se logra luego de haber alcanzado un fin o propósito perseguido. Pero, sin embargo, luego de satisfecho tal fin, seguramente, surgen otros por los que luchar y esforzarse para volver a conseguir la felicidad.
Elegí como tema central para mi trabajo, a la felicidad porque creo que es un concepto muy amplio, que puede ser estudiado de varios enfoques: religiosos, filosóficos, míticos; también se lo puede ver desde el punto de vista de la niñez, la adolescencia y la adultez, se puede observar desde una perspectiva medicinal, etc. Además considero que la felicidad es un sentimiento que todo ser humano quiere alcanzar y lucha para obtener ese deseo.
Mi trabajo está redactado en base a una serie de preguntas, cuyas respuestas están sostenidas y ratificadas por las voces de distintos autores, como Bucay Jorge, Aristóteles, Karl Marx, Kant Inmanuel, el psicólogo Daniel Gilbert, entre otros.
Desarrollo
Como está expreso anteriormente, definir el concepto de felicidad es una tarea muy complicada. Esto se debe a que todas las personas tenemos distintas maneras de percibir lo que nos hace feliz o infeliz. Así, sería oportuno preguntarnos:
¿Qué es la felicidad?
Desde mi punto de vista, y a partir de lecturas y del conocimiento adquirido, la felicidad es un sentimiento difícil de alcanzar, es una acción interminable, un conjunto de metas y objetivos que requieren de mucho esfuerzo para lograrlos. Es una sensación latente dentro del ser humano, es aquel deseo que todos queremos alcanzar. "El ser humano ha tendido siempre a perseguir la felicidad como una meta o un fin, como un estado de bienestar ideal y permanente al que llegar" [2]
Aristóteles sostiene que "la felicidad es como un bien supremo, es aquello que da sentido y finalidad a todo otro fin querido por el hombre."[3] "La felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación." [4]
La psicóloga clínica Daniela Salazar dice que "La felicidad es lo que nos hace sentir bien" y los científicos de Harvard están de acuerdo con esta afirmación. Para ellos, "la felicidad es una emoción que crea el cerebro cuando satisfacemos ciertos gustos muy particulares".[5]
Para los científicos, "la felicidad es una emoción".[6] Para llegar a sentir esa emoción ellos sostienen que debemos caminar por sendas distintas. Además, en un estudio realizado por un grupo de científicos de la Universidad de Harvard, se pudo observar un patrón muy curioso en el ser humano. Éste hace referencia a que no sólo todos llegamos por caminos distintos a la felicidad, sino que también tendemos a hacernos expectativas irreales al respecto. Muchas veces la felicidad nos toma de sorpresa, porque creamos expectativas tan altas, que no nos permiten ser feliz. "Muchas veces esperamos demasiado de la felicidad y por eso sentimos que no es tanto como parecía", expone Daniela Salazar, psicóloga clínica.[7]
Desde el punto de vista psicológico la felicidad es un "concepto con profundos significados, incluye alegría, pero también otras muchas emociones, algunas de las cuales no son necesariamente positivas; entre ellas se pueden citar el compromiso, la lucha, el reto e incluso el dolor". [8]
Según Karl Marx, desde una alineación económica; "la felicidad es la perfección humana". [9]Es decir, que es el propio bien del hombre, es aquello que viene de la ocupación en distintas cosas y no de la pasividad, por lo tanto, es lo que surge del trabajo y de lo intelectual. El problema de esta definición es que, hoy en día, en las sociedades de explotación, como las denomina Marx, el sujeto vive el trabajo, su propia actividad, como algo que no le pertenece; como algo ajeno que se convierte en un objeto que lo domina.
Desde el punto de vista religioso la felicidad no es terrenal, no significa el bienestar terrestre. "Los cristianos más profundos y verdaderos han dicho que la felicidad terrestre aleja al hombre de Dios, y afirman que en cambio las desgracias, los sufrimientos, las enfermedades, llevan al hombre nuevamente a Dios y que por tanto sólo esas desgracias son apropiadas para el cristianismo para definir la felicidad".[10] Es necesario preguntarse ¿Por qué esto es así? Esto ocurre porque, aunque no deba ser de esta manera, lo real es que sólo en la desgracia el hombre se dirige a Dios y lo ve como el único ser necesario para él. Es decir que, según la religión, el placer y la alegría distraen al hombre, mientras que la desgracia y el dolor lo contraen. La religión liga su concepto de felicidad a sus doctrinas, sostiene que es "Feliz el que cree; e infeliz, perdido y condenado quien no cree".[11] El objeto del concepto de felicidad para la religión es Dios. Los católicos sostienen que "Dios no es otra cosa que la relación que hay entre el hombre y su felicidad: Dios es la salvación realizada del alma, o sea, el poder ilimitado de realizar la salvación y la felicidad del hombre".[12] Los religiosos afirman que cuanto más sabe el hombre, cuanto más conocimiento tiene de la vida, más se aleja de Dios. En la Biblia, Jesucristo dijo que "la sabiduría queda probada justo por sus obras"[13] (Mateo 11:19; Juan 7:29). Y en este sentido de la sabiduría se hace una diferencia entre sabiduría divina y sabiduría humana: "la sabiduría divina nos lleva por el camino del éxito y la felicidad duraderos, mientras que la sabiduría humana, que pasa por alto a Dios, conduce al fracaso y la infelicidad". [14]Proverbios 2:8,9; Jeremías 8:9). Oponiéndose a la religión, Karl Marx sostiene que esta alineación, al consolar al hombre del sufrimiento que en este mundo le toca vivir, le resta capacidad, energía y determinación para cambiar las situaciones sociales, políticas y económicas que son las realmente culpables de su sufrimiento. En este sentido Marx dice que la religión es el "opio del pueblo", pues, en definitiva, adormece el espíritu revolucionario que de otro modo tendría el ser humano. Es decir que este autor
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