Herencia I

Una herencia tangible y visible

Texto: Josué 18.1-3

1. Toda la congregación de los hijos de Israel se reunió en Silo, y erigieron allí el tabernáculo de reunión, después que la tierra les fue sometida.

2. Pero habían quedado de los hijos de Israel siete tribus a las cuales aún no habían repartido su posesión.

3. Y Josué dijo a los hijos de Israel: ¿Hasta cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová el Dios de vuestros padres?

Introducción

En este momento el General Josué llama a siete de las tribus de Israel que no habían tomado su heredad en la tierra prometida. Las otras cinco tribus había tomado YA la porción que les correspondía. Es muy ilustrativo que Josué llama la atención a la negligencia para poseer la tierra que YA les pertenecía.

Considero que el 2012 ha sido un año donde Dios ha preparado a la Iglesia para gobernar en esta tierra. En la numerología de Dios, el doce es el número de gobierno, así que el 2012 ha sido el año donde la Iglesia ha recibido la autorización de Dios para ser posicionada con la autoridad para gobernar: 6Y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 7para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús (Efesios 2.6-8).

Muchos hijos de Dios ha estado siendo posicionados en lugares estratégicos dentro de las siete esferas o siete montes, de acuerdo a Apocalipsis 5.12: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder (política), las riquezas (finanzas), la sabiduría (educación), la fortaleza (familia), la honra (Iglesia), la gloria (arte) y la alabanza (medios de comunicación). Estos montes tienen que ser gobernados por Cristo a través de los ungidos de Dios para este propósito. El apóstol Pablo dice: Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies (1Corintios 15.25). “Preciso es”, quiere decir que “es necesario”, que Cristo tome el control de esos montes que están siendo invadidos por las fuerzas del enemigo. Esta función es de la Iglesia, ejerciendo autoridad sobre los principados y poderes de las tinieblas y posicionando a los hijos de Dios en esos lugares estratégicos.

El apóstol nos anima diciendo que en los siglos venideros (en este tiempo) el Padre mostrará al mundo sus abundantes riquezas que tiene preparadas para sus hijos. Recordemos que somos herederos y coherederos con Cristo (Romanos 8.17), de tal forma que habrá una transferencia de los bienes y riquezas que los impíos manejan a los administradores del reino de Dios en la tierra, porque la riqueza del pecador está guardada para el justo (Proverbios 13.22).

Debemos de reclamar la unción de la tribu de Gad: 20A Gad dijo: Bendito el que hizo ensanchar a Gad; Como león reposa, y arrebata brazo y testa. 21Escoge lo mejor de la tierra para sí, porque allí le fue reservada la porción del legislador. Y vino en la delantera del pueblo; Con Israel ejecutó los mandatos y los justos decretos de Jehová (Deuteronomio 33.20-21). Esta unción de Gad es necesaria en este tiempo para que los hijos de Dios vayamos a escoger nuestra heredad y Dios responda a nuestra actitud de ir en la delantera para como león arrebatar lo que el Legislador celestial ha decretado para nosotros.

¿Por qué considero que 2013 es el año de la herencia? El número 13 en la numerología de Dios representa el número de la responsabilidad financiera. Si lo vemos de esta manera: Uno más tres es cuatro, y el cuatro es el numero de la tierra, lo terrenal, lo material y lo económico. Por otro lado, el número trece en el pueblo hebreo es la edad de aceptación, identidad, paternidad, listo para heredar, es el año del proposito y destino.

A los trece años el niño era proyectado a un destino de acuerdo a lo que su padre le había enseñado con los tutores y ayos. Recibía la confianza para ser reconocido dentro de la familia con una identidad para recibir responsabilidades laborales.

Este año 2013 considero que es el año en que Dios nos esta dando la confianza para una impartición de la herencia que YA nos fue asignada del cielo.

Parte I. No seas negligente

Josué dijo a los hijos de Israel: ¿Hasta cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová el Dios de vuestros padres? En esta declaración el general de las tribus de Israel exhorta a poner ánimo en tomar la heredad que les correspondía. Dios nos ha dado heredad, como hijos de Dios tenemos un destino YA diseñado y una herencia YA definida: En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad (Efesios 1.11). ¡Notemos que la herencia esta asociada a nuestro destino!

Dios no esta diciendo que nos será entregada herencia, más bien dice que YA la tuvimos, es decir, al pararnos en nuestro destino profético también estamos recibiendo la herencia que nos corresponde. Ahora bien, el apóstol Pablo nos dice que Dios 8hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, 9dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo (Efesios 1.8-9). Notemos que Dios nos imparte la sabiduría e inteligencia necesaria para conocer nuestro destino profético.

Dios nos da a conocer el “misterio de su voluntad” que esta determinado para cada uno de sus hijos en esta tierra. Notemos que este designio esta “escondido” como un “misterio”, es decir, algo que esta velado, aparatado, reservado, por lo que nosotros debemos de descubrirlo, para esto necesitamos sabiduría e inteligencia.

¡No seas negligente! Descubre tu diseño celestial y descubrirás tu herencia en esta tierra. La gran mayoría de los hijos de Dios no conocen su destino, no conocen lo que el Padre les tiene destinado. Cinco de las tribus habían tomado su heredad, pero seis de ella no lo habían hecho. ¿Cuál era el motivo? ¡Negligencia! Estamos parados en la misma historia, muchos de los hijos de Dios son negligentes para tomar su heredad. Aquí entra la labor de los pastores, de los líderes, quienes deben de promover, animar, retar, desafiar, a los hijos de Dios para tomar lo que YA les pertenece.

Josué les anima diciendo: Señalad tres varones de cada tribu, para que yo los envíe, y que ellos se levanten y recorran la tierra, y la describan conforme a sus heredades (Josué 18.4). El desafío es “ver”, “describir”, la heredad que Dios les había asignado. Esa es la un función del liderazgo, abrir la mente, la perspectiva, crear visión, producir una generación de gente productiva, de alto rendimiento, que puedan vivir una prosperidad diaria en cada

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