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LA MORAL EN AMORIS LAETITIA


Enviado por   •  22 de Mayo de 2018  •  Tarea  •  2.489 Palabras (10 Páginas)  •  257 Visitas

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La moral sexual en Amoris Laetitia

« El anuncio cristiano relativo a la familia es verdaderamente una buena noticia » Hay varios numerales que se pueden ver en torno a la sexualidad desde las dimensiones de ver la sexualidad como un don de Dios. La sexualidad humana se ordena al amor matrimonial. La sexualidad es una fuerza creada que puede desbordarse y conducir a una deshumanización de las personas. Homosexualidad. La castidad. Además de la educación sexual. Todo esto nos lleva a comprender que hay un gran interés porque el proceder con rectitud de vida, valorando adecuadamente lo que Dios ha creado para que no se desvirtué ante un mundo cada vez más lacso. Con todo esto presento los textos fieles que tienen relación en torno a la moral sexual en el documento.

  1. Es un don de Dios la sexualidad

Puntos esenciales que puedo resaltar de estos numerales, que a la vez he transliterado o algunos que he puesto solo la clave que considero central:

  • El matrimonio es un «don» del Señor.
  • La unión sexual, vivida de modo humano y santificada por el sacramento, es a su vez camino de crecimiento en la vida de la gracia para los esposos. AL 71.
  • El amor conyugal «abarca el bien de toda la persona.
  • La sexualidad, que es un regalo maravilloso para sus creaturas.
  • Los hijos son un maravilloso don de Dios, una alegría para los padres y para la Iglesia. AL 223

El Nuevo Testamento enseña que «todo lo que Dios ha creado es bueno; no hay que desechar nada» (1 Tt 4,4). El matrimonio es un «don» del Señor (cf. 1 Co 7,7). Al mismo tiempo, por esa valoración positiva, se pone un fuerte énfasis en cuidar este don divino: «Respeten el matrimonio, el lecho nupcial» (Hb 13,4). Ese regalo de Dios incluye la sexualidad: «No os privéis uno del otro» (1 Co 7,5). AL 61

El Concilio Vaticano II enseña que este amor conyugal «abarca el bien de toda la persona, y, por tanto, puede enriquecer con una dignidad peculiar las expresiones del cuerpo y del espíritu, y ennoblecerlas como signos especiales de la amistad conyugal». Por algo será que un amor sin placer ni pasión no es suficiente para simbolizar la unión del corazón humano con Dios”. AL 142

Dios mismo creó la sexualidad, que es un regalo maravilloso para sus creaturas. Cuando se la cultiva y se evita su descontrol, es para impedir que se produzca el «empobrecimiento de un valor auténtico» AL 150.

De ninguna manera podemos entender la dimensión erótica del amor como un mal permitido o como un peso a tolerar por el bien de la familia, sino como don de Dios que embellece el encuentro de los esposos. AL 152.

El rechazo de las desviaciones de la sexualidad y del erotismo nunca debería llevarnos a su desprecio ni a su descuido. AL 157.

Cada matrimonio es una « historia de salvación », y esto supone que se parte de una fragilidad que, gracias al don de Dios y a una respuesta creativa y generosa, va dando paso a una realidad cada vez más sólida y preciosa. AL 221.

Se insiste siempre en que los hijos son un maravilloso don de Dios, una alegría para los padres y para la Iglesia. AL 223

  1. La sexualidad humana se ordena al amor matrimonial. El matrimonio como unión exclusiva e indisoluble es la meta de la vida sexual plena.
  • La unión sexual, vivida de modo humano y santificada por el sacramento, es a su vez camino de crecimiento en la vida de la gracia para los esposos.
  • El matrimonio es una «íntima comunidad conyugal de vida y amor»
  • El matrimonio, es una amistad que incluye las notas propias de la pasión, pero orientada siempre a una unión cada vez más firme e intensa.
  • La sexualidad no es un recurso para gratificar o entretener.
  • La sexualidad procura que el otro viva plenamente, porque es inseparable de la amistad.

La unión sexual, vivida de modo humano y santificada por el sacramento, es a su vez camino de crecimiento en la vida de la gracia para los esposos. … Toda la vida en común de los esposos, toda la red de relaciones que tejerán entre sí, con sus hijos y con el mundo, estará impregnada y fortalecida por la gracia del sacramento que brota del misterio de la Encarnación y de la Pascua, donde Dios expresó todo su amor por la humanidad y se unió íntimamente a ella. AL 74

El matrimonio es en primer lugar una «íntima comunidad conyugal de vida y amor» que constituye un bien para los mismos esposos y la sexualidad «está ordenada al amor conyugal del hombre y la mujer». Recordar los dos fines del matrimonio. AL 80

El matrimonio, además, es una amistad que incluye las notas propias de la pasión, pero orientada siempre a una unión cada vez más firme e intensa. … Esta amistad peculiar entre un hombre y una mujer adquiere un carácter totalizante que sólo se da en la unión conyugal. Precisamente por ser totalizante, esta unión también es exclusiva, fiel y abierta a la generación. AL 125.

La sexualidad no es un recurso para gratificar o entretener, ya que es un lenguaje interpersonal donde el otro es tomado en serio, con su sagrado e inviolable valor. AL 151.

La sexualidad está de modo inseparable al servicio de esa amistad conyugal, porque se orienta a procurar que el otro viva en plenitud. AL 156.

  1. La sexualidad es una fuerza creada que puede desbordarse y conducir a una deshumanización de las personas.

  • La sexualidad se despersonaliza y también se llena de patologías, de tal modo que «pasa a ser cada vez más ocasión e instrumento de afirmación del propio yo y de satisfacción egoísta de los propios deseos e instintos».
  • La sexualidad puede convertirse en fuente de sufrimiento y de manipulación.
  • El hombre y la mujer están «amenazados por la insaciabilidad»

Dentro del contexto de esta visión positiva de la sexualidad, es oportuno plantear el tema en su integridad y con un sano realismo. Porque no podemos ignorar que muchas veces la sexualidad se despersonaliza y también se llena de patologías, de tal modo que «pasa a ser cada vez más ocasión e instrumento de afirmación del propio yo y de satisfacción egoísta de los propios deseos e instintos». En esta época se vuelve muy riesgoso que la sexualidad también sea poseída por el espíritu venenoso del «usa y tira». El cuerpo del otro es con frecuencia manipulado, como una cosa que se retiene mientras brinda satisfacción y se desprecia cuando pierde atractivo. ¿Acaso se pueden ignorar o disimular las constantes formas de dominio, prepotencia, abuso, perversión y violencia sexual, que son producto de una desviación del significado de la sexualidad y que sepultan la dignidad de los demás y el llamado al amor debajo de una oscura búsqueda de sí mismo? AL 153.

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