La Elección: Regocígence
Enviado por Eiinnaa • 21 de Agosto de 2014 • 1.294 Palabras (6 Páginas) • 269 Visitas
LA ELECCIÓN: ¡REGOCÍJENSE!
Todo el mundo quiere ser feliz. Si preguntamos a la gente cuál es su ambición número uno en la vida, la mayoría dirá: “Quiero ser feliz”. Siempre crea tensión tener que aparentar felicidad. Vemos mucha más gente fingiendo felicidad que viviendo la realidad. El asunto es que no se pueden calificar todos los días con un “perfecto diez”. No todo resulta de acuerdo a lo planificado. Algunos días son desastrosos. Seamos sinceros al respecto.
¡REGOCIJAOS!
Es fácil ser feliz cuando todo anda de acuerdo a los planes. ¿Pero qué del resto de la vida? ¿Solo somos felices cuando las cosas salen a nuestro modo? Si es así, vamos a ser infelices la mayor parte de nuestra vida.
Filipenses 4:4 nos recuerda: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”. La felicidad depende de lo que sucede. “Hoy estoy contento porque las cosas salieron bien.” El gozo es diferente. Es más profundo. El gozo es una actitud, una elección. El gozo es una función interior. No depende de las circunstancias. Es nuestra elección el regocijarnos. Podemos elegir, no importa cuáles sean las circunstancias, estar gozoso.
El gozo es lo que hace que disfrutemos la vida. Cuando aprendamos a elegir el gozo, la vida será mucho más plena. Como cristianos, podemos ser la gente más feliz del mundo. ¿Por qué? Romanos 5 nos da tres razones.
TENEMOS ESPERANZA.
Romanos 5 comienza con estas palabras: “Justificados, pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”. (vv. 1-2). Pablo continúa explicando que el resultado de experimentar la gracia de Dios es que “nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”(v.2). Para un cristiano, ninguna situación es del todo desesperada.
Muchas personas tienen esperanza, pero no la cimentan en nada sólido. Es una esperanza artificial. Y muchas personas basan su esperanza en cosas equivocadas: el mercado de valores, su buena apariencia, un gran sueldo, un buen trabajo, una buena familia. Sin embargo, todas estas cosas son temporales y pueden desaparecer. Al desaparecer, también se va la esperanza. Y el gozo, la verdadera felicidad, es imposible sin esperanza.
Pero los cristianos tienen una razón para estar contentos. Podemos regocijarnos porque nos regocijamos en la esperanza. En Romanos 12:12 Pablo nos recuerda: “gozosos en la esperanza”. Pablo está hablando acerca de nuestra esperanza en Cristo. La esperanza que tenemos en Cristo es la primera razón por la cual regocijarnos, incluso en situaciones difíciles.
DIOS TIENE UN PROPÓSITO
Además, podemos regocijarnos porque Dios tiene un propósito en cada situación. Romanos 5:3 dice: “Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia...” La palabra griega traducida aquí como “tribulación” significa angustia, y se refiere a cualquier cosa que nos presiona. A menudo se traduce como pruebas, aflicciones, presiones o problemas. Muchas personas tienen el concepto erróneo de que cuando salgan de todos sus problemas, serán felices. Pero mientras estemos vivos nunca saldremos de todos nuestros problemas. El gozo es aprender a disfrutar la vida a pesar de los problemas.
El gozo no es la ausencia de sufrimiento, sino es la presencia de Dios en nuestra vida. Es por eso que Pablo dice que nos regocijemos en el sufrimiento. Dios siempre está con nosotros.
Pablo nos recuerda que “sabemos que el sufrimiento produce algo”. ¡El sufrimiento puede ser productivo! Logra algo. Los problemas tienen un propósito. Nuestras pruebas y dificultades tienen valor. Es mucho más fácil sobrellevar el sufrimiento cuando se sabe que hay un propósito en él y que no es en vano.
Ahora bien, ¿Cuál es el resultado de nuestro sufrimiento? Primero, Pablo dice que nuestras tribulaciones producen paciencia (Romanos 5:3). La palabra griega para paciencia significa literalmente “la habilidad
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