La Justicia
Enviado por sarelia • 12 de Septiembre de 2013 • Ensayo • 1.959 Palabras (8 Páginas) • 342 Visitas
INTRODUCCIÓN
La justicia (del latín, Iustitia) es la concepción que cada época y civilización tiene acerca del sentido de sus normas jurídicas. Es un valor determinado por la sociedad. Nació de la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes. Es el conjunto de reglas y normas que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones.
Este conjunto de reglas tiene un fundamento cultural y en la mayoría de sociedades modernas, un fundamento formal:
El fundamento cultural se basa en un consenso amplio en los individuos de una sociedad sobre lo bueno y lo malo, y otros aspectos prácticos de cómo deben organizarse las relaciones entre personas. Se supone que en toda sociedad humana, la mayoría de sus miembros tienen una concepción de lo justo, y se considera una virtud social el actuar de acuerdo con esa concepción.
El fundamento formal es el codificado formalmente en varias disposiciones escritas, que son aplicadas por jueces y personas especialmente designadas, que tratan de ser imparciales con respecto a los miembros e instituciones de la sociedad y los conflictos que aparezcan en sus relaciones.
El problema en torno a la justicia es algo que se ha encontrado presente a lo largo de toda la historia, de este modo, el mismo Aristóteles ya intentaba definirla, dividiéndola en lo llamado Ley Particular, o ley de la polis, y la Ley Común, aquella que está presente en la naturaleza.
La justicia y “lo justo” varía de persona a persona, lo que permite que, en la vida cotidiana, existan diferencias entre aquello que un padre y un hijo consideren justo en torno a determinada situación.
Lo mismo sucede con los sistemas judiciales presentes en cada Estado o nación en particular, donde no todos los ciudadanos se encuentran de acuerdo con los dictámenes de los jueces ante ciertas situaciones de conflicto, sobretodo, cuando la resolución, en lo personal, no nos favorece e implica, en algunos casos, incluso, el pago de multas o la privación de la libertad.
A. COMPENDIO
Justicia significa que todos y cada uno de los hombres podamos contar con las oportunidades y los medios que nos permitan llegar a ser aquello a que hemos sido llamados a ser que podamos hacer fructificar nuestros talentos, que podamos crecer física, intelectual, moral y espiritualmente.
Todo derecho implica una responsabilidad; toda oportunidad, una obligación: toda posesión, un deber: La justicia supone el respeto a los derechos del prójimo.
No debemos aspirar a que todos los hombres sean iguales, sino a combatir las excesivas desigualdades, y a convertir a quienes atesoran a expensas de los demás. Sabemos que todos somos distintos, y, por tanto, si en vez de estar comparándonos con los demás nos dedicamos a multiplicar nuestros talentos, podremos superar los sentimientos de inequidad e injusticia y construir la justicia a partir de la circunstancia en que nos encontremos.
La lucha por la justicia nos obliga, muchas veces, a juzgar a los hombres. Pero el juicio cristiano excluye cualquier tipo de valoración moral o de la conciencia, cualquier valoración de la persona. Debe limitarse a la objetividad de los hechos. Siempre teniendo en cuenta que con la misma vara que midamos, Dios nos medirá; que de la manera como juzguemos, Dios nos juzgara.
Nadie puede juzgar si previamente no comprende. El fuerte que ama y que comprende, juzga con misericordia.
La justicia debe venir después del amor, emana del Amor. Donde está el verdadero amor, allí florece la suprema justicia.
B. ANTOLOGIA
No tengo más que una piedra en mi honda – decía Víctor Hugo–; pero esa piedra es buena, esa piedra es la justicia.
Los hombres han sido dotados en su más profunda intimidad, de una fuerte aspiración a la igualdad y a la justicia, cosa que se deduce del hecho de que se resienten profundamente cuando un grupo adversario transgrede esos principios.
Unos de los relatos más antiguos conocidos sobre justicia es la de rey Salomón, sobre todo porque resolvió un litigio de una manera justa y sabía. Ante él se presentaron dos mujeres que aseguraban ser la madre de un niño. El rey no pudo averiguar quién era realmente la madre del pequeño y decidió partir al niño por la mitad para dar una parte a cada una. En ese instante, una de las mujeres dijo que le dieran el niño a la otra. Fue entonces cuando el rey supo quién era la verdadera madre, y a ella le dio su hijo.
La forma de actuar de este rey no se basó en la justicia, sino en la psicología. El rey sabía que una verdadera madre no dejaría que hicieran daño a su hijo. Si hubiera dividido al niño en dos, no habría sido justo, sino bárbaro. Solo fue justo al final, cuando devolvió el niño a su madre.
RELATO: LA JUSTICIA DEL JUEZ
El dueño de una posada se hallaba asando carne a la puerta de su establecimiento. El olorcillo se expandía por doquier, como invitando a probar el sabroso trozo de carne.
Un hombre pobremente vestido que acertó a pasar por allí, se detuvo a contemplar el quehacer del posadero y quedó aspirando el fragante olorcillo.
De pronto se le ocurrió sacar de sus alforjas un trozo de pan y con suma tranquilidad comenzó a pasarlo por entre la columna de humo que se desprendía de la carne asada. El posadero lo dejó hacer sin decirle nada.
Pero, cuando el hombre hubo comido el pan, le dijo:
- Debes pagarme lo que has comido.
- ¡Cómo! (Se sorprendió el hombre)
-. ¡Si nada me has dado!
- ! Sí, el olorcillo que despide mi carne con el que has untado tu pan! Si no me pagas, te denunciaré al juez.
Y ante la negativa del hombre, lo llevó ante el juez. Este escuchó al forastero:
- Sólo pasé el pan por encima del humo que desprendía la carne, y ahora pretende que pague por ello.
El juez miró al posadero y le preguntó:
- ¿Cuánto crees que te debe pagar por haber disfrutado de la fragancia
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