MARIA JESUS QUIJADA GALAZ

El movimiento naturalista creado por Emile Zola en Francia contó con seguidores por todo el continente europeo. En lo que a Italia respecta, fue adoptado con ciertas peculiaridades en la tendencia que se conoce como Verismo y cuyo máximo representante es Giovanni Verga. Las principales diferencias entre éste y el Naturalismo galo se aprecian en el ambiente y el estrato socialrepresentados. La escuela de Zola se centraba preferentemente en ambientes urbanos y proletarios. También en otros rurales y campesinos a los que siglos de existencia de la nación francesa habían proporcionado homogeneidad.

Sin embargo, el Verismo italiano nace en un país recién unificado en el que aún perduran numerosos localismos y se dan fuertes diferencias entre el norte industrial y el sur rural, dominado por los latifundios y muy atrasado. En consecuencia, la escuela transalpina concentra su denuncia en éste último, es mucho más regionalista y presenta, ante la idiosincrasia de ese mundo meridional, un mayor pesimismo que el Naturalismo galo.

Estos rasgos se aprecian en una discípula del citado Giovanni Verga que, no obstante, alcanzó mayor reconocimiento que él fuera de Italia. Se trata de María Grazia Deledda (Nuoro, Cerdeña, 1871-1936), galardonada con el Premio Nobel en 1926 “por sus escritos idealistas inspirados, que con una claridad plástica describen la vida en su isla natal y con profundidad y simpatía hacen frente a los problemas humanos en general”. Y es que, efectivamente, las novelas de la italiana presentan la vida rural de Cerdeña que ella tan bien conocía, con su injusta estratificación social, sus costumbres y sus formas de vida.

No obstante, la luminosidad meridional que se aprecia en sus plásticas narraciones suaviza el carácter naturalista de éstas y la acerca, en este aspecto, al decadentismo que por entonces cultivaba Gabriele D’Annunzio. En cuanto a los temas tratados, suele extraerlos de la propia mentalidad sarda: sus obras presentan fuertes historias de amor que suelen terminar mal porque sobre ellas planea la muerte y, sobre todo, un poderoso sentido del pecado y la culpa.

...