MATRIMONIO CRISTIANO
Enviado por willmarco • 24 de Noviembre de 2013 • 2.594 Palabras (11 Páginas) • 422 Visitas
EL MATRIMONIO: LA RELACIÓN PRIMORDIAL
INTRODUCCION:
• Cuando Dios comenzó el mundo, él puso en su ambiente todo lo necesario para una vida fructífera y placentera. Todo fue hecho así para que el hombre habitase en plena comunión con el Creador y con su creación. El hombre fue la máxima expresión de la creación hecha por Dios.
• La unión conyugal del hombre y la mujer fue la primera y, por consiguiente, la primordial institución de la creación de Dios. El hogar es antes del estado, la economía (o el trabajo) o aun la iglesia.
• Por eso, el hogar sirve y ha servido a través de los siglos como el fundamento de la sociedad. La sociedad depende por su carácter, en gran parte, de la expresión y la forma de las familias que la componen.
• Es por esta razón que es muy importante que la familia refleje el diseño y el deseo que Dios tenía cuando la comenzó.
Puesto que la problemática familiar es una expresión de cada cultura, tenemos que estar prestos para hacer que la luz escritural alumbre cada circunstancia cotidiana en nuestro ambiente, especialmente en el del mundo hispano. Sin embargo, la cultura latina no es la cuestión primordial, sino la naturaleza y propósito que Dios ha dado al matrimonio primeramente y, por lo tanto, a la familia. La tarea nuestra es establecer con claridad los principios bíblicos que gobiernan el ideal divino para el matrimonio y la familia, y después examinar la expresión cultural a la luz de estos mismos principios.
I. LA NATURALEZA DEL MATRIMONIO
Las bases escriturales del matrimonio se encuentran en Génesis 1 y 2.
Génesis 1:27, 28 recalcan que Dios, por su papel de creador, inició el primer hogar en el mundo, formando la primera pareja en una unión fructífera y responsable (fíjese en las palabras: “fructificad”, “multiplicaos”, “señoread” y “sojuzgad”).
A. EL MATRIMONIO ES UNA INSTITUCION DIVINAMENTE ORDENADA.
Debemos recordar que la naturaleza del matrimonio comienza con el hecho de la creación de Dios.
De ahí que el primer elemento de la naturaleza del matrimonio es: ser una institución divinamente ordenada.
Hemos dicho ya que el hogar es la primera institución de la creación y es cierto.
Sin embargo, es menester interpretar esta institución, antes que todo, no en términos fríos y estáticos como por medio de estadísticas, sino verla desde el punto de vista de la relación humana que la vivifica.
El punto de vista bíblico la mira como la unión de dos personas creadas por Dios como distintas y a la vez hechas la una para la otra.
Esta naturaleza divina que Dios formó y bendijo como la unión conyugal es una realidad para todos.
B. EL MATRIMONIO ES UNA UNION NATURAL.
1. Dios hizo a todo hombre y a toda mujer dándoles ciertos impulsos naturales, y uno de los más fuertes es el sexual. El matrimonio brinda la forma más natural para dar expresión adecuada y sensata a este impulso. Por lo tanto, encontramos en Génesis 2:24 que los dos se unirán y “serán una sola carne”. Esto se explorará más adelante, pero debemos entender en este contexto que el matrimonio es la expresión natural que Dios ha provisto para que una pareja se una en una relación física y placentera.
Además, “una sola carne” desde el punto de vista hebreo se entiende en términos de toda la personalidad y no solamente lo físico. En otras palabras, es una descripción de la relación matrimonial entre dos personas, aun con sus personalidades variantes. Es por medio de esta relación conyugal que el hombre y la mujer pueden cumplir algo de su naturaleza. Sin el trato sexual, algo queda incompleto en la personalidad de ambos. Por lo tanto, se requiere un don especial, de “continencia”, para poder tener una vida fructífera, sin el goce de la unión conyugal (1 Corintios 7:7-9).
C. EL MATRIMONIO ES UNA UNION EXCLUSIVA
Además, un tercer elemento será que el matrimonio es una unión exclusiva. La frase “una sola carne” subraya la particularidad de la naturaleza humana. No somos hechos para diferentes uniones a la vez (poligamia), sino para una sola unión (monogamia). Aquellos que tratan de mantener más de una relación conyugal se frustran a sí mismos y frustran el propósito de Dios porque están dividiéndose en partes, dándose a otras personas que no son su cónyuge.
1. ES UNA RELACION EXCLUSIVA EN LA SATISFACCION UNICA DE SU PAREJA.
Es tan completa la tarea de poder satisfacer a un solo marido o a una sola esposa, que es imposible abarcar más y mantener la sanidad emocional. La actuación de la infidelidad de uno de los cónyuges es también causa de una desintegración de su relación matrimonial y, por consiguiente, de debilitar la composición de la sociedad. (1 Corintios 6:16; 1 Timoteo 5:6.)
2. ES UNA RELACION EXCLUSIVA EN LA SEPARACION DE SUS PROGENITORES.
Otro ángulo de este exclusivismo es el de dejar a los padres para unirse como pareja. Es imprescindible que la nueva pareja tenga su propio techo y lecho para disfrutar la libertad y la responsabilidad de la vida matrimonial. Además, es un mandato de Dios que lo hagan. (Véase otra vez Génesis 2:24.)
D. EL MATRIMONIO ES UNA UNION PERMANENTE.
El cuarto elemento de la naturaleza matrimonial está implícito en la idea de ser “una sola carne” en una unión permanente.
Si hay un punto de flaqueza moral en nuestros conceptos actuales sobre el matrimonio es en este asunto de la permanencia de los votos matrimoniales.
La razón de esta debilidad moral en el mundo hoy es:
1. Que las parejas van corriendo ciegamente al casamiento sin una consideración detallada, aun sin conocerse realmente el uno al otro como personas. Algunas veces son sinceras, y creen que están profundamente enamoradas. Otros dirán, y muy en serio: “realmente no sabemos cuán duradera pueda ser nuestra unión, pero casémonos de todos modos y veamos cómo resulta. Si no concordamos, siempre tenemos la oportunidad de divorciarnos.”
2. Aún peor es la cantidad cada vez mayor de personas que no se casan formalmente, sino que se unen en una convivencia de concubinato para no correr ni el riesgo del compromiso ni con el gasto de una ceremonia. Esto deja que la pareja se separe sin ninguna intervención de la ley civil, sufriendo de esta manera las heridas emocionales y morales.
¿Y qué de los niños, víctimas inocentes de ambos tipos de uniones inestables? ¿Es esto lo que Dios quería cuando instituyó el matrimonio?
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