Que Es La Iglesia Ortodoxa
Enviado por Padrecrisostomo • 1 de Octubre de 2013 • 8.522 Palabras (35 Páginas) • 328 Visitas
La Vida de la Iglesia
Contenido:
¿Quién fundó la Iglesia Ortodoxa?
¿Cuándo nació la Iglesia Ortodoxa?
La separación de las Iglesias. Patriarcados.
Los Santos Padres.
Monaquismo.
A propósito de la Ortodoxia.
El poder de proclamar la verdad.
Resoluciones de la Iglesia Ortodoxa (Derecho Canónico).
La igualdad de jerarquía.
Concilios.
Algo más sobre la Iglesia Ortodoxa.
La Iglesia está exenta de caer en el error.
La autoridad máxima en la Iglesia.
Iconos.
Ritos.
La Ortodoxia hoy.
¿Quién fundó la Iglesia Ortodoxa?
La iglesia ortodoxa fue fundada por Nuestro Señor Jesús Cristo sobre los doce Apóstoles, en la ciudad de Jerusalén cuando envió el Espíritu Santo prometido, en formas de lenguas de fuego sobre el Cenáculo, en el día Pentecostés, mientras todos los Apóstoles, la Virgen María y discípulos, se hallaban reunidos y rezando (Hechos 1:13 15). Esta fue la primera comunidad cristiana o de creyentes en Jesús, es decir, la primera Iglesia cristiana. Su doctrina, como lo es El mismo, es divina, es sobrenatural, enviada por Dios para la salvación de los hombres.
Cristo permanece con su Iglesia hasta la consumación de los siglos. Él es su única cabeza y jefe. En su iglesia no existen Jefes Universales e infalibles que estén por encima de los 7 Concilios Ecuménico ni por sobre todos los obispos. Sólo hay una autoridad suprema: Cristo, su Fundador, verdadero Dios y verdadero hombre.
Desde Jerusalén, el Evangelio fue propagado por los Apóstoles en los países vecinos. Fue en Antioquía donde los creyentes en Jesús Cristo comenzaron a llamarse por primera vez “Cristianos”; saludable nombre que llevamos hasta hoy día” (Hechos 11:26). Luego la prédica cristiana llegó hasta Roma, capital del Imperio Romano, donde el Apóstol Pablo formó la primera comunidad cristiana, compuesta por varias familias a las que él mismo enumera y saluda en su Epístola a los Romanos, Cap. 16. Desde Roma, el Evangelio fue propagado a todo el Occidente y a otras partes del mundo.
La dirección de los cristianos la ejercían los Obispos; el de más autoridad en cada región llevaba el título de Patriarca. El mundo cristiano tenía cinco Patriarcas: el de Jerusalén, el de Alejandría, el de Antioquía, el de Roma y el de Constantinopla y todos ellos tenían iguales derechos, eran independientes en la administración de su región e iguales entre sí, considerando primero entre iguales “primus inter pares,” al Patriarca de Roma, por ser la capital del Imperio según:
El I Concilio de Nicea, artículo 6°; (1° Concilio. Ecuménico, año 325)
El Concilio I de Constantinopla, artículo 3°; (2° Concilio Ecuménico, año 381),
El Concilio de Calcedonia, artículo 28° (4° Concilio Ecuménico, año 451)
El III Concilio de Constantinopla, artículo 36 (6° Concilio Ecuménico, año 680)
La más alta autoridad de la Iglesia Cristiana era y es aún el Concilio Ecuménico, cuyas decisiones son obligatorias para toda la Iglesia.
Con la libertad del culto, aparecieron herejías en la prédica del cristianismo, por lo cual fue necesario corregir estas erróneas interpretaciones sentándose las bases de la verdadera doctrina cristiana, lo que ocurrió en el primer Concilio Ecuménico, formado por 318 Santos Padres, que el Emperador Constantino convocó en la ciudad de Nicea — en el año 325. Allí fue compuesto el “Credo o Símbolo de la Fe, que en pocas palabras, expresa claramente nuestra creencia y doctrina cristiana. Este Credo fue completado en sus últimos artículos en el II Concilio Ecuménico en Constantinopla (año 381) y por ello se llama Credo o Símbolo de la Fe Niceno Constantinopolitano. Más tarde fueron convocados otros Concilios Ecuménicos (siete) reafirmándose en ellos el verdadero dogma cristiano, siendo las resoluciones de estos obligatorias, constituyendo con la Santa Escritura la base y el fundamento de la Iglesia cristiana.
El triunfo del cristianismo se produjo tres siglos después de la muerte de Cristo: con la paz decretada por Constantino, emperador de Roma. Hasta ese entonces el cristianismo vivía en las catacumbas, lugares en donde se celebraban todos sus actos religiosos, y aprendían a conocer a Cristo (Libro Hecho de los Apóstoles). Desde ese momento la Iglesia de Cristo sigue su camino a través de todo el mundo en la prédica de la doctrina de Jesús Cristo.
¿Cuándo nació la Iglesia Ortodoxa?
La iglesia ortodoxa, fundada por Cristo sobre sus doce Apóstoles nació el año 33 de la era cristiana, cuando en el día de Pentecostés el Espíritu Santo descendió sobre los Apóstoles reunidos en el Cenáculo en forma de lenguas de fuego. La Iglesia Cristiana Ortodoxa nació con Cristo y sus Apóstoles. La Iglesia Ortodoxa vio la luz allá en la Palestina con Jesús Cristo, se extendió con los Apóstoles, y se cimentó sobre la sangre de los mártires. No tuvo su origen en Grecia u otra región que no sea Palestina. La Iglesia Ortodoxa no muere, porque descansa sobre Cristo, y tiene la promesa suya de que existirá hasta el fin de los siglos. En vano sus enemigos y todos los corifeos de la impiedad tratarán de destruirla, de negarla, de perseguirla. La Iglesia Ortodoxa, a semejanza de su divino Maestro y fundador Jesús Cristo, desde su mismo nacimiento, en el año 33 d. C., ha padecido y sufrido terribles persecuciones bajo el Imperio Romano pasando por las musulmanas, turcas, hasta nuestros días, en que sufrió la más violenta de todas: el Comunismo. La sangre de infinidad de mártires ha sellado y probado al mundo la sublimidad de su amor y perfección y la veracidad de su doctrina divina. A pesar de todo siempre ha subsistido y triunfado. Ella vive y vivirá eternamente en Cristo, y seguirá confiada en sus palabras: “y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” (Mateo 16: 18)
La separación de las Iglesias
Ante todo es preciso tener en cuenta que la Iglesia Ortodoxa nunca se separó de ninguna otra Iglesia. Ella viene en línea recta desde Nuestro Señor Jesús Cristo y de sus Apóstoles. Ella nunca se apartó, a través de los siglos, de la auténtica y verdadera doctrina enseñada por el Divino Maestro. Los demás se separaron de ella, más ella nunca se apartó de nadie, de la recta línea que va hasta Jesús Cristo. La Iglesia Ortodoxa es una, ayer, hoy y mañana: es la misma siempre. Cristo le ha señalado su derrotero a seguir, y ella lo ha hecho sin apartarse jamás del mandato de Cristo.
Un
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