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Iglesia Y Estado

LILISAFA19 de Octubre de 2012

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Los inicios del cristianismo

Imagen 38. Jesús como referencia inicial

En principio cabe decir que el CRISTIANISMO INICIAL no se plantea ningún tipo de relación con las formas de organización política. Es más, el cristianismo inicial plantea su vida como una situación temporal previa a la venida del Reino de los Cielos. Podemos decir que, si existe una máxima que vertebre las relaciones entre la Iglesia y el Estado, ésta es la clara independencia de ambos "A Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar"Mateo 22, 15-21 o Marcos, 12, 13-17. Aunque esta cita ha sido interpretada de muy diversas formas, parece que es coherente interpretarla como una independencia que permita no involucrar a Dios y su reino en asuntos de carácter político o secular, pero siempre sin olvidar, que se concede más importancia a los asuntos divinos que a los humanos.

Las aportaciones de PABLO DE TARSO Consultar Texto refuerzan esta interpretación, pero dejando mucho más claro, que toda autoridad nace o proviene de Dios, aunque algunos prefieren entender esto no desde una postura teocrática, sino más bien reconociendo el hecho social como algo divino y por ende hay que aceptar las reglas sociales legalmente establecidas. Pero siempre manteniendo, como afirma PEDRO en Hechos de los Apostoles 5, 29, que hay que obedecer antes a Dios que a los hombres.

Por otro lado, los Estados tienen un objetivo diferente al de la religión, ofrecer un bienestar temporal a todos los ciudadanos. Pese a todo, podemos ir viendo como esta supuesta autonomía entre ambos poderes no es algo que aconteciera ni en la época del Imperio Romano ni en la época medieval.

Las relaciones entre el Estado y la Iglesia:

Imagen 51. Imperio y papado

No podemos olvidar que Tomás de Aquino asigna al hombre un fin trascendente. Esta consideración obliga a reconocer un papel importante a la Iglesia en la organización de la vida del hombre. Por ello, al igual que había concedido una primacía a la fe frente a la razón, considera que el Estado ha de someterse a la Iglesia. El Estado ha de procurar el bien común, para lo cual legislará de acuerdo con la ley natural. Las leyes contrarias a la ley natural no obligan en conciencia (por ejemplo, las contrarias al bien común, o las dictadas por egoísmo). Las leyes contrarias a la ley divina deben rechazarse y no es lícito obedecer las, marcándose claramente la dependencia de la legislación civil respecto a la legislación religiosa.

Sin embargo, acepta la distinción y la independencia del Estado y la Iglesia. Podemos ver su diferencia funcional.

 EL ESTADO es una sociedad autónoma que posee los medios necesario para la consecución del fin a que está destinado: el bien común. Tal bien común exige: paz dentro del estado; dirección unificada; provisión necesidades de vida; paz con el exterior.

 LA IGLESIA tiene un fin sobrenatural y, por tanto, más elevado que el del Estado. Tomás de Aquino defiende el poder indirecto de la Iglesia sobre el Estado: éste debe subordinarse a la iglesia en asuntos de carácter sobrenatural.

Ello no implicaría, según Tomás de Aquino, pérdida de autonomía de la función del Estado, pero si existe un cierto grado de dependencia. Esto se explica por los siguientes motivos:

 El fin de la vida social es la vida buena según virtud. Ahora bien, la auténtica vida virtuosa no es la fundamentada en el medio (al modo aristotélico), sino la que tiene carácter teologal. En la práctica esto significa que no está en manos de ningún organismo humano el conseguir el auténtico hombre virtuoso. De ahí que no deben ser las leyes humanas el fundamento último de la vida social sino la ley eterna. Y la ley eterna la representa mejor la iglesia que el estado. Por consiguiente, en última instancia, los reyes deben de someterse a los sacerdotes.

 La

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