Ritual De Exorcismos
Enviado por xavier0531 • 4 de Febrero de 2013 • 15.603 Palabras (63 Páginas) • 552 Visitas
Ritual Romano
Renovado según el decreto del Sacrosanto Concilio Ecuménico Vaticano II
Promulgado por la autoridad de S.S. Juan Pablo II
RITUAL DE LOS EXORCISMOS
Congregación para el Culto Divino
y la disciplina de los Sacramentos
Prot. 1280/98/L
Notificación
El Rito de Exorcismos
La edición latina del renovado rito de Exorcismos aprobada el 1° de Octubre de 1998
por el Sumo Pontífice Juan Pablo II, fue dada a conocer en el día de ayer y, conforme al
decreto de este Dicasterio, puede ser utilizada por aquellos a quienes compete por
Derecho desde este mismo momento.
La Congregación del Culto Divino y de la Disciplina de los Sacramentos, por la peculiar
facultad otorgada a la misma por el Sumo Pontífice (cfr. Decretos de la Secretaría de
Estado n. 434.563 del día de 2 de Octubre de 1998), establece y declara lo que sigue.
Dado que compete al Obispo diocesano, en la diócesis a él confiada, la moderación de
la Sagrada Liturgia y el ejercicio de la tarea pastoral es por ello que, para aliviar
misericordiosamente a los fieles en la lucha contra el poder del diablo, examinada con
diligencia cada situación, podrá pedir a la Santa Sede que un sacerdote, a quien el cargo
de exorcista fuere confiado, pueda también emplear el rito hasta ahora usado según el
título XII de la edición de 1952 del Ritual Romano.
La Congregación del Culto Divino y de la Disciplina de los Sacramentos, atendiendo a
las peticiones de los Ordinarios, que conocen enteramente la realidad pastoral de su
jurisdicción, concede gustosamente la facultad pedida.
Dadas en la Sede de la Congregación, a los veintisiete días del mes de enero de mil
novecientos noventa y nueve.
Jorge A. Card. Medina E.
Prefecto
Mario Marini
Subsecretario
Congregación para el Culto Divino
y la disciplina de los Sacramentos
Prot. 1280/98/L
Decreto
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La Iglesia, obediente a la oración dominical, cuidó misericordiosamente, desde los
tiempos antiguos a través de sacramentales, que con súplicas piadosas a Dios se
procurase que los fieles cristianos fueran librados de todos los peligros y,
especialmente, de las insidias del diablo. Así, de una manera peculiar, fueron instituidos
en la Iglesia los exorcismos, para que a través de ellos, imitando la caridad de Cristo,
fueran curados los poseídos por el Maligno, y expulsados los demonios en nombre de
Dios, de modo de evitar a las criaturas humanas todo perjuicio.
Ahora bien, actualmente parece oportuno rever las normas transmitidas y las oraciones
suplicantes, como también las fórmulas empleadas por el título XII del Ritual Romano,
para que el rito de exorcismos responda a lo decretado por la Constitución
“Sacrosanctum Concilium” del Concilio Vaticano II, especialmente en su artículo 79.
Por lo tanto, esta Congregación promulga el Rito de los Exorcismos, aprobado por el
Sumo Pontífice Juan Pablo II el día 1° de Octubre de 1998, para que se aplique en lugar
de las normas y fórmulas que, bajo el título XX del Ritual Romano, hasta ahora se
empleaban.
La edición latina, tan pronto como sea editada, puede ser utilizada por aquellos a
quienes compete según Derecho. No obstante, las Conferencias Episcopales vigilen que
las ediciones en lengua vernácula, cuidadosamente preparadas y adaptadas de acuerdo a
las normas del Derecho, sean sometidas a la confirmación de la Sede Apostólica.
Sin que obste nada en contrario, se emite este Decreto, en la Congregación del Culto
Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en el día doce de Noviembre de mil
novecientos noventa y ocho, en la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del
Universo.
Jorge Card. Medina Estévez
Prefecto
+ Gerardo M. Agnelo
Arzobispo Secretario
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia de la salvación, se hacen presentes las criaturas angélicas, ya
sea prestando un servicio como mensajeros divinos, ya ayudando de manera misteriosa
en la Iglesia; también aparecen criaturas espirituales caídas, llamadas diabólicas, que,
opuestas a Dios y a su voluntad salvífica consumada en Jesucristo, se esfuerzan por
asociar al hombre en su propia rebelión contra Dios.1
En las Sagradas Escrituras, el Diablo y los demonios son llamados con varias
apelaciones, entre las cuales, algunas muestran del algún modo, su naturaleza y origen .2
El Diablo, llamado Satanás, “serpiente antigua” y “dragón”, seduce él mismo a todo el
orbe y lucha contra quienes guardan los mandatos de Dios y también contra quienes dan
testimonio de Jesús (cf. Apoc. 12, 9.17). Se lo designa “adversario de los hombres” (cf.
1 Ped. 5, 8) y “homicida desde el comienzo” (cf. Jn. 8, 44), cuando por el pecado hace
al hombre sujeto a la muerte. Dado que, por sus insidias provoca al hombre para la
desobediencia a Dios, a este malvado se lo llama también “tentador” (cf. Mt. 4, 3 y 26,
36-44), “mentiroso” y “padre de la mentira” (cf . Jn. 8, 44): él obra con astucia y
falsedad, como lo atestiguan el relato de la seducción de los primeros padres (cf. Gen. 3,
4.13), el intento de desviar a Jesús de la misión aceptada del Padre (cf. Mt. 4, 1-11; Mc.
1 Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 332, 391, 414, 2851.
2 Cf. Ibidem, nn. 391-395, 397.
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1, 13; Lc. 4, 1-13) y su transfiguración en ángel de luz (cf. 2 Cor. 11, 14). Se lo llama,
también, “príncipe de este mundo” (cf. Jn. 12, 31 y 14, 30) en referencia a aquel ámbito
que en su totalidad fue puesto en el Maligno (cf. 1 Jn. 5, 19) y no conoció la verdadera
luz (cf. Jn. 1, 9-10), como también a aquellos que odian la Luz, que es Cristo, y
arrastran a los hombres a las tinieblas. Puede considerarse que a los demonios que, con
el diablo, no acataron el principado de Dios (cf. Jud. 6), se hicieron réprobos (cf. 2 Ped.
2, 4), constituyen los espíritus del mal (cf. Ef. 6, 12) y se los llama “ángeles de Satanás”
(Cf. Mt. 25, 41; 2 Cor. 12, 7; Apoc. 12, 7.9), les fue confiada cierta misión por su
príncipe mayor. 3
Las obras de todos los espíritus inmundos, seductores (cf. Mt.
...