Testigos de Jehova.
Enviado por Diego Silverio • 17 de Noviembre de 2016 • Ensayo • 4.705 Palabras (19 Páginas) • 312 Visitas
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Introducción
Durante los primeros años de la década de los cuarenta la Segunda Guerra Mundial estaba en auge. Las potencias del eje tomaban grandes partes de Europa Occidental, el Mediterráneo y África. En tanto, las potencias aliadas como Inglaterra, Francia y los Estados Unidos, —este último apenas se habían incorporado debido a los ataques japoneses en el pacifico contra sus buques—, intentaban luchar frente a las hordas del tercer Reich, que habían iniciado una lucha simultánea con las tropas del ejército rojo al otro lado del continente a principios de 1941; una ofensiva que significaría el principio del fin de la Alemania Nazi.
Debido a esto, muchos testigos de Jehová en Estados Unidos y Europa sufrieron la discriminación por parte de la población, incluso fueron encarcelados en sus países de origen por no ingresar a las fuerzas armadas que peleaban en el frente. En las zonas ocupadas por las potencias del Eje tuvieron una suerte peor, pues muchos estuvieron confinados en campos de concentración e incluso murieron dentro de esas instalaciones. A pesar de estos hechos, los testigos de Jehová lograron continuar con su labor, pues aquellos sucesos representaban las dificultades que pasarían los adoradores del “Dios Verdadero” ante la inminente llegada de Jesucristo, pronosticada para el año 1975.
Sin embargo, en México ocurría un evento distinto: fue la época ideal para que este grupo religioso lograra expandirse y consolidarse en el país. En la actualidad, siguen existiendo y destacan por su inigualable acción predicadora. En cualquier ciudad o pueblo en donde se encuentre esta organización también lo está su grupo de gente que pasa (generalmente en fines de semana) a cada puerta de los hogares, negocios o puestos, donde mencionan pasajes de la biblia y regalan folletos, revistas o libros explicando el porqué de su labor y el fin que desean alcanzar. Algunos son muy emotivos, otros muy directos y algunos son tan perseverantes que incluso no escatiman en regresar de nuevo para continuar su predicación con aquellas personas que desean más información. Los miembros de la Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania, así como su filial Watchtower Bibleand Tract Society Of New York, Inc. antes llamados “Los estudiantes internacionales de la biblia” son un grupo que a pesar de sus numerosas críticas siguen en aumento.
Este estudio tiene como objetivo comprender a los Testigos de Jehová, su funcionamiento y su forma de vida; pero manteniendo énfasis en el Distrito federal[1], quienes para permanecer en el país tuvieron que usar sus habilidades para evadir al gobierno y hacerlos pensar que no pertenecían a ningún grupo religioso, como fueron objeto de acoso por parte de personas fieles al catolicismo y finalmente como resurgieron a principios en los años cuarenta, después de casi desaparecer. Además, entender su discurso apocalíptico, en el que incluyen fuertes declaraciones contra otras religiones y contra el estado, en donde ellos se declaraban portadores de las “buenas nuevas”, mensaje en el que afirmaban que “millones que ahora viven jamás morirán” aludiendo que la generación que vivió 1914 sería la que vería la llegada de Jesús sobre la tierra.
Esto se debe, a pesar de que existen muchos estudios relacionados con el tema, es llevar a cabo un acercamiento más profundo de lo que son los testigos de Jehová, los cuales son una religión con un sistema de creencias muy particular que no tienen las otras religiones judeocristianas.
Los Testigos de Jehová, de un grupo de enseñanza a una comunidad cultural
Para principios de 1940, los Testigos de Jehová habían sido un grupo marginal desde que se internaron en México por el año de 1917. A pesar de sus esfuerzos por conseguir prosélitos durante su primeras décadas de existencia, que incluyó la visita de su líder mundial Franklin Rutherford[2] a la Ciudad de México en 1932, su número de integrantes era demasiado bajo en el distrito federal. Sin embargo, lo único que si consiguieron atraer fue el interés de las autoridades por sus actividades misioneras. Este era el mayor obstáculo que enfrentaba este grupo religioso para que pudiera establecer zonas de congregación y repartir libremente sus artículos, ya que el estado revolucionario intentaba limitar el poder de la iglesia católica a través de la constitución, cosa que afectaba a los miembros de Watch Tower por igual. No obstante, la capacidad argumentativa de los primeros Testigos de Jehová mexicanos fue crucial para pasar enfrente de las autoridades como un grupo bíblico anti eclesiástico, además educador de las clases marginadas, y más adelante como un grupo de divulgación cultural. Esto fue lo que significo no solo ser un grupo a favor del estado, sino también un elemento que podía ser útil para la misma.
Según la constitución de 1917, el artículo 24º señala la libertad de culto de las personas, siempre y cuando este fuera dentro de un templo y toda actividad “deberá celebrarse precisamente dentro de los templos, los cuales estarán siempre bajo la vigilancia de la autoridad.”[3] Esta restricción afectaba la labor de los testigos de Jehová, que desde sus principios destinaban gran parte de sus esfuerzos a la predicación, guiándose por las escrituras bíblicas[4].
Sin embargo esta restricción no era tan nociva como el artículo 27° que señalaba que las propiedades de los templos o de cualquier lugar que se dedicara al culto religioso son propiedad de la nación. Lo que también implica que estas instituciones religiosas no podían comprar ni adquirir ninguna propiedad, en todo caso estas pasarían como bienes de la nación.[5] En este caso, los miembros de Watch Tower no podían adquirir tierras para instalar sus “Salones del Reino de los Testigos de Jehová”[6] pues si la autoridad determinaba que eran una asociación religiosa automáticamente perderían sus tierras pasando la titularidad al estado.
Ante esta situación lo mejor era disimular los objetivos que perseguía la organización. El primer Salón del Reino oficial[7] se fundó en 1929 por órdenes de los Estudiantes de la Biblia[8], con sede en Nueva York en la plaza de la constitución número 28° en la delegación Azcapotzalco, y se puso como representante legal a David Osorio Morales[9], quien solicito en 1930 un permiso a la secretaria de Gobernación argumentando en un escrito que:
[…] la Asociación buscaba alcanzar sus objetivos mediante la distribución de publicaciones y el uso de otros medios de comunicación, que presentaba discursos públicos en los que se examinaban asuntos a la luz de la Biblia y que organizaba grupos de estudio… alaban de palabra y obra, al Creador de los cielos y la tierra, Jehová Dios, pero sin expresar sus sentimientos echando mano de cultos, ceremonias, etc., sino por medio de argumentos y razonamientos “[10]
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