Época de los Jueces

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FEDERACIÓN CONCILIO GENERAL

ASAMBLEAS DE DIOS DE VENEZUELA

INSTITUTO BÍBLICO DE TEOLOGÍA EVANGÉLICA

“RVDO. CELESTINO RODRÍGUEZ QUERO”

MODALIDAD NOCTURNO

historia de las opresiones y los libertadores

(Jueces 3:7- 16:31)

Realizado por:

Nilson Torres  19.831.159

CABIMAS, JUNIO 2024

ANÁLISIS

Después de la muerte de Josué, los israelitas comenzaron a hacer lo malo delante de los ojos de Dios, y el Señor permitió que fueran oprimidos.

La primera opresión llego desde Mesopotamia de un rey muy malvado, cuyo nombre según la biblia es cusan-risataim. Pero el pueblo de Israel clama a Dios y les envió como libertador a Otoniel (Leon de Dios), yerno de Caleb, el cual era conocido como importante guerrero militar que había obtenido la victoria en Debir. Dice la palabra que el Espíritu de Dios estaba con el y le entregó la victoria sobre este rey malvado. Esta opresión fue durante 8 años, y luego de la liberación a través de Otoniel hubo paz durante cuarenta años.        

Luego de la muerte de Otoniel, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Dios, y Dios fortaleció a Eglón rey de Moab, y en conjunto con los Amonitas y Amalecitas tomaron territorios de las tribus de Efraín y Benjamín durante 18 años. Pero los israelitas clamaron, y Dios levanto otro libertador, de la tribu de Benjamín llamado Aod. La estrategia de Aod para liberar al pueblo de Israel, era engañar al rey Eglón y matarlo directamente, y utilizó su lateralidad (zurdo) para burlar a los guardias escondiendo un puñal a su lado derecho (lugar que normalmente obviaban revisar), y así ejecutar su plan de matarlo. Después de matarlo, Aod convocó al pueblo para luchar en contra de estos opresores y Dios los entregó en sus manos, dándole así nuevamente la libertad a los hijos de Israel durante ochenta años.

Después de Aod, gobernó también otro Juez y libertador, llamado Samgar, el cual rescató a Israel de sus muy fuertes enemigos los Filisteos matando a seiscientos con una vara para arrear bueyes. La biblia no menciona mucha mas información sobre esta opresión ni su libertador.

Nuevamente los hijos de Israel caen en idolatría, se apartan de Dios, y Dios los entrega en manos de un rey Cananeo llamado Jabín. Este rey junto con el comandante de su ejército Sísara, mantuvieron alejadas a las tribus de Isacar, Neftalí y Zabulón de sus hermanos en el sur, los oprimían sin piedad, ya que Sísara contaba con una gran cantidad de carros de hierro. El pueblo de Israel clamó, y Dios a través de Débora, (profetiza y juez en ese tiempo) llamó a Barac de la tribu de Neftalí para que reuniera diez mil guerreros para enfrentarse a Sísara, ya que Dios lo entregaría en sus manos. Barac aceptó el llamado, pero con la compañía de Débora y por eso la honra de la victoria sería para esta mujer, por no confiar primeramente en Dios. La batalla fue así: cuando el comandante Sísara salió al encuentro para la batalla, Dios envió un torrencial aguacero que estanco a los fuertes carros de Sísara, y él y todo su ejército tuvieron que huir a pies y fueron derrotados por los hijos de Israel. El comandante Sísara en su huida se escondió en la carpa de la esposa de un Ceneo amigo llamado Heber, pero esta mujer simpatizaba mucho con los hijos de Israel, por eso lo engaño y lo mató dentro su carpa, apoyando así la victoria de Israel sobre Jabín Cananeo.

La biblia nos muestra el cántico de Débora y Barac sobre esta victoria. Débora es un claro ejemplo de que en Israel también había mujeres dedicadas al servicio de Dios y no solo como esposas y madres. Esta opresión duro veinte años y luego hubo paz por cuarenta años.

Luego los hijos de Israel, nuevamente hacen lo malo ante los ojos del Señor, y Dios los entregó en manos de los Madianitas durante 7 años. Los hijos de Israel sufrieron mucha hambre durante este tiempo, ya que los madianitas eran muy crueles y siempre saqueaban todos sus cultivos y ganados. Los israelitas se escondían en cuevas a fin de no ser encontrados por los madianitas. Una vez más el pueblo de Israel clamó a Dios, y Dios les envió un profeta llamado Gedeón, de la tribu de Manasés, y les dijo: Yo te saqué de la esclavitud en Egipto. Te rescaté de los egipcios y de todos los que te oprimían. Expulsé a tus enemigos y te di sus tierras. Te dije: ‘Yo soy el Señor, tu Dios. No debes rendir culto a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ahora vives’. Pero no me hiciste caso”. Además, el Ángel del Señor, le dijo a Gedeón que rescatara al pueblo de Israel de la mano de los madianitas, ya que estaría con él y le entregaría la victoria.

Gedeón aceptó el llamado de Dios, pero en varias oportunidades pedía pruebas al Señor para sentirse seguro de que Dios estaba con él en todo lo que iba a hacer. Lo primero que Dios envió a hacer a Gedeón fue destruir la principal fuente de idolatría del pueblo, el altar de Baal y Asera, para que luego fuera lleno del Espíritu de Jehová, que lo llenaría de valentía y poder.

Gedeón convocó a muchos soldados de las tribus de Manases, Zabulón, Isacar, Neftalí para que lo ayudaran en esta importante misión que Dios le había entregado, sin embargo, Dios le dijo a Gedeón que era muchos hombres y que posiblemente el pueblo se alabara a sí mismo y no le atribuyera la victoria a Dios. Así que Dios envió a Gedeón a la batalla con solo 300 hombres y lo motivó exponiéndole el temor que sentían los enemigos. Gedeón avanzo a la batalla y empleó una táctica que infundió mucho temor entre los madianitas que se herían entre sí y huían a todas partes, en este punto pidió el apoyo de los hombres de Efraín quienes ayudaron a derrotar a todos aquellos que estaban huyendo.

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