Corrosion galvanica

Corrosión galvánica

        Los metales poseen electrones libres. Estos electrones son el resultado del tipo de enlace que existe entre los átomos metálicos. Los electrones libres permiten que los metales sean buenos conductores del calor y la electricidad.

        Cada metal tiene un cierto número de electrones libres, de tal forma que el metal es eléctricamente neutro. Cuando dos metales distintos se ponen en contacto entre sí, se genera un desbalance en el número de electrones libres.[pic 2]

Cuando dos metales se ponen en contacto,

existe un flujo de electrones entre ellos.

Debido a este flujo, el hierro queda con menos electrones de los que tenía inicialmente, mientras que el cobre adquiere más electrones. Esto genera una carga eléctrica positiva en el hierro y negativa en el cobre. Este fenómeno se conoce como acople galvánico. Si bajo estas condiciones, el hierro y el cobre se colocan en contacto con un líquido, se genera el fenómeno de corrosión galvánica. El cobre consume electrones, mientras que el hierro genera electrones a costa de su desintegración y resulta la desintegración de uno de los metales en contacto.

Para que se dé la corrosión galvánica, debe existir contacto eléctrico entre los metales, y al mismo tiempo, los metales deben estar en contacto con un líquido. Muchas veces no se requiere de dos metales en contacto para que ocurra este proceso. Por ejemplo, las tuberías para transportar agua potable pueden formar un acople galvánico con algunos iones disueltos en el suelo. Estos iones consumen electrones de la tubería, generando la desintegración de esta con el objeto de restaurar el equilibrio en las cargas eléctricas. Por esta razón, las tuberías galvanizadas se pudren luego de unos años de estar enterradas.

No siempre el hierro será el que se deshaga cuando se ponga en contacto con otro metal en un medio húmedo. Para predecir cual metal se corroe, y cuál no, se utiliza la serie galvánica.

[pic 3]

Cuando dos metales se ponen en contacto entre sí, se corroe aquel que está más abajo en la serie galvánica (activos), mientras que el metal que está más arriba no se corroe.

Métodos para prevenir la corrosión galvánica

        Empleo de electrodos de sacrificio: si se conecta un metal más activo a la tubería (como por ejemplo el magnesio) se formará un acople galvánico en donde el magnesio se corroe, pero el acero queda intacto, ya que los iones presentes en el suelo prefieren reaccionar con el magnesio. Cada cierto tiempo se debe reemplazar el electrodo con el fin de proteger el acero. El método se ha utilizado para la protección de cascos de barcos.

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