Taller de Investigación Tecnología en Gestión de la Producción Industrial
Enviado por Alexandra Castro Muñoz • 10 de Octubre de 2020 • Ensayo • 1.260 Palabras (6 Páginas) • 137 Visitas
Universidad Distrital Francisco José de Caldas – Sede Tecnológica
Ensayo
Alexandra Castro Muñoz
20172677004
Taller de Investigación
Tecnología en Gestión de la Producción Industrial
Bogotá D.C.
2020
Las precarias de la ciencia en la vida Occidental
Dada la historia de la ciencia como la emprendemos y entendemos en un principio es desde la escuela, esto ha tenido un sin fin de conocimientos y prácticas que nos han llevado a entender muchos fenómenos y darle razón a acontecimientos que se han presentado al trascurrir la vida humana, bajo la certeza y la sabiduría de antepasados. De tal modo, la ciencia ha venido con nosotros arraigada en nuestro desarrollo día a día, comenzando según nuestra lectura de Evandro Aggazi “La ciencia y el alma de Occidente” (Traducción de José A. Marín-Casanova. Madrid, Tecnos, 2011) desde sus inicios de la civilización humana que se apacigua en la cuenca del Mediterráneo, históricamente en el Occidente, tomándose como punto de origen el nacimiento de las civilizaciones mundiales. En tal relación podemos afirmar que la historia de la ciencia comenzó allí, más específica desde la antigua Grecia. Pero, ¿cuál ha sido su punto a relacionar con el Occidente y la ciencia?, es por ello que abarcaremos un poco más detallada la historia de Occidente y la historia de la ciencia, con sus comportamientos dados y explicados en el hoy del ahora, teniendo como referencia toda la enciclopedia dada por personajes vividores de estos siglos.
Primeramente, el autor le da una mirada al mundo Occidental donde toda información que conocemos de historia del hombre viene de ahí, de Europa. Este mundo se conoce por su tradición de venir contando y registrando sus más preciados sucesos, y es en donde abre brecha varios contextos que hoy en día manejamos. Partamos del punto de la palabra “Occidente” representado en Roma, se denota en la historia como la bipartición político-administrativo del Imperio Romano, donde por diferencia contractuales nació el Imperio Romano de Oriente y el Imperio Romano de Occidente (s. IV), y se gloriaba en el cristianismo. Dada esta separación, los dos mundos se llenaron de una cultura individual donde, el occidental era latina y la oriental griega, distinguiéndose rivales y no colaboradores en su desarrollo. Entonces, el “Occidente” es una contextualización historiográfica originaria en la Grecia clásica. Seguidamente el autor menciona que, cuando inicia la Edad Moderna (s. XV-XVII), la historia se vuelve netamente Occidental, como por mención el Atlántico se convierte en el Mediterráneo como teatro de grandes sucesos. Dando comienzo a las nuevas conquistan en naciones del Atlántico, su curiosidad lleva a esto a un abrir de ojos de la diversidad de cultura, de vegetación, de vida animal y de productos que los occidentales no conocían en su límite. Pero esto conllevó a que durante tres siglos se llevara en masa una gran colonización de estas tierras, retomando para ellos las costumbres y conceptos occidentales. Para el mundo no es una mentira que el mundo Occidental ha sido un ejemplo a seguir y a la final a imitar sus instituciones civiles y políticas, uso de tecnologías, nuevos productos y la superioridad de estudio; ya que con este mundo se ha conocido el desarrollo de las artes, ciencia, filosofía, medicina, derecho, letras y tecnología, siendo su identidad propia de orgullo y esmero.
Segundo, en cuestión a la conocida ciencia, donde el campo de estudio es y será desde donde la conocemos hoy en día como su representación en el mundo occidental y su representación historiográfica. El autor aclara que la ciencia hay que resaltarla más que un “producto” occidental, sino como el instrumento que le da son y textura al conocido mundo ambiental. Analógicamente, la ciencia se desarrolla y evoluciona, parte de un origen y esta va traspasando etapas donde se da su identidad y parte características de distinción alguna en puntos esenciales de la historia. La ciencia nacida en el mundo occidental y que esta ha dado una connotación revolucionaria (entendiéndose como un giro que ha alterado algún suceso del pasado, presente o futuro). Como demostraciones esta los babilonios, que tenían conocimiento astronómicos y matemáticos, que a su vez muchas otras civilizaciones tomaron pie a par de crear calendarios precisos y reglas de cálculos correctos y concretos a ciertos problemas (antiguos egipcios, chinos, mayas, o aztecas), también en la botánica, biología, medicina y zoología. No cabe duda que el desarrollo de la forma de vidas de las civilizaciones de esa época nos hace retornar la mejoras tecnologías y de demostración, por su ingenio ingenieril, como en la arquitectura, y la abertura de la mezcla de conocimientos de diferentes ramas para dar a priori a teorías. Y, por tanto, en esta vivencia griega, la ciencia se revoluciona y se crea el nuevo modelo del saber, que no se conformaban con el qué y el cómo, sino que cuestionaban el por qué. Y esto no bastaba con la experiencia, sino con el uso de la razón, ayudando está a dar claridad, entrando a dar la posibilidad de explicar. Como dato curioso, e personaje Hélades en el siglo VI a. C., hace explicitas las “razones” que están deben ser universales y no imaginarias, donde lo empírico dada por el lógos. Pero contextualizando todo esto, todos estos “conocimientos” que llamamos científicos son adquiridos por civilizaciones, pero ninguna a tomado como propia y veraz la ciencia en general. De tal manera, resaltamos que la evaluación de la “ciencia” no fue netamente llevada por filósofos de la ciencia, sino que estos tuvieron la firma los filósofos griegos, donde resaltaban la diferencia entre la verdad y el auténtico saber. Y es natural reconocer el saber cómo “conocimientos” verdaderos. En los alborees griegos, nace la exigencia de garantizar el proceso de la verdad; Parménides distinguió la verdad y la opinión, afirmando que la verdad se conquista con argumentos del lógos, y testimonios de los sentidos. Luego Platón retomando a Aristóteles, definiendo como verdadero al cómo esta las cosas, y en el sentir como algunas verdaderas. Con ello los historiadores se van a una estructura axiomático-deductivo de la ciencia clásica, donde “dar las razones”, “mostrar por qué” es demostrar, y el auténtico saber es eso, argumentado y formado por razonamientos correctos. Una demostración, o razonamiento correcto cosiste en un enlace de preposiciones en la cual la verdad de las premisas se trasmite necesariamente también a las conclusiones (Aristóteles). Dado este trascurso de la ciencia, se torna un poco dispendioso para los filósofos griegos en el estudio de la ciencia, donde las demostraciones deben partir de premisas indemostrables e indemostradas y así poder fundar un saber y garantizar la verdad del contenido, llevándolas a ser evidentes; pero también usar la teoría exhaustiva, que parte de la lógica (Aristóteles), donde se identifica la forma de las premisas correctas y se ponían a la luz formas incorrectas de razonamiento.
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