Diferentes mitos

Diferentes mitos describen que en internet se pierde la identidad. Para Rene Descartes, a cada cuerpo le corresponde un yo, y el yo es el que piensa. ¡No!, gritan desde la red. “Somos muchos yo, tenemos diversos roles. La cibercomunidad libera las múltiples personalidades que están en el cuerpo de cada uno, y que el cartesianismo y la cultura occidental encapsuló en el yo”. Seguidamente explica Piscitelli es un laboratorio de experiencias psicológicas fascinantes. La gente que habla de que la red elimina el contacto interpersonal no sabe de nada. Quienes están en Internet, salvo un loco, están en el mundo real, tienen amigos virtuales y amigos reales, tienen sexo real y sexo virtual. No es que hay una cosa en detrimento de la otra. Esa crítica es tan estúpida como decir que una persona que habla dos idiomas es un esquizofrénico porque en realidad lo que debería es hablar uno solo, pues la identidad la mantiene tu cultura y tu lengua”. Actualmente la red tiene 80 millones de usuarios con un crecimiento de 10 a 15 por ciento por mes.

La tercera cultura se plantea acabar con los mitos y prejuicios en torno a una tecnología que depende para su asimilación de la aceptación del otro. Su aparición, si la vemos así, puede representar una transformación comparable a la inducidad por la antigüedad. En esta edad eléctrica, la realidad deja de ser lineal para convertirse en fragmentada, en forma de mosaico, podría decir Marshall McLuhan.

El cambio operado por la presencia de palabra e imagen digitalizadas quizás encuentre su máxima expresión en el hipertexto, forma en la que se relacionan textos, imágenes y sonidos, y permite una búsqueda más fácil de información. Piscitelli piensa que mientras los cambios sociotécnicos se aceleran, y la globalización se afianza, hay un tiempo de diferencia entre los desarrollos y su difusión. “Dos o tres años, no para incorporación sino para el uso masivo”.

Existen corrientes de la filosofía en la actualidad las principales son: la primera de ellas son Las Escuelas, se refiere al periodo de la filosofía actual de que vamos a ocuparnos, que abarca desde la primera Guerra Mundial hasta el año 1946, ha sido testigo del florecimiento de dos nuevas escuelas. Una de ellas el neopositivismo, representa una prolongación original de la actitud positivista; la otra, que lleva el nombre de filosofía de la existencia, aparece como algo totalmente nuevo, a pesar de que se ordena en la prolongación temporal de la filosofía de la vida y contiene fenomenológicos y metafísicos. Los sistemas más importantes de nuestra época se pueden clasificar en seis grupos. Tenemos, en primer lugar, las dos direcciones que prolongan la actitud del siglo XIX: el empirismo o filosofía de la materia, como prolongación del positivismo, y el idealismo en sus dos formas, la hegelíana y la kantiana. En seguida tenemos dos escuelas a las que se debe el rompimiento con ese siglo: la filosofía de la vida y la filosofía de la esencia, es decir, la fenomenología.

Finalmente, nos encontramos con dos grupos que representan los intentos más originales y significativos de nuestro tiempo; la filosofía de existencia y la nueva metafísica del ser. En la sección “filosofía de la vida” nos ocupamos de pensadores tan diferentes como Dewey y Klages. Es importante destacar que existen pensadores que se pasean con sus escuelas entre los grupos y se deslizan de uno a otro. Así ocurre con la escuela idealista de Baden, que ofrece puntos de contacto con el historicismo, que corresponde a la filosofía de la vida, y lo mismo sucede con la fenomenología de Scheler, que apunta ya hacia la filosofía de la existencia.

La segunda corriente hace referencia a las influencias

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