Diseño Industrial

Es interesante utilizar distintos términos para analizar situaciones de la actualidad, siendo esto un arma de doble filo puesto que nos encontramos con la gran problemática de que no podemos trasladar conceptos pertenecientes a otros periodos históricos ya que aquellos se construyeron en esa época y sólo en esa época. Lo que si podemos hacer es re utilizar dichos conceptos para tratar de entender que haría “ese concepto” frente a nosotros hoy, como actuaría frente al transantiago o los 500 y tantos pesos del dólar. Por otro lado, no podemos olvidar que al realizar el ejercicio anterior el concepto utilizado se descontextualiza frente a su propia historia y motivo, de donde viene, que pasó, y que no pasó sobre ellos, frente a que iban o tras que se cubría. Es por esto que intento tomar los hechos como una historia, ahora inmóvil. Una fotografía que muestra el camino desde sus inicios hasta donde estamos.

El Diseño Industrial tiene como función principal la formación de objetos para responder necesidades, o proponer diferentes instancias para satisfacerlas. Sus inicios se observan desde la Bauhaus (1919), con su mayor desarrollo después de la Primera Guerra Mundial.

Un hito importante es la depresión económica de 1929, donde la producción aumenta posterior a esta, ya que los medios de industrialización se enfocan netamente a la reconstrucción de la economía. Como sucede en todo ámbito, de este marcado periodo de la historia, los cambios y evoluciones se disparan. Pero la capacidad de asombro desminuye, debido a lo que distintos sociólogos se refieren como la destrucción de la guerra. Nunca se había visto como las cosas podían caer tan rápido, y como el hombre queda bajo sus propias construcciones.

Así nacen rápidamente las respuestas como modo de apaciguar la destrucción que se veía, por una construcción funcional, y que diera comodidades y soluciones diarias a cada persona. Estas respuestas dan forma a el diseño industrial.

Para lograr el desarrollo de las cosas, el ser humano acostumbra a agruparse. Es así como nace la escuela de Ulm, consecuencia de la Bauhaus, y transporte directo del diseño de ésta hasta Chile.

Con el término de la HfG de Ulm, emigra a Chile Gui Bonsiepe, un profesor destacado y conservador de la creencia proyectual del diseño formado en esta escuela. Lo recibe un país subdesarrollado (como toda Latino América) donde los procesos productivos nunca se pudieron sustentar debido a la poca experiencia, escaso control de los productos y medios de industrialización. La llegada de Bonsiepe respondía a estas dificultades.

Como resumen de los caracteres formadores de la Ulm me gustaría citar a Javier Ponti donde se refiere a esta como una escuela que “Abogaba por la inserción del diseño en los procesos industriales, descartando toda especulación artística o decorativa sobre los productos”. Con esta idea llega a trabajar en el gobierno de Eduardo Frei Montalva en el alero del Servicio de Cooperación Técnica de la Corporación de Fomento de la Producción. En paralelo, alumnos de la Universidad de Chile comienzan a trabajar en los proyectos de Bonsiepe junto a Pepa Fonsea. Lo que buscan es desarrollar una identidad gráfica propia, desligándose de la predominante que provenía desde Cuba. Todo esto se formó en base del SERCOTEC, y lo que marcó la cumbre de este organismo fue el trabajo interdisciplinario enfocado a un nuevo quirófano para el Hospital Publico “José Joaquín Aguirre”.

De esta forma se va desarrollando el diseño industrial en Chile donde se conlleva la producción por el camino estatal. Otro ejemplo de esto, es la inserción de diseñadores industriales en el INTEC,

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