El Ritmo Cinematográfico

El ritmo cinematográfico y la psicología del montaje

Se ha dedicado mucho tiempo a definir el ritmo, algunas definiciones de científicos, matemáticos… pero se ha olvidado el verdadero sentido de entender el ritmo, pues al parecer esta peculiar palabra es más fácil entenderla por a priori que intentar definirla en un conjunto de ideas que no llegan a explicar su totalidad.

La única manera de saber que es ritmo es sintiéndolo de algún modo y se sabe que ritmo irónicamente es discontinuidad, pues nuestra atención se fija en ese momento donde lo cotidiano se rompe, ya sea que uno vea entre la multitud de personas que esperan el bus en el paradero a una mujer realmente hermosa o a una realmente fea, o un golpe abrupto en clase que rompe el silencio en la cual esta se debería desarrollar.

Podemos entender entonces que la base general del ritmo es la discontinuidad, mejor dicho una serie de discontinuidades que tiene una relación dinámica con el tiempo y la intensidad.

Pero entremos en tema y hablemos de lo que realmente nos interesa (sin decir que lo anterior no es importante) que es ritmo cinematográfico. Empecemos desglosándolo desde el guión técnico, que puede ser visto como la partitura de una canción pero que a diferencia de la música (que es tocada en tiempo real y en la cual la interpretación del interpretarte es predominante) el cine solo tiene una interpretación que la que se está mostrando, su única realidad y su única forma. No se puede modificar lo que ya está hecho.

El guión solo ayuda a estructurar de una manera a posteriori el ritmo de lo que se va a grabar, es solo un esquema que no es en todo su sentido estricto, pues en el momento de hacer el montaje el guión pasa a un segundo plano y entra en juego el valor estético y dramático de las imágenes que el montador yuxtapondrá dependiendo de su forma de entender y del director. Es posible que en la hora de montar, el guión sea modificado en su totalidad.

Antes se creía que el ritmo en montaje constaba de una serie de planos cortos, que al ser yuxtapuestos aceleran lo visual, mostrando una serie de imágenes en muy poco tiempo. Pero esto era un montaje muy precario. Aunque en cierto modo si aceleraba el ritmo y daba la sensación de velocidad o persecución, no es en totalidad lo que podemos decir del ritmo cinematográfico.

Todo lo que conforma la imagen tiene ritmo, desde el plano que se use hasta el tiempo de cada plano. Podemos imaginar por ejemplo, una toma de un hombre corriendo en línea recta, la toma es horizontal y la cámara esta ubicada en toda la mitad de los dos extremos, si se hace la toma con un plano general, con un lente gran angular, la distancia que hay entre el punto de inicio hasta el final se va a ver mucho más larga, el único ritmo que va haber es el movimiento del sujeto corriendo. Si hacemos la misma toma en un plano medio, con un paneo que siga el movimiento del sujeto,

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