Ensayo, sobre documental “Nada es privado”

Ensayo, sobre documental “Nada es privado”.

Por: Johnatan Alfredo Cabrera Largo

Bajo el nombre “nada es privado” la plataforma de entretenimiento por Streaming Netflix, pone al alcancé del público un documental que muestra como la empresa Cambridge Analityc obtuvo información de millones de usuarios de la conocida red social Facebook y la usó en beneficio de la campaña política del hoy conocido presidente de los Estados Unidos Donald Trump. El documental devela como las grandes empresas de big data, pueden extraer información de los usuarios por medio de sus redes sociales y con ella por medio de la segmentación de públicos influenciar la opinión pública a tomar decisiones a favor o en contra de una persona específica.

El documental, pone al descubierto como la red y las aplicaciones que usamos a diario instaladas en nuestras computadoras y celulares personales, no sirven solo para comunicarnos y publicar información en la web, sino que son plataformas diseñadas para generar información sobre el comportamiento de los usuarios en la vida diaria, aportando a grandes compañías de Big Data información cómo: dónde estamos ubicados, a dónde fuimos, que nos gusta o interesa, que rechazamos o nos resulta indiferente, todo diseñado de forma consciente por los creados de software.

En la novela “1984” el autor George Orwell, expone por medio de el personaje “Big Brother” como los gobiernos todo lo vigilan y todo lo controlan, se convierten en Omniscientes al tener el manejo de lo que dicen sus habitantes, de lo que piensan, publican y cómo reaccionan en la red. La revolución del mundo digital, se podría nombrar, como lo dice Saramago en su “ensayo sobre la ceguera” como una pandemia que se extiende por el mundo y de la que nadie quiere salir: “La ceguera blanca”, que se configura como un nuevo orden social, donde tener presencia en redes sociales o en la web, te hace normal y no te excluye del sistema, lo que te convierte en un blanco para las grandes empresas.

La web y las redes sociales, han desconfigurado la manera de vivir, desconectando el ser humano de su realidad, interconectándolo con personas de cualquier lugar del mundo rompiendo las barreras del tiempo y el espacio. Estamos en la era de lo que llama Bauman como “tiempos líquidos”, donde describe este como “una condición en las que las estructuras sociales ya no pueden mantener su forma por más tiempo, por qué se descomponen y se derriten antes de que se cuente el tiempo necesario para asumirlas. Las empresas juegan un papel importante, la producción constante de nuevas apps y plataformas seduce los internautas, quienes consumen sin la mayor precaución sus contenidos aceptando las términos y condiciones de la mejor manera, dejando en cada registro su huella digital.

En 2016, según un estudio de la plataforma App Annie, se consumieron 13 mil millones de aplicaciones más con respecto a 2016 y los usuarios incrementaron un 25% el uso de las mismas, es así como a medida que pasa el tiempo los ciudadanos han ido adaptando la vida a los entornos digitales dejando su información personal al interactuar con los soportes electrónicos o simplemente navegar en internet.

Paula Rochina, técnica especialista en informática, escribe en el portal Revista Digital, que los datos dejados en internet son imborrables, los servidores se encargan de copiar todo lo que registra en la internet y asegura que los Smartphone, son el principal rastro de huellas digitales, guardan no solo fotos personales, listas de contacto y archivos de trabajo sino también nuestras contraseñas y aplicaciones para interactuar con el banco y otras compañías.

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