Ensayo .

turado y aplicable a la realidad de la organización que se desee implementar.

Primero que todo permítame establecer, de acuerdo a lo que se puede entender, lo que es básicamente una emergencia. Y no sólo para este caso en particular, si no para ser aplicado en cualquier ámbito de la vida diaria. Así entonces, una emergencia – según mi punto de vista – es cualquier acontecimiento que sucede de manera imprevista, súbita y sorpresiva, donde se ve afectada la normalidad de las actividades que se realizan, y que eventualmente puede tener víctimas personales, o daño material.

Establecido lo anterior, se hace imperioso que en las organizaciones - ya sea que tengan, o no, un alto índice de riesgo o accidentabilidad – establecer Planes de Emergencia que permitan, de alguna forma, aminorar el impacto que puede significar una situación extrema, súbita, sorpresiva e imprevista, y que afecte de manera directa al entorno laboral, así tenga o no como resultado daños personales o materiales.

Un Plan de Emergencia entonces, se podría concebir como un manual donde se establezcan, entre otras cosas, las funciones y responsabilidades que les competen a todos los actores que laboran en una empresa u organización. Y este “manual” debe tratar de abarcar todas las aristas, por obvias que pudieran parecer, de lo que implica estar ante un cuadro de emergencia que acontezca dentro del núcleo laboral.

Así las cosas, la estructura del Plan de Emergencia cobra vital importancia. Y esta estructura debe adecuarse a la realidad de la organización. Es decir, no sólo en lo referente a recursos, necesidades y disponibilidad, si no a los factores externos que podrían suscitarse en tal o cual empresa. Por ejemplo, si una empresa se encuentra realizando faenas en un sector aislado de los centros urbanos, con escaso acceso y con clima hostil, entonces el Plan de Emergencias debe considerar estos factores como puntos preponderantes

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y, a partir de allí, establecer las medidas que signifiquen, por ejemplo, la evacuación de potenciales heridos, y enumerar las acciones tendientes a la coordinación de los distintos entes de emergencia que actúen con el propósito de salvar la situación.

Esto es completamente válido también para empresas que se encuentren en centros urbanos y donde se debe considerar la diferenciación de planes incluso dependiendo del horario en que se de el aviso de la emergencia, puesto que en grandes ciudades no es lo mismo realizar una evacuación a las diez de la mañana que a las siete de la tarde, cuando el 60% de la población comienza el retorno a casa.

Un Plan de Emergencia que abarque el mayor número de posibilidades y que se ponga en todos los casos (dando énfasis siempre al “peor caso”), será entonces un Plan de Emergencia bien estructurado y articulado

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