Informatica
Enviado por vanegas300 • 7 de Abril de 2014 • 3.301 Palabras (14 Páginas) • 200 Visitas
Ciclo de vida del proyecto
A pesar de las ventajas que ofrece la gestión de proyectos, éstos no han escapado a ciertos inconvenientes y desviaciones de lo pretendido inicialmente (ser participativo, consensuado, operativo, dinámico). En ocasiones, estos problemas venían ocasionados por la excesiva atención que se prestaba a la ejecución (el desarrollo de las actividades), en detrimento de la planificación o la evaluación. La falta de diagnósticos participativos y de un buen diseño previo del proyecto, puede llevar a una mala ejecución y por tanto, no lograr los objetivos deseados. En ocasiones se programaban acciones sin ninguna planificación previa y por tanto, sin una claridad frente a los objetivos que se deseaban alcanzar.
Por todo ello, hace algunas décadas la cooperación internacional propuso gestionar los proyectos desde una visión cíclica y ordenada que permitiera amarrar todas las fases por las que transita una intervención centrada en la programación, ejecución, revisión y de nuevo vuelta a la acción, etc. Es así como surgió el ciclo de vida de gestión de proyectos con un propósito claro: visualizar toda la gestión desde un punto de vista sistémico, que articulara todos los momentos y procedimientos del proceso, permitiendo mejorar la toma de decisiones a la hora de asignar los recursos para el logro de objetivos. El ciclo de vida o ciclo de gestión de proyectos permite, a todas las personas responsables de la concepción, ejecución y evaluación de los mismos, tener en cuenta los elementos esenciales, desde la primera idea hasta la última valoración, efectuada años después de la realización del proyecto.
Existen 6 fases que se suelen resumir, también, en tres momentos claves que permiten clarificar y simplificar la presentación:
a) La preparación del proyecto que agrupa todos los momentos y acciones previos a que el proyecto sea aprobado, incluyendo programación, identificación, formulación y la búsqueda de financiación.
b) La implementación del proyecto, etapa que corresponde a la intervención como tal, con la ejecución de las actividades, y su control de avance (monitoreo) desde que inician las actividades hasta al último día de intervención.
c) La evaluación entendida como evaluación ex post o posterior, realizada una vez que el proyecto ha terminado, incluso mucho tiempo después buscando aprendizajes para futuras intervenciones y para toda la organización.
Psicología social en Latinoamérica
PSICOLOGÍA SOCIAL EN LATINOAMERICA
” La psicología debe reflejar los problemas de la realidad social en que se hace; tomar en cuenta la estructura económica y social y sus efectos en la formación del ser social; ubicar la conducta en su contexto social, sin por ello reducirla a particularidades.”[1]
Es así como se empieza a forjar la Psicología social en Latinoamérica, una psicología que no queda satisfecha con las teorías que lo ofrecen los europeos y los norteamericanos, una Psicología social con necesidades diferentes, con problemáticas y presupuestos diferentes, una Psicología que busca dar respuesta a los problemas de su pueblo.
Resulta interesante ver que aún siendo una Psicología que comenzó con las mismas herramientas de la Psicología Tradicional (dentro de un marco positivista-descriptivo), ha alcanzado un nuevo enfoque, y gracias a que se visualizaron problemáticas propias de la región las cuales fueron conduciendo de forma gradual a la crítica del modelo teórico y metodológico que dominaba en la psicología social de Norteamérica y que era aplicado de forma mimética en nuestra región.
En los inicios de la psicología en Latinoamérica, podemos encontrar que la Psicología empezó a procurar más por problemas sociales como la política, la educación y las organizaciones, más que por simples procesos individuales. En México tenemos como uno de los iniciadores de este nuevo enfoque a Ezequiel A. Chávez, quien fue quizás el primero en motivar una Psicología Educacional en el país, y colaboro a la formación de estas eras dentro del nivel preparatoria y universitaria.
Cabe mencionar, como ha pasado en otros puntos del mundo, que la psicología en Latinoamérica no se inicio con Psicólogos profesionales, en este contexto al no tener gente empapada del conocimiento psicológico, fueron médicos, filósofos y educadores los primeros interesados en este campo.
Orígenes de la psicología social en Latinoamérica
El inicio académico de la Psicología Social en América Latina puede fijarse, para la mayor parte del continente en la década del 50, surgiendo conjuntamente con la creación de la mayor parte de las Escuelas de Psicología y con el reconocimiento de la necesidad social de la profesión. En efecto, en 1952 se funda la primera escuela de Psicología de Cuba (Universidad Católica de Sto. Tomás de Villanueva); en 1953 aparece la primera en Brasil; en 1954 la primera de Venezuela (Universidad Central) y ya para inicios de la década del 60 (en 1962 aparece la primera en Chile y poco tiempo después se funda la primera del Perú), la disciplina está firmemente implantada en la mayoría de las universidades latinoamericanas, si bien en algunos países (Costa Rica, por ejemplo), ello no ocurre sino hasta los años 70 (Dobles, 1989).
Como ya se ha dicho antes (Casañas y otras, 1984; Montero, 1989), esta Psicología se caracteriza mayormente por su carácter dependiente y meramente reproductor de teorías, métodos y temas de estudio en boga en los EE. UU. (principalmente) y Europa; si bien hay ya en los años 50 el principio de una línea de investigación que ha probado ser sumamente fructífera en América Latina: el estudio de los efectos de la cultura sobre el comportamiento y sobre la identidad social de los habitantes de estas regiones, y a su vez, la relación entre esa identidad, condiciones estructurales y conciencia social, que se transformará en los años 70 en una fuente de producción de conocimiento estrechamente ligada al propio desarrollo de la subdisciplina.
Pero aún antes de la creación de las escuelas de Psicología, ya algunas cátedras de Psicología Social existían como asignaturas en otras carreras universitarias: educación, periodismo en Cuba (Casañas y otras, Op. Cit.), economía en Brasil (Ribeíro de Almeida, S.f.). Y el interés por el nivel psicosocial de explicación de muchos fenómenos sociales y psicológicos está presente desde mediados del siglo pasado, en ese campo a veces un poco impreciso que luego se delimitó en diferentes ciencias sociales: antropología, sociología, politología, Psicología Social. Así, en 1841, en su Resumen de la Historia de Venezuela, Rafael María Baralt dedicaba un capitulo al tema del carácter nacional usando argumentos que volveremos a encontrar a fines del siglo XIX en Le Bon; igualmente en algunos de los positivistas latinoamericanos que escribieron a principios de siglo se puede encontrar capítulos referentes a la Psicología Social de los pueblos. Y en 1916 Arthur Ramos, en Brasil, publicaba una obra titulada Introducción a la Psicología Social, pionera de los libros de texto latinoamericanos en esta disciplina. Pero transcurrirán cincuenta y cuatro años antes de que aparezca otra obra equivalente, la de Rodrígues (1972, otro brasileño, seguida en 1976 por la de Salazar y otros en Venezuela).
Es decir, que se necesitaron veinte años de trabajo sistemático a partir de la creación de escuelas de Psicología y de departamentos de Psicología Social; más el establecimiento de líneas de investigación con la consiguiente producción ligada a ellas; la formación y egreso de varias promociones de psicólogos y el entrenamiento en la práctica docente e investigativa, para que la Psicología Social latinoamericana empezase a producir medios de estudio surgidos de su propio seno. Hasta ese momento (y todavía hoy la práctica se mantiene en muchos centros académicos), la formación psicosocial se hacía exclusivamente a través de textos producidos casi siempre en los EE. UU. La Psicología Social estudiada era fundamentalmente la que esos textos presentaban; desde su perspectiva se analizaban los problemas de estudio, muchas veces también determinados por la influencia teórica y metodológica que de esos manuales se desprendía, cuando no directamente tomados de ellos.
Una segunda característica que marca los inicios de la Psicología Social es que, y ello parece inevitable, quienes comienzan a desarrollar una práctica psicosocial sistemática en muchos casos se habían formado en centros académicos estadounidenses y europeos, o bien debían su entrenamiento básico a ciencias afines: Sociología, Antropología, Filosofía, incluso Medicina. Esto supone por una parte la importación, a veces acrítica (hay algunas excepciones) de modelos, teorías, métodos y áreas de interés, y, por otra parte, sesgos provenientes de esas disciplinas de origen, que si bien aportaban enfoques de interés, en lugar de complementar, durante algún tiempo ocuparon el puesto que debía corresponder a tendencias y perspectivas surgidas dentro de la propia Psicología Social.
Pero como ya he dicho, algunas excepciones hay a esta configuración ajena del objeto de estudio. Las investigaciones relativas a autoimágenes y heteroimágenes de los miembros de la propia cultura, así como de otras; los estudios sobre estereotipos nacionales, que luego darán lugar a trabajos sobre los aspectos psicosociales del nacionalismo y la identidad social y nacional en particular; que si bien se inician marcados por el uso de modelos teóricos y metodológicos
...