MERCADOTECNIA
Enviado por 007luis • 18 de Febrero de 2015 • 679 Palabras (3 Páginas) • 185 Visitas
Los organizadores de este V Foro, cuya invitación agradezco, me han pedido
que intervenga en esta mesa redonda, en compañía de ilustres ponentes, para decir
en 15 minutos lo que pienso sobre ética en las finanzas. Este tiempo podría ser mucho
menos del que se necesitaría para desarrollar el tema, si quisiera analizar los múltiples
aspectos que tiene la actividad financiera y aplicar a cada modalidad lo que, desde
el punto de vista ético, es correcto o incorrecto. Este ejercicio que, efectivamente,
requeriría bastante tiempo, pienso que no es necesario hacerlo y, tal vez, ni siquiera
conveniente, ya que conduce inevitablemente a la casuística en la que muchas
veces caen los códigos éticos y que es una especie de laberinto en el que el
verdadero sentido moral corre el riesgo de perderse, desorientado por
consideraciones subjetivistas, relativistas o consecuencialistas que son
manifestaciones de éticas convencionales que, en contraste con la ética realista, de
normas universales y constantes, sólo proporcionan normas circunstanciales y
mudables.
Desechado, pues, este enfoque pienso que el tiempo que me ha sido
asignado me ha de bastar para decir lo que considero esencial y es que la ética en
la finanzas no difiere de la ética en cualquier otra actividad humana, porque la ética
es la ciencia que se refiere al estudio de la conducta humana, considerada en su
conformidad o disconformidad con una norma. La ética califica lo que “se hace” a
la luz de lo que “se debe hacer”; juzga al hombre como “es” a la luz del hombre
como “debe ser”. Es más; dice cómo pasar del “ser” al “deber ser”: este “cómo
pasar” es precisamente el papel de la norma, la ley, la regla de comportamiento
para alcanzar el fin. Esta norma, a mi juicio, y en el de los clásicos, ha de derivarse
forzosamente de la natural realidad de nuestro ser, es decir, ha de ser conforme con
la dignidad propia y exclusiva de la naturaleza que tenemos; y esta naturaleza no
cambia por el hecho de que actuemos en el ámbito privado, familiar, social,
empresarial o político. Lo cual no impide afirmar que, siendo la exigencia ética
sustancialmente la misma en todos estos campos, tal exigencia se especifica en
formas concretas, de acuerdo con las características propias de cada uno de ellos.
Ahora bien, esta ética realista, implícitamente asumida en lo que voy
diciendo, que es una ética racional –no racionalista, pero tampoco nominalista- es
una ética de fines y medios. El fin último es la vida buena, es decir, la vida conforme
al ser del hombre; a la dignidad que deriva de ser persona. Los medios para alcanzar
este fin son las virtudes. Doy por sentado
...