Una Carrera Equivocada

Una carrera equivocada

En los últimos tiempos la tecnología y los avances en cuanto a aparatos electrónicos ha tomado una fuerza impresionante, casi se ha convertido en una carrera por el mercado, que se ve alimentada por el consumismo desenfrenado de mentes jóvenes, muchas de ellas vacías; claro que este punto no es del todo malo, pues el progreso y la información interesante que se puede encontrar en la red es muy grande.

Es importante decir que el verdadero problema radica en la forma en que se está leyendo y digiriendo esa información, en la actualidad los hábitos de lectura han pasado a ser más una cosa de velocidad y cantidad que realmente de disfrute y reflexión, de aprendizaje y encuentro con la literatura o cualquier texto científico, de manera que sea provechoso y que la información sea útil verdaderamente. La misma carrera de la que se habla al inicio es la que nos ha sumido en un mundo lleno de aparatos con los cuales “debemos” estar conectados para “comunicarnos” pero realmente la comunicación no es sólo contacto, es increíble la manera como muchos de nosotros estamos atentos a muchas cosas a la vez, como las redes sociales ocupan gran parte de nuestro tiempo, y como nuestra atención está dividida por partes iguales en distintas actividades relacionadas con estas tecnologías.

La preocupación de todo esto es que no sabemos leer, podemos descifrar un códice que el texto nos presenta y juntar un montón de símbolos para formar palabras que logramos captar, ¿Pero realmente estamos entendiendo lo que leemos? ¿Nos estamos tomando el tiempo necesario de rumiar como dice Zuleta? Estamos concentrados en tantas cosas a la vez que cuando nos detenemos a preguntar cuanto del texto o articulo o libro leído hemos entendido nos tropezamos con una cruda realidad y es que toca devolverse porque lo que nos quedó fue muy poco, muy superficial.

Estanislao Zuleta nos hace una invitación a tener en cuenta y tomar una real aceptación con “la ‘capacidad de admiración’ del camello, la ‘capacidad de oposición’ del león y la ‘capacidad de creación’ del niño. La lectura es una ‘abierta invitación a descifrar y obligación de interpretar’” de esta manera podemos no solo descifrar el códice de lo que leemos si no también tratar de entenderlo, hacernos preguntas, reflexionar, indagar, y sobre todo tener esa capacidad de oposición y posición crítica con respecto a lo que leemos.

La única manera de defender los libros y ser buenos lectores es leyendo bien, que nos sintamos a gusto con esa lectura y sobretodo que deje algo en cada uno, que sea una enseñanza mutua, sin los libros seríamos seres vacíos y sedientos de conocimiento, pero también los libros necesitan de lectores para poder tomar sentido, de lo contrario solo serían letras dibujadas en papel.

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