Una Generación Des-Conectada

Una generación des-conectada

Una de las más grandes predicciones en la historia de la humanidad fue hecha por Albert Einstein cuando dijo: “Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas.”

En aquel momento la sociedad no pudo apreciar la magnitud de sus palabras, pero es en esta, nuestra generación, que estamos viviendo en carne propia lo que predijo el famoso científico, por no mencionar lo que pasará con las generaciones futuras.

Hoy en día podemos apreciar un sinfín de formas y oportunidades de estar comunicados entre nosotros sin importar donde estemos, pues tenemos el mundo entero en el bolsillo, tan simple y real como esto: solo hundir algunos comandos en tu celular y podemos hablar o compartir datos digitales con alguien que este al otro lado del mundo.

Un Smartphone, tablet o portátil contiene toda la información necesaria para poder llevar las riendas de una empresa multinacional, manejar tu cuenta bancaria, tu seguro social, tus relaciones laborales o interpersonales, hasta llegar al punto en que "toda tu vida depende de eso".

Si, es verdad, la tecnología nos permite tener mucha más comunicación y estar enterados de todo lo que pasa a nuestro alrededor, pero nos ha llevado a olvidar algo muy importante: que somos humanos, no máquinas que debemos estar conectadas a un aparato o a un toma eléctrico para poder funcionar; que tenemos vida propia y no un perfil el cual cuidar y mostrar sólo cosas buenas, así no sean ciertas; que vale más estar una tarde con tus amigos o familia en el parque que 10 horas en tu computador trabajando para poder conseguir más, cambiando la calidez de las relaciones en la vida real por el frío contacto de una máquina que nos lleva a un atrayente mundo virtual.

La tecnología nos sirve para dar sustento a un país, una nación, un continente; pero está destruyendo algo mucho más importante que es tener una vida plena, llena de personas que te quieran y estén contigo en todo momento, pues tener la abundancia que nos da la tecnología no te da el padre, la madre, el hijo o el hermano que necesitas.

Es algo triste entrar a un café y ver una reunión de amigos donde cada uno está concentrado en su celular, y es donde me pregunto dónde quedo el calor de la amistad, y en qué momento se llegó a perder tanto que dependemos de un aparato tecnológico para poder pasarla bien.

Es increíble ver como la sociedad se está destruyendo no solo con las guerras, sino también en el momento que entra en la vorágine de colocar información indiscriminadamente en internet, muchas veces sin filtro alguno de veracidad o prudencia. Si, la tecnología nos define como humanos y nos ha ayudado y ayudará mucho, pero sin una conciencia de su manejo puede ser el instrumento de nuestra condena.

Debemos analizar bien que estamos haciendo con nuestra vida,

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