ANTECEDENTES RELACIONADOS CON EL TEMA DESNUTRICION Y COGNICION EN LA INFANCIA
vidy paredesEnsayo22 de Diciembre de 2015
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ANTECEDENTES RELACIONADOS CON EL TEMA DESNUTRICION Y COGNICION EN LA INFANCIA
Por su parte, Liu, Raine, Venables, Dalais y Mednick (2003) desarrollaron una investigación longitudinal acerca de la desnutrición a los 3 años de edad y habilidades cognitivas a los 11 años. La muestra se conformó en dos grupos de niños, dependiendo si manifestaban o no desnutrición al tercer año de vida; los niños desnutridos presentaban entre uno y tres indicadores de desnutrición. Inicialmente a la edad de 3 años se evaluaron las habilidades cognitivas verbales, espaciales y totales mediante seis subtests del test Boehm. A la edad de 11 años se evaluaron el coeficiente intelectual verbal, el coeficiente intelectual manipulativo y el coeficiente intelectual total, utilizando la Escala de Inteligencia de Weschler para niños (WISC–R). Los resultados de la evaluación inicial mostraron que los niños con desnutrición tenían una capacidad cognitiva más pobre que el grupo control, siendo significativo el decremento en las habilidades verbales, más no en las habilidades espaciales.
Entre los efectos a largo plazo de la desnutrición, especialmente en la edad escolar, se ha señalado en forma consistente, una reducción del nivel intelectual, menores logros en el rendimiento escolar y dificultades en el desarrollo socioemocional. Consecuentemente, existen déficit cognitivos globales ocasionados por la deficiente condición nutricia, en donde los niños no exploran adecuadamente su ambiente en situaciones novedosas demostrando inhibición, torpeza a nivel motor, visuoperceptual y de procesamiento de información.
Además, presentaron una puntuación baja en el CI verbal en la prueba de lectura escritura y aritmética, una diferencia significativa en el subtests de similitudes e información la cual evalúa las áreas de abstracción y aprendizaje informal; igualmente, la relación entre desnutrición y mayor tasa de reprobación escolar puede ser explicada por las consecuencias de la estructura y función del sistema nervioso central cuando la desnutrición acontece en los primeros años de vida. Lo anterior explica su menor capacidad para integrar estímulos sensoriales, memorizar, procesar información, mantener la atención y resolver problemas; lo cual repercute en la capacidad intelectual del menor con desnutrición y por ende en procesos cognitivos más específicos.
Finalmente los autores concluyen La desnutrición infantil refleja el efecto de factores adversos, específicamente de los procesos económicos y sociales que afectan a las familias y comunidades, constituyéndose en la expresión colectiva del deterioro de las condiciones de vida de las personas, que impide que los individuos e incluso las sociedades desarrollen todo su potencial. Dentro de los factores cabe mencionar que el ambiente familiar y dentro de éste conocer la ocupación de los padres, nivel de escolaridad, interacción entre sus miembros, disposición de recursos económicos entre otros aspectos, influyen en la explicación del componente nutricional. Al respecto, hay que mencionar que las condiciones nutricionales y ambientales son inseparables, en este sentido, diversos estudios han enfatizado que los factores ambientales favorables podrían contribuir a aminorar los efectos de la desnutrición temprana en el desarrollo cerebral, la capacidad intelectual y en el rendimiento escolar.
Teniendo en cuenta lo anterior, es importante llevar a cabo la identificación de la población infantil que tiene riesgo biológico o ambiental de sufrir alteraciones del crecimiento y desarrollo, que posteriormente van afectar su desarrollo cognoscitivo y por lo tanto, en su desempeño escolar, con el objetivo de emprender desde la Psicología actividades individuales y colectivas que ofrezcan un mejor sostén para preservar la salud física y emocional de los infantes, teniendo en cuenta todas aquellas variables de orden económico, social, afectivo y familiar que rodean al menor.
Además en lo que respecta a la relación entre nutrición y rendimiento intelectual del niño escolarizado existen vacíos de conocimiento, debido a la complejidad de los factores comprometidos (genéticos, hereditarios, ambientales, psicosociales, educativos y nutricionales) que dificultan su evaluación e interpretación. Por esta razón, y en un intento de aproximarse a la revisión de estas complejas interrelaciones, se puede asumir que la función cognoscitiva del escolar está influida por su estado nutricional previo y por factores psicosociales que enmarcan su crecimiento y desarrollo, y que son de importancia investigarlos en este estudio. Se debe considerar que los niños que han sufrido desnutrición tienen bajo desempeño escolar, presentan dificultades de aprendizaje concomitante con la aparición de problemas psicológicos, abandono escolar y una menor capacidad de aprendizaje, situación que los pone en desventaja social. Se considera que la información que se tenga sobre nutrición y desarrollo intelectual en los primeros años de vida, se constituye en un insumo para adelantar futuras investigaciones y encaminar planes de prevención que permitan atender la desnutrición como una problemática de carácter social.
En São Paulo Brasil, Miranda et al. (2007) adelantaron un estudio para determinar los efectos cognitivos de la desnutrición, al comparar el perfil neuropsicológico de niños eutróficos, niños con retraso en el crecimiento y menores con desnutrición crónica. En la investigación participaron 73 niños y niñas entre edades comprendidas de 7 y 10 años, los cuales eran 27 menores eutróficos, 31 con retraso en el crecimiento, y 15 con desnutrición crónica. Los niños fueron seleccionados por edad, y género, de las escuelas públicas más pobres de São Paulo, Brasil; los indicadores antropométricos para talla baja y la edad utilizaron el sistema Epi - Info versión 6.04 empleando la clasificación de Waterlow, modificada por Batista. Los niños con desnutrición aguda, y con trastornos neurológicos fueron excluidos de la investigación.
En la evaluación neuropsicológica se utilizó el test de Matrices progresivas de Raven para medir el nivel intelectual, para la atención y concentración se utilizó cancelación de letras y símbolos, en la función ejecutiva se empleó el test de Wisconsin, en la evaluación de lenguaje se usó el subtest de vocabulario del WISC. Se empleó para comprensión del lenguaje y para percepción visual subtests de la escala Stanford Binet, los procesos visuoconstrucionales se evaluaron a través del test visual motor de Bender. En cuanto a la memoria de largo plazo, se usó la prueba de Rivermead para evaluar la memoria episódica mediante el recuerdo inmediato y diferido, y fotografías de Bender. La memoria semántica fue evaluada a través del fas fonológico; para la memoria procedimental fue incluida la Torre de Londres. En cuanto a la memoria de Trabajo se implementó la prueba de dígitos en progresión y regresión del test de Cosi Block, y la prueba de Brasil (BCPR) de repetición. Con el fin de estudiar la influencia de otros factores en la desnutrición, los autores tomaron en cuenta los factores ambientales del hogar y los aspectos socio demográficos.
En esta investigación, no se hallaron diferencias significativas en las variables edad y género. Con respecto a las pruebas neuropsicológicas empleadas, se encontró que los niños con desnutrición crónica tuvieron pobre rendimiento en tareas de vocabulario (p>0.005) en comparación con altos puntajes que obtuvieron los otros dos grupos del estudio. Así mismo, los menores con desnutrición crónica demostraron puntajes inferiores en las pruebas de memoria de Corsi Block (p>0.005), habilidades visuoespaciales y la memoria a corto plazo, (p>0.005) mientras que el grupo de niños eutróficos y niños con retraso en el crecimiento, no evidenciaron ninguna alteración cognitiva (p=0.01). En cuanto a la prueba de Bender, y memoria semántica, no se vieron afectadas en los niños con desnutrición crónica, mostrando puntuaciones normales en comparación con los otros dos grupos. De lo anterior, los autores concluyen que procesos tales como: el lenguaje, funciones visuoespaciales, memoria a corto plazo pueden verse más afectadas cuando se presentan desnutrición prenatal. La calidad del ambiente interno del hogar y la estimulación familiar también son fuertes mediadores en el desarrollo cognitivo.
En este orden de ideas autores como García, Padrón, Ortiz, Camacho y Vargas (2005) analizaron el posible vínculo entre desnutrición y rendimiento escolar, diseñando así un estudio transversal analítico, entre los meses de mayo y junio de 2004, en cinco escuelas primarias; fueron estudiados 972 niños que cursaban en el turno matutino y vespertino, el tercero y cuarto grado, la medición del estado nutricional se realizó mediante índices antropométricos, para el peso se utilizó básculas digitales, la talla se midió con un estadiómetro portátil, el pliegue cutáneo tricipal, la circunferencia cefálica y del brazo; finalmente se estimó el índice talla para la edad; además se aplicó una encuesta a los tutores de los niños para obtener información acerca del peso y la longitud que tuvieron éstos al nacer. Para conocer el rendimiento escolar se indagó si habían o no reprobado algún año escolar y su calificación en español y matemáticas en los últimos bimestres.
El promedio de edad para la población fue de 9.8 años, la tasa de bajo peso al nacer fue de 13.1% la talla baja se encontró en 3.5% poco más del 10% de los menores presentaban señales de desnutrición. Entre los escolares con talla baja el porcentaje de reprobación fue más alto que en los de talla normal, los niños con depleción de grasa tuvieron menor promedio en matemáticas. Por modelos de regresión logística los niños con mayor peso al nacer tuvieron menor probabilidad de haber reprobado algún año escolar. Los niños con sobrepeso y peso normal tuvieron menor riesgo de reprobar. Entre los de talla baja fue más alta la tasa de reprobación respecto a los de talla normal. Aunque la tasa de reprobación fue más frecuente en los niños con bajo peso al nacer respecto a los que presentaron peso adecuado, las diferencias no fueron estadísticamente significativas. Los escolares con depleción grasa, respecto a los que tenían reservas normales de grasa subcutánea, presentaron promedios más bajos en matemáticas, aunque en el último caso las diferencias fueron marginalmente significativos, concluyendo así que tanto las formas de desnutrición actual como la crónica parecen estar asociadas con una menor capacidad de aprendizaje de los niños.
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