Agricultura Moderna Convencional
Enviado por Khamilla • 26 de Noviembre de 2012 • 5.710 Palabras (23 Páginas) • 842 Visitas
La humanidad se enfrenta a importantes desafíos que se focalizan en un incremento de la población mundial sin precedentes, la cual pone en tensión la producción de alimentos; el agotamiento de la energía fósil, sobre la cual se han desarrollado las tecnologías de todo tipo de la sociedad moderna; la necesidad de un desarrollo social conjuntamente con el económico que permita a millones de personas garantizar sus necesidades alimentarias, de viviendas, creativas, asistenciales y espirituales y a un fuerte deterioro del ambiente provocado por la actividad del hombre, su expansión y los métodos tecnológicos desarrollados en los últimos 150 años.
La actividad agrícola ha sido, a través de los tiempos, base fundamental en el desarrollo de la civilización. Si bien en un principio el impacto ambiental de esta actividad era acorde a la resiliencia del ambiente, actualmente como resultado del crecimiento poblacional y el aumento en la productividad son considerables los efectos irreversibles ocasionados en el ambiente, principalmente en suelo, agua y biodiversidad.
Como respuesta, diferentes grupos de investigadores, agricultores y particulares, han propuesto y desarrollado estilos de agricultura "no convencional", en los que se procura disminuir los efectos negativos de esta actividad sobre el ambiente, implantando diversas alternativas y estrategias. Entre las principales opciones se encuentran la agricultura natural, biodinámica, orgánica biológica y permacultura.
Agricultura Moderna Convencional
La agricultura moderna tiende, en general, a la simplificación del ecosistema. El laboreo ha alterado los suelos por la adición o remoción de nutrientes, reducción de la acidez por la adición de cal, remoción de rocas para facilitar las operaciones agrícolas, nivelación de las superficies para facilitar el riego, y mecanización. Se ha modificado intensivamente la estructura de los suelos y del paisaje, todo justificado por la posibilidad de incorporar recursos agrícolas al sistema económico (Bifani, 1999).
Los avances tecnológicos más importantes aplicados a la actividad agrícola han sido el control de plagas y enfermedades de los cultivos, el suministro de nutrientes específicos al suelo, la introducción de nuevas especies modificadas genéticamente y la mecanización. Desde su aparición, la agricultura ha experimentado continuos avances que han sustentado su desarrollo; sin embargo, nunca ha sido tan intensa y eficiente como ahora, tanto desde el punto de vista productivo como económico (Sandia et al., 1999). En los años 50 del siglo XX, el principal objetivo de la agricultura era satisfacer las necesidades inmediatas de alimentos y mejorar el nivel de autoabastecimiento de la población mediante un fuerte incremento de la productividad aplicando los modelos de la agricultura moderna o Revolución Verde (Gómez, 2000).
Sin embargo, desde finales de aquella década se han planteado dudas sobre la sustentabilidad de los procesos agrícolas tal como se han venido manejando hasta ahora, lo cual viene sustentado por elementos tales como la alta dependencia de los fertilizantes químicos, pesticidas y herbicidas, la destrucción de los hábitat naturales, la contaminación ambiental y los riesgos a la salud de los seres humanos. En tal sentido se plantean alternativas tales como la agricultura orgánica (López, 2000; Rigby et al., 2001), agroecología, agricultura sostenible y tecnologías limpias aplicadas a la agricultura.
Sin duda, en este nuevo siglo, la agricultura convencional avanza poco a poco hacia la agroecología o agricultura sostenible, como una forma más de mantener el equilibrio ecológico de las zonas agrícolas. En este trabajo se presenta información actualizada sobre los nuevos enfoques de los procesos agrícolas a escala mundial. De igual modo, se analizan los principales impactos ocasionados por las actividades agrícolas en el ambiente y las tecnologías limpias propuestas en diferentes ámbitos socioeconómicos como medidas paliativas a los efectos negativos causados por la actividad del hombre.
El enfoque de la agricultura convencional siempre ha buscado incrementar la producción de cosechas agrícolas sin considerar las consecuencias posteriores sobre el ambiente en el que se practica. Así ocurre, por ejemplo, con la labranza intensiva del suelo, práctica de monocultivo, uso indiscriminado de fertilizantes sintéticos, el control químico de plagas y arvenses, uso intensivo de agua de pozos profundos para la agricultura y la manipulación genética, entre otras prácticas de la agricultura moderna. Estas son prácticas promovidas y aplicadas bajo el enfoque de la agricultura denominada convencional. No se debe descuidar y negar que la aplicación de las prácticas e innovaciones tecnológicas convencionales incremente la producción agrícola, pero tampoco se puede negar que su práctica en actividades agrícolas deteriora los recursos naturales en forma considerable y ocasionalmente irreversible.
Objetivos
Los objetivos de este tipo de agricultura han sido generalmente la maximización de los rendimientos, minimizar la inestabilidad entre cada ano y prevenir a largo plazo la pérdida de la capacidad productiva del sistema agrícola. Con esta concepción y los avances en la agricultura han eliminado la productividad original como sistema natural no agrícola, hasta el punto en que los agroecosistemas y los ecosistemas naturales han llegado a ser muy diferentes en estructura y función.
Así el flujo de energía es fuertemente alterado por el hombre, originando sistemas abiertos, donde una gran cantidad de energía es dirigida fuera del sistema a través de la cosecha. El reciclaje de nutrientes es mínimo y considerables cantidades son perdidas del sistema con la cosecha o por lixiviación y erosión a las grandes reducciones de las reservas de biomasa permanente dentro del sistema.
Además, la necesidad de aumentar la productividad agrícola ha llevado durante los últimos 40 años al desarrollo de un sistema de agricultura basado en las técnicas de la revolución verde, que ha significado la creación de nuevas variedades híbridas de alto rendimiento y homogeneidad genética. Estas variedades están adaptadas a responder productivamente a la adición continua de recursos, principalmente en forma de agroquímicos y a labores altamente mecanizadas. Esta situación ha provocado que la relación de eficiencia energética, es decir la relación entre cabrias aportadas contenidas en los alimentos y las calorías aportadas para su producción, procesamiento y distribución, haya declinado desde casi 1 en 1900 a O~l en los años '70.
Los agricultores convencionales han asumido
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