Agua Embotellada ¿Necesidad O Moda?
Enviado por luisaferreira • 28 de Octubre de 2013 • 528 Palabras (3 Páginas) • 406 Visitas
La cultura del consumo y la publicidad nos ha metido en la cabeza que es una necesidad comprar agua embotellada y que es un riesgo tomar agua de la llave. Este hábito, que enaltece el agua embotellada y descalifica el agua de la llave, lo justificamos esencialmente con argumentos basados en disponibilidad, calidad y beneficios del producto. Es normal pensar que en Colombia todavía no hay acueductos que garanticen agua potable y que la embotellada es más pura y saludable, tanto así que estamos dispuestos a pagar 2000 veces más con tal de evitar el agua de la llave. Esta idea ha generado que la demanda por el agua embotellada sea cada vez mayor.
Según un estudio de mayo de 2013 de Euromonitor sobre demanda de botellas de agua en Colombia, el consumo de agua embotellada ha aumentado drásticamente en los últimos años. El mercado del agua crece a un ritmo del 11% anual y mueve unos $240 mil millones de pesos al año. Lo lamentable es que sí existe disponibilidad de agua potable gracias a acueductos y que el agua embotellada no siempre se traduce en más calidad y beneficios para la salud y el medio ambiente.
Respecto a la disponibilidad, según el Censo de Población realizado por el DANE durante el 2005, la tasa de cobertura de acueducto en Colombia es 83.2%. Si bien la cobertura no es total, y hay que tener en cuenta el significativo contraste entre las áreas urbanas y rurales, para la cuales la cobertura de acueducto es de 94.3% y de 47.1% respectivamente, existen zonas que son grandes consumidoras de agua embotellada y sí tienen servicio de agua pública.
En relación a la calidad, la verdad es que el agua de la llave está mucho más regulada que la embotellada. En el decreto 1575 de mayo 9 de 2007 el Ministerio de la Protección Social, establece un sistema que garantiza la protección y control de la calidad del agua para consumo humano. Un ejemplo de buena aplicación del mencionado decreto y excelente funcionamiento de acueducto es el de Bogotá dónde el agua que abástese al 70 % de todas y todos los bogotanos proviene del páramo de Chingaza. El líquido recorre 100 km desde su nacimiento y pasa por la planta de tratamiento Francisco Wiesner en la Calera, antes de llegar a la capital. Adicionalmente, existen diversas publicaciones dónde se afirma que los minerales adicionados al agua embotellada pueden ser peligrosos, en cantidades grandes y sostenidas, para la salud.
A lo anterior se suma el hecho de que la producción, envasado, transporte y posterior eliminación de las botellas plásticas en las que se envasa el agua provocan diversos impactos medioambientales. Más exactamente, los recipientes del agua embotellada producen basura innecesaria, su producción consume cantidades inmensas de energía, su transporte requiere enormes cantidades de combustibles fósiles y su biodegradación puede tardar 1.000 años.
En últimas, no debemos comerle cuento a la publicidad y a la idea
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