Al principio fue el cuerpo
Enviado por salamoreno • 8 de Octubre de 2015 • Ensayo • 545 Palabras (3 Páginas) • 120 Visitas
Al principio fue el cuerpo
Alejandro Moreno Sala
Antes de decidir qué postura tomaremos ante la vida, antes de pensar, antes de hablar, somos cuerpo: el primer signo de identificación del individuo, cronológicamente, antes que el nombre. El cuerpo nos marca y nos define. Indisoluble a nuestro ser, antes que razonar, siente. Nos apresa o nos libera, nos hace avanzar o nos detiene; es nuestra puerta al mundo o nuestra muralla, nuestro castigo o nuestro premio; a él le agradecemos o le reclamamos.
A lo largo de las civilizaciones, el cuerpo ha sido objeto y sujeto. En Grecia, por ejemplo, se consideraba un constituyente del ser, junto con el alma, y debía mantenerse sano y aspirar al ideal de belleza, que estaba también asociado a la juventud. En la Edad Media se decía que el cuerpo era débil (de voluntad). Era objeto del deseo carnal y el lugar donde se originaba el pecado. Había que cubrirlo, que ocultarlo de los ojos. Con la llegada del humanismo el cuerpo se convirtió, incluso, en objeto de arte y de estudio. Hoy, la ciencia trata de replicarlo, de sustituirlo, de intervenirlo.
Para la fenomenología, el ser humano es su cuerpo. Lo habita, y a través de él conoce el mundo. Una vez que el individuo es consciente de sus percepciones, éstas forman el mundo de la persona. Por lo tanto, el mundo sería el conjunto de percepciones que el individuo recibe con su cuerpo y elabora con su mente. Habría tantos mundos como sujetos. A su vez, cada mundo (siempre inconcluso) conforma al sujeto.
El cuerpo cambia constantemente y cambia el mundo del individuo, pero su función es permanente. El cuerpo se construye y se prepara. Después se deteriora, pero nunca deja de ser nuestro medio de recepción del exterior y de comunicación con el otro. Nuestro cuerpo es uno mismo. No olvidemos que las mismas leyes físicas y biológicas operan sobre cualquier cuerpo; intentar desafiarlas es atentar contra el orden natural. Las consecuencias podrían ser graves. Es nuestro deber mantener el cuerpo en buen funcionamiento.
Las modas, la publicidad, los prejuicios, las aspiraciones personales, la necesidad de identidad, la aceptación, el poder adquisitivo y más, moldean nuestro deseo sobre el cuerpo (propio o ajeno). Durante nuestra formación (que debería ser continua) decidimos qué hacer con él. A menudo volcamos en él nuestros deseos, frustraciones y patologías. Podremos ver cuerpos enfermos, abandonados o sobreexplotados. A veces culpamos a las circunstancias. Es un hecho que algunos, por su profesión o forma de vida, dependen más de su cuerpo. Pero considero que no se debe llegar al extremo de la obsesión y cargarle todos los deseos.
En cuanto a las instituciones educativas, mucho se ha cuestionado sobre la manera de abordar nuestro cuerpo. Que si es un instrumento, que si es objeto, que si hay que someterlo, que si hay que tecnificarlo que si… Todo es cierto, en mayor o menor medida; depende de lo que uno elija. Solo una cosa: gracias a él podemos hacer. Y sí, es instrumento de la mente y sin él la mente muere. Un cuerpo educado, preparado, saludable, capaz, nos dará la posibilidad de ejercer nuestra libertad. En lo personal, creo en el equilibrio cuerpo-mente. Aunque algunos intenten desarrollar más uno que otro, ambos son limitantes y permisores de su complemento.
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