Algunos aspectos característicos de la pediatría

Capítulo 1.

Algunos aspectos característicos de la pediatría

Las respuestas del niño están influenciadas por las fases de su crecimiento y desarrollo, por ello su edad y estado de desarrollo son los factores más importantes en los que intervienen las actividades de los enfermeros. La enfermedad puede ser una experiencia traumática tanto para el adulto como para el niño; sin embargo, si aparece en una fase especifica del ciclo de desarrollo, puede afectar la personalidad en desarrollo. Por ejemplo, un método de enfermería en el que deba ser introducido un objeto en un orificio corporal será más traumático para un niño de cinco años de edad, que se percata agudamente de su cuerpo, que para un lactante menor de un año de edad que aun no tiene conciencia de su cuerpo. La fractura del maxilar puede ser más traumática para un niño menor de un año de edad, que está en la fase oral de desarrollo, que para uno de cinco años de edad, que la ah superado. Un escolar que se siente “distinto” que sus compañeros por algún impedimento físico sufrirá gran trauma psicológico que puede afectar al desarrollo de su personalidad. La separación del núcleo familiar durante la hospitalización causará ansiedad a cualquier paciente y la separación repentina de un niño de sus padres puede alterar gravemente la integridad de la relación padres-hijo. La enfermedad puede reducir al mínimo el trauma psicológico de una experiencia de hospitalización al ayudar al niño a adaptarse a la situación, en vez de reprimir sus sentimientos. El tratamiento a base de juego tiene un papel esencial en este aspecto. De la misma manera que los adultos “exteriorizamos” nuestros problemas, debemos dejar que el niño lo haga a través del juego. Por lo tanto, para proporcionar asistencia completa en pediatría, la enfermera debe conocer a fondo el efecto de la enfermedad y la hospitalización en el proceso de desarrollo y crecimiento, y el efecto del estado de desarrollo del niño en sus respuestas al tratamiento. El Niño difiere del adulto tanto anatómica como fisiológicamente, por ello pueden preverse las diferencias en su respuesta al tratamiento. Es esencial la comprensión de lo normal para identificar las desviaciones importantes.

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