Alimentación Infantil

Una buena nutrición

No vivimos para tener salud, sino que procuramos tener salud para vivir con más intensidad, y para obtener ese estado de salud es necesario conocer a fondo cada una de las características que la cubren, una de ellas es la alimentación, desde que nacemos conocemos la sensación de hambre, gracias a la cual nos procuramos alimentos que nos permiten vivir y desarrollarnos. Lo que sin duda sabemos es que el hambre desaparece cuando al alimentarnos experimentamos la sensación de “estar llenos”. En efecto, nuestra conducta alimentaria es una actividad motriz organizada por el sistema nervioso central que inicia en la sensación de hambre y se inhibe cuando sentimos “estar llenos”. Estas sensaciones llamadas también apetito y saciedad, varían según la naturaleza y calidad de los alimentos, y depende del ambiente en que comemos, de nuestros hábitos, costumbres, educación y cultura (Sánchez, 1989).

La comida cumple varias funciones, como darnos placer, proveernos de energía, contribuir a que tengamos un buen estado de salud, y también como una ocasión para socializar y comunicarnos. Si ofrecemos a los niños herramientas para que adquieran los hábitos alimenticios, como aprender a comer de todo de manera balanceada, a mantener una conversación durante la comida, les podremos asegurar una buena salud física y mental para toda la vida. La alimentación contribuye el desarrollo físico, mental y emocional del niño; pero solo cuando ingiere los nutrientes correctos puede alcanzar todo su potencial de crecimiento, desarrollo cerebral y coordinación motora. Por eso, asegurarnos de que los niños coman bien debe ser una de nuestras mayores preocupaciones.

Aunque son los adultos quienes tienen la responsabilidad primera de la nutrición de los niños, una de las metas de la educación es que ellos se vuelvan gradualmente responsables de sus hábitos. El hábito de elegir de manera conveniente sus comidas, se adquiere en la infancia. Es por eso que brindarles bases sólidas para que ellos construyan un estilo de vida saludable, resultará en beneficio de su vida futura.

La buena nutrición no depende de comer solo determinados alimentos o de ingerir por lo menos cinco raciones de fruta y verdura al día, sino que una buena nutrición permite incluir de todo, siempre y cuando se tomen en cuenta tres principios fundamentales: CUÁNDO (Tomar refresco, por ejemplo, solo en ocasiones especiales): CUÁNTO (Que lo haga con moderación, si ya se tomo un refresco que después tome agua natural o de fruta) y QUÉ (Procurar que el resto del día incluya alimentos de otros grupos de manera variada)

El niño preescolar y la Alimentación

Para comprender la importancia que tiene la alimentación de los niños en edad preescolar, es necesario conocer de manera básica los cambios por los que atraviesan entre los 2 y 6 años, ya que nos permitirá relacionarlos con sus necesidades nutricionales.

Durante este rango de edad, el crecimiento acelerado que tuvo durante los primeros dos años de vida disminuye considerablemente. El crecimiento ya no es continuo sino por brotes; es decir, habrá meses en los que no crezca ni suba de peso y otros en los que crezca mucho. De estos brotes dependerá en parte el hambre que el niño tenga. Habrá épocas en las que coma poco y otras en las que se acabe todo lo que tiene en su plato o que, inclusive, pida más.

El niño en edad preescolar es un torbellino de actividad;

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