Analisis de Confieso que he enseñado
Enviado por CINUP • 9 de Febrero de 2020 • Ensayo • 3.287 Palabras (14 Páginas) • 671 Visitas
- Confieso que he enseñado, del maestro Iglesias. (Cap. 2)
- CLAVES:
- Ubicación Política-pedagógica básica en que se inscribe el texto:
La década de 1930 presentaba en los países europeos el triunfo del fascismo, el franquismo y el nazismo. En ese contexto, Argentina recibió numerosos exiliados y la escuela pública retomaba su papel de nacionalización de los niños inmigrantes. La preocupación sobre la nacionalidad y el temor al extranjero reaparece en los discursos públicos.
El sistema educativo argentino estableció un cambio en la orientación de la enseñanza y reforzó su carácter nacionalista, patriótico y moral. La redacción de programas escolares impulsados por el Consejo Nacional de Educación que suplantaran a los de 1910 expresó no solo una renovación pedagógica sino también los nuevos fines que la escuela debía cumplir.
Los sectores nacionalistas quienes predominaron en la conducción de la educación proponían una organización corporativa de la sociedad, se oponían a la democracia y creían que la solución a la crisis social y económica radicaba en un orden asentado en las instituciones tradicionales –la nación, la familia y las agrupaciones profesionales- y en una sociedad jerárquica. En consonancia, la reforma de la educación tuvo un lugar destacado en el intento nacionalista de reformular la sociedad argentina.
En este contexto la enseñanza debía cumplir un doble propósito: formar a un sector de los alumnos provenientes de los estratos más bajos en las Escuelas de Artes y Oficios para su inmediata inserción en el mundo laboral o bien preparar a los provenientes de los sectores medios y altos para continuar estudios universitarios afines a través de la formación en la Escuela Industrial.
En la provincia de Buenos Aires entre 1936-1940, durante el gobierno de Fresco se impulsó una reforma educativa que tuvo como propósito reestructurar la enseñanza primaria. El proyecto llevado a cabo por los dirigentes políticos, pretendía generar una sociedad más compacta y homogénea en la cual solo participaron de esos cambios una minoría.
Como bandera principal de ese ordenamiento social, los principios que se destacaban eran: el amor a la patria, un profundo sentimiento religioso, superioridad de la raza sana y viril y para cumplir con el objetivo, las órdenes debían seguirse al pie de la letra. La sociedad entera debe subsumirse a la tarea educativa emprendida desde el Estado, por ejemplo en la campaña del analfabetismo. Tanto padres, como docentes o alumnos debían denunciar a aquellas personas que sean desertores
La persecución de maestros por su filiación política estuvo acompañada de un control incisivo sobre la actividad cotidiana de los maestros. Esto significó una mayor normalización de la práctica docente, un reforzamiento de las reglamentaciones que pautaban la vida escolar, y un mayor control directo de las jerarquías educativas sobre los maestros
Por otra parte, las corrientes de la escuela nueva apelaban a la libertad y la iniciativa de niños y docentes en el proceso educativo.
La “Escuela Nueva”, buscaba centralizar la educación en el alumno y en el rescate de las posibilidades con las que cuenta él mismo para “el hacer”.
Esta pedagogía innovadora comenzó a contar con nombres propios como José Rezzano, influenciado por John Dewey,, Clotilde Guillén de Rezzano, que introduce la pedagogía de Decroly, las hermanas Olga y Leticia Cossettini, Florencia Fossatti, Delia Etcheverry, Aníbal Ponce y el uruguayo Jesualdo, entre otros.
El maestro Luis Iglesias adhería al movimiento de la Escuela Nueva.
En represalia por las diferencias ideológicas existentes entre el pensamiento de Iglesias y la doctrina impulsada por el gobierno de turno , en el año 1938, el docente es enviado a cumplir su función a la Escuela Rural Unitaria N°11, en la zona de Tristán Suárez (antes partido de Esteban Echeverría)
- Características materiales del aula propuesta:
La disposición del espacio temporal de la escuela, en general, y del aula son condiciones fundantes para definir el vínculo pedagógico entre el docente y alumnos/as.
Era un aula única, donde un maestro enseñaba entre veinte o treinta alumnos, de edades, niveles y características diferentes, en el aula del maestro Iglesias los bancos estaban ubicados en el medio, y alrededor, contra las paredes: la mesa de revistas, el botiquín, la estación meteorológica, la biblioteca, los instrumentos de mediación, el pizarrón, el reloj, el almanaque, los estantes para colocar el material construido de cada grupo, la exposición de dibujos, el tocadiscos, el laboratorio, la máquina de proyecciones, el diario mural, etc. En otro galpón tenía el taller de construcciones, de plástica y el museo. Usaba la cocina, la galería, la huerta y todo el espacio de su entorno para enseñar.
En las actividades diarias implementaba el uso de “ cuadernos de pensamiento”, en donde los alumnos escribían o dibujaban sobre cosas que a los estudiantes les interesaba.
- Características de la comunicación
Para el maestro Iglesias era fundamental encarar la pedagogía y la función del lenguaje como algo que se ejercitaba y se desenvolvía en la necesidad de los niños y niñas de poder expresar sus dudas, necesidades y vivencias. La posibilidad de expresar las propias ideas y comprender las ajenas, esa era la libre expresión. El objetivo de enseñar a leer y escribir, estaba fundamentado en que los estudiantes pudieran comprender y expresar al mundo,a los Otros y a ellos mismos. Se le daba la misma importancia al aprendizaje de la lecto-escritura como a la libre expresión y la creatividad. A partir de estas ideas, surgen como herramientas fundamentales de comunicación, los cuadernillos “de expresiones libres y pensamientos propios”, éstos, le daba la posibilidad de conocer a un “niño real” que se hacía inconfundible entre sus pares. Convertía a los niños/niñas en autores, este derecho a la autoría implicaba, la recuperación por parte de ellos, de su propia palabra y su modo personal de expresarlas, brindándoles la posibilidad de adquirir seguridad en la libre expresión de sus ideas y pensamientos.
- El lugar del docente
El Maestro Iglesias planteaba que era el docente quien deberia tomar la iniciativa y nunca dejar de tener en cuenta las necesidades, inquietudes e iniciativas de los estudiantes. Asimismo, era el docente quien debería despertar el deseo de escribir y dibujar libremente, encauzando el proceso, sosteniendo y contemplando a cada niño como sujeto único, sin dejar de lado la exigencia ante las propuestas pedagógicas. Un maestro que estimulara, guiara, evaluara a todo el grupo, generando confianza para que pudieran expresarse de forma creativa, pero sin perder la figura de autoridad, y funcionando como sostén para superar cada una de sus dificultades.
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